I'll be your hero [Harry James Potter]

-LXXVIII-

Olivia.

Hoy...es el funeral de Cedric, estos días en casa han estado bien, pero aún así me siento horrible. Entrar a su habitación y no verlo ahí, ver sus cosas, su ropa.

El tío Amos me dijo que podía usar su ropa, que no me permitiera olvidar a mi hermanito, siento que todos tratan de estar bien para mi.

Pero es tan difícil.

-Lo extraño tanto mamá-Dije llorando mientras mi madre se acercaba a mi en mi cuarto.

-Se que lo extrañas mi amor, pero nada de esto será fácil para nadie-Dijo mi madre abrazándome.

-Lo se, eso es lo peor de todo-Dije.

-No se si...te tranquiliza, pero hoy vendrá una visita perruna para alegrarte-Dijo mi mamá.

Miré extrañada a mi madre, hasta que apareció un gran perro en mi habitación, el cual se transformo.

-¡Sirius!-Exclame sorprendida.

-Hola pequeña-Dijo Sirius sonriendo.

Recién caí en cuenta, de lo mucho que lo extrañé, me levanté de mi cama y corrí para abrazarlo, para abrazar a mi papá.

-Te extrañé hija-Dijo Sirius.

-Y yo a ti-Dije.

-Los dejaré solos, tienen mucho de que hablar-Dijo mi madre.

Mi mamá dejó mi habitación, cerrando la puerta.

-No podré estar en mi forma humana durante el funeral, habrán muchas personas-Dijo Sirius.

-Tomaste un gran riesgo viniendo hasta acá-Dije, agradezco que haya venido, pero si lo volvieran a encerrar o peor, le dan el beso del dementor, jamás me perdonaría que muriera, no creo soportar otra pérdida.

-Se...se lo que estás pasando hija, pero debes ir y hacer frente a lo que ocurrió, Cedric te quería mucho-Dijo Sirius.

-¿Cómo...cómo puede haberse ido? No, no puedo entender-Dije.

-Me hice la misma pregunta por 12 años en Azkaban, como con un simple hechizo, una persona peude dejar de respirar, de vivir...-Sirius parecía querer seguir hablando, pero sentimos más voces de otras personas.

-Querida, ya es hora...-Dijo el tío Amos detrás de la puerta.

-Después del funeral, sígueme, tenemos que hablar-Dijo Sirius, se transformó en perro otra vez y salió por mi ventana hacia el bosque.

Salí de mi cuarto, preparada para toda la ola de preguntas, de frases, de lástima que sabía iba a recibir.

Mi padre Aidan no está acá, se fue a Escocia por un tiempo, mi mamá no quiere admitirlo, pero las cosas entre ellos no van bien.

Caminamos todos hacia el cementerio de Devon, hay muchas personas acá, pero la verdad no quiero mirar a ninguna.

Un pastor se puso ante la tumba de Cedric, pero no escuché nada de lo que dijo. La abuela insistió en que un pastor hijo de magos serviría. Miré la rosa entre mis manos, la cual después sería enterrada junto al cuerpo de mi hermano.

-Mi niña, es tu turno-Dijo el tío Amos.

Miré a todos, los Weasley están aquí, mis amigas, el tío Lupin, los amigos de Cedric, el equipo de Quidditch de Hufflepuff, Snape, la profesora McGonagall, Hagrid, la profesora Sprout, el profesor Dumbledore, Madam Pomfrey, Hermione, Neville, Dean, Seamus, Draco y Harry.

Camine hasta donde estaba el pastor, no escribí un discurso, solo diré lo que siento.

-Cedric era una de esas personas que cuando tienes un mal día, pueden disfrazarse de payaso solo para hacerte sonreír. Cuando era pequeña y tenía pesadillas solía escabullirme a la habitación de Cedric, el siempre me hacía un espacio en su cama, como el buen hermano que...que fue. Es difícil hablar de alguien tan maravilloso en pasado, asimilar que no estará más, veo sus cosas en su habitación, en el mismo lugar donde el las dejó...-Dije, tomé un poco de aire para seguir hablando.