twenty two.

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La respiración de Maya era agitada aunque tratara por lo que más quisiera ocultar su nerviosismo

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La respiración de Maya era agitada aunque tratara por lo que más quisiera ocultar su nerviosismo. Mierda, era imposible. ¿Cómo alguien podía estar tranquilo sabiendo que Nat había sido capturada? no le entraba en la cabeza cómo el único que realmente estaba trabajando para contactarse con la peliroja era Clint Barton. Nadie más. ¿Le sorprendía? no, pero... ¿La decepcionaba? si, y lo hacía demasiado.

Tomó una bocanada de aire y prosiguió. Había pasado las últimas horas sentada frente a unas computadoras junto a Clint, quien parecía ser la única persona en el grupo que realmente estaba intentando traer a la peliroja de vuelta.

Volver de Oslo había sido una experiencia... Complicada. Sin contar el nerviosismo de Maya: el silencio incómodo se había apoderado del ambiente. Ella no los culpaba, a decir verdad, tampoco sabría qué decir. Pero que al volver a la torre todo siga como si nada hubiera pasado no hizo más que revolverle el estómago.

Natasha nunca hacía nada más que complacerlos, que estar junto a ellos pase lo que pase, ser la única persona con la que puedan hablar, confiar. ¿Qué les costaba tan sólo valorarla?

-May...- Escuchó decir, por lo que rápidamente se sacó los auriculares con los que intentaba recibir algún tipo de señal.

-¿Eh?- Le respondió.

-Volverá, estoy seguro.

-¿Y qué será de ella cuando eso pase?- Preguntó, por lo que el mayor pareció confundirse. -Siempre está ayudando a todos, y ahora que ella los necesita no hacen más que ignorarlo y actuar como si nada hubiese pasado. ¿Cómo podrán siquiera mirarla a la cara?- Preguntó, pero justo cuando el mayor estaba por dar una respuesta, el intercomunicador dió una señal en Morse, por lo que May volvió a colocarse los auriculares mientras el hombre preparaba el computador.

Ella, al escucharlo: habló, dictando las coordenadas, las cuales el mayor buscó en la red del Nexus.

-Sekovia, es un escondite subterráneo.- Dijo, mirando a la chica.

-La encontramos.

Fué en ese momento cuando ambos escucharon la voz de Steve en el piso superior, quien, al ver a través de los vidrios, Maya pudo visualizar que parecía estar iniciando una discusión con Stark.

-No jodas...- Susurró para ella misma, al mismo tiempo que distinguía al mismo y a Banner trabajando con el nuevo cuerpo de Ultron. Por lo que ambos se pararon de sus asientos para estar debajo de los demás.

-¿Lo sabías?- Preguntó al hombre, éste sólo se encogió de hombros mientras cargaba su pistola.

En aquel momento: ambos observaron cómo Pietro Maximoff, el veloz, quien venía junto a Wanda, la rara, su hermana, aprovechaba su alta velocidad para desenchufar todas las máquinas que estaban conectadas al nuevo androide asesino que Stark estaba creando, al mismo tiempo que Barton apuntaba hacia su dirección con su pistola.

WALLS - natasha romanoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora