forty seven.

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Maya había estado dando vueltas en las habitaciones de la torre de los vengadores por alrededor de treinta minutos desde que Natasha le emitió el comunicado oficial a todo el equipo de que la nave en la que Tony Stark, Peter Parker, Milán y Stephe...

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Maya había estado dando vueltas en las habitaciones de la torre de los vengadores por alrededor de treinta minutos desde que Natasha le emitió el comunicado oficial a todo el equipo de que la nave en la que Tony Stark, Peter Parker, Milán y Stephen Strange se encontraban ya estaba camino a la tierra. Sabía que sólo era cuestión de minutos hasta saber si sus mejores amigos habían sobrevivido y aquello no hacía más que generarle aún más nervios.

Pensó en qué pasaría si descubren que la nave se quedó sin oxígeno hacía ya semanas, y en lo doloroso que sería descubrir que todo el esfuerzo por traerlos devuelta había sido en vano.

También se imaginó verlos salir de aquella nave sanos y salvos. Darles un abrazo y convertirse en una tía sobreprotectora que no los deje solos ni un segundo por miedo a perderlos otra vez. Los vió repitiéndole miles de veces un "estoy bien", abrazando dulcemente a Alain y deseó más que nada en el mundo escuchar sus voces diciéndole que todo estaría bien.

Aquello le transmitiría toda la paz y fuerza necesaria para seguir. Para traer devuelta a todos.

Mientras caminó por una de las habitaciones pudo ver de reojo mediante una puerta medio-cerrada la figura de una mujer de tez oscura y cabello negro en sus treintas, con curvas y un labial rojo ardiente. Aquella sostenía una mueca preocupada y su pie izquierdo golpeaba repetidas veces el piso en señal de nerviosismo.

Maya supo por parte de Nat que se había aparecido en la base hacía ya un par de días presentándose como Hermione. Steve había mencionado algo sobre ella hacía algunos años diciendo que aquella llevaba tiempo saliendo con Stark.

Nunca mostró demasiado interés en ella, nunca fué necesario. Después de todo a May nunca le interesó la vida de Tony. Ahora sólo esperaba que esté vivo y sano, porque después de todo sabía que muy en el fondo era una persona herida al igual que la gran mayoría de gente en el equipo.

Maya pudo escuchar un fuerte sonido proveniente del baño y decidió aprovechar su cercanía para averiguar el motivo del mismo. Intentaba distraer su mente y aquello le quitaría unos cinco minutos.

Al acercarse a pasos lentos: lo primero que visualizó fué a un Steve Rogers con media cara afeitada y llena de espuma mirando fijamente y con ojos llorosos un estante de vidrio hecho pedazos en el piso.

Él no se movía. Simplemente observaba el piso.

Maya se acercó más y decidió hablar, causando que el mayor se de media vuelta al escuchar su voz.

-Dios mío, rubio, eres realmente un niño- le dijo.

Éste esbozó media sonrisa falsa y respondió sin más.

-Me siento como uno últimamente.

May decidió mirar al piso también y salió de la habitación, volviendo en cuestión de segundos sólo para traer un escobillón oscuro y una bolsa de basura, materiales con los que recogió los restos del estante mientras que levantó su vista para ver al de ojos claros.

WALLS - natasha romanoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora