twenty three.

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Las puertas del quinjet se sentían tan, pero tan imponentes

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Las puertas del quinjet se sentían tan, pero tan imponentes. Maya sabía lo que arriesgaba, y por qué había decidido pelear, pero aún así tenía ese presentimiento, aquella sensación de que en cualquier momento se cerrarían todas las puertas u salidas de aquel vehículo, dejándola atrapada.

Aquella sensación de cuando las paredes se cierran, dejando que te ahogues en ellas. May sentía que dejaría de respirar y se desmayaría en cualquier momento.

Luego de ponerse su traje y alistar sus armas: Maya fué la primera en estar lista para la batalla, cosa que la llevó a ser la primera persona en subirse al quinjet. Algo... Vergonzoso, sabiendo que no hacía mucho que se había unido al grupo, y aún seguía siendo una de las nuevas.

El segundo fué Clint, seguido de Katherine, quien se sentó junto a la menor para acariciar su hombro en un intento de hacerle saber que todo iba a terminar bien, y que iban a traer a Nat de vuelta. La menor no supo cómo agradecerle.

Al rato, luego de unos pocos minutos: todos comenzaron a subir al quinjet, Pietro y Wanda siendo saludados por un asentimiento por parte de May al verlos, el cual ambos devolvieron en señal de paz.

Maya pudo visualizar a sus hermanas dispersadas en distintas áreas del vehículo aéreo, todas ellas dedicándole una mirada de apoyo. Ésta no pudo evitar sonreír. Después de todo lo que habían pasado: allí estaban, arriesgando su vida por un problema general, por un bien mayor. Eran heroínas, listas para pelear por lo que defendían y amaban.

Estaba orgullosa, las amaba tanto que no podía expresar lo mucho que le habían ayudado. Maya podía jurar que sus hermanas eran lo mejor que le había pasado en la vida. A pesar de que esta había sido complicada: ellas siempre estuvieron ahí, y seguían estando.

Pudo ver a Odile, quien se acercaba a ella con una sonrisa triste en rostro para luego sentarse a su lado y sostener su mano. Maya lo valoraba, porque sabía que ella no tenía idea de qué era lo que pasaba con Nat, ni por qué estaba tan afectada con su partida, pero se limitaba a hacerle saber que ahí estaba, junto a ella, y sin hacer ninguna pregunta: sostuvo su mano durante todo el trayecto.

La menor pudo sentir su brazalete chocar junto a el de la castaña, lo que la hizo sonreír inconscientemente. Habían pasado... Demasiadas cosas. Y el saber que a pesar de todo Odile seguía estando ahí, justo como años atrás, cuando pisó por primera vez el Vicent's, o incluso cuando la consolaba de lo que Maya de lo que podía jurar que fué el peor momento de su vida, no hacía más que llenarle el alma.

Odile era el amor de su vida, y no en forma romántica. Era la única persona que sabía que, a pesar de todo, siempre estaría ahí, pase lo que pase.

Enseguida: Steve se posicionó frente a todos, atrayendo la atención del equipo hacia él. De verdad que Steve siempre sería el verdadero líder de los vengadores, no importaba qué pasase.

-Ultron sabe que vamos. Es probable que nos reciba con artillería pesada.- Comenzó a hablar, dando el discurso motivacional antes de cada batalla importante que a Maya tanto le gustaba escuchar. -Para eso nos preparamos, pero la gente de Sokovia no.- Dijo, ganándose miradas preocupadas. -Así que nuestra prioridad es sacarlos de allí. Lo único que quieren es vivir sus vidas en paz y eso no pasará hoy, pero haremos lo que podamos para protegerlos. Podemos cumplir con nuestro trabajo.- Habló. -Averigüemos qué estuvo construyendo Ultron, encontremos a Romanoff.- Dijo, esta vez dirigiendo su mirada hacia donde se encontraban Maya y Clint, quienes eran los más preocupados por la peliroja. -Y saquemos a los civiles. Que la lucha sea entre nosotros.

Steve hizo una pausa demasiado larga para el gusto de May luego de aquella oración, mirando al suelo, para luego volver a dirigir su mirada hacia el equipo. A Tony, lara ser más exactos.

-Ultron cree que somos monstruos, que somos todo lo que está mal en el mundo. Esto no se trata solo de vencerlo, sino de si tiene razón.- Dijo, dejando a todos sin palabras en la boca. Tenía razón, no eran mounstros, o al menos no intentaban serlo.

Eran héroes, vengadores, y debían demostrarlo.

Horas después de lo que fué un viaje en silencio en el que nadie se animaba a decir una sola palabra: que lo primero que haya visto Maya en el suelo Sekoviano sea un gran póster de la cara de Steve con la palabra fascista escrita en él con letras rojas era... Bastante duro. Y Maya, a pesar de intentarlo, no comprendía.

¿Cómo era posible que los demás nunca puedan valorar el esfuerzo de Steve? Estaba harta, porque él siempre era quien daba batalla a los errores que Stark cometía, salvando el mundo. ¿Y cómo le pagaban? Todos amaban a Tony, a pesar de sus errores, pero a él lo dejaban como el malo.

No era justo, May odiaba eso.

La castaño-rubia observó cómo Odile observaba al rubio en busca de alguna expresión por parte de éste, pero él sólo bajó su mirada, tirando su casco adentro del vehículo del que ya estaban todos fuera.

Maya aprovechó aquel momento para abrazar al mayor, al mismo tiempo que la atención del grupo se centraba en Wanda.

-No es tu culpa, Steve. Los salvaremos.- Le dijo, en un susurro.

El rubio se separó del abrazo, el cual sólo duró unos segundos. -La salvaremos.- Corrigió, la menor le dedicó una sonrisa triste.

-El puente es la principal ruta de escape.- Explicó Wanda, al mismo tiempo que señalaba dicho lugar con su dedo índice.

-Podemos cubrir a los demás.- Añadió Pietro.

Al escucharlo: Steve se apresuró en dar una orden lo más concisa posible. Despertar a todos. Pero luego de hacerlo: de giró hacia la dirección en la que la menor se encontraba, mirándola a los ojos antes de hablar.

-Busca a Nat.- Le dijo. -Traela de vuelta, a salvo. Aún falta ella.- Pidió, tocando su hombro.

-Confío en tí.

Maya asintió en modo de respuesta.

-Lo haré.- Le dijo. -Traeré a Natasha de vuelta.

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Lushu's note:

ESTE CAPÍTULO QUEDÓ MUY CORTO😭😭😭
Soy llanto, pero debía dejar la pelea final para uno o dos capítulos más adelante, y honestamente no podía pensar unas palabras de relleno que queden bien, así que quedó esto.

pERO BUENO, que no se note que odio a Tony y amo a Steve, así que #teamCap por siempre, Stark, te odio. (Y antes de que digan algo: yo era la que comenzó a llorar a mares en endgame cuando él murió, pero fué sólo el sentimiento del momento). *no se lo creía ni ella*

En otras noticias: ¡QUEDAN CUATRO DÍAS PARA EL PRIMER ANIVERSARIO DE LAS MOES! Así que prepárense porque con las escritoras les tenemos un par de sorpresitas que son para chuparse los dedos.

love, H

WALLS - natasha romanoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora