Cuando Izumi llegó a casa, lo primero que hizo fue sentarse en el sillón de su sala, frente al televisor, el cual estaba apagado. Le costaba un poco creer lo que había pasado hoy, no comprendía bien por qué Itachi había hecho algo tan horrible como salir con una estudiante, ya no podía verlo del mismo modo en que lo hacía antes.
—Soy una tonta... —murmuró, cubriéndose el rostro con ambas manos.
Lo peor no era que estuviera enojada, decepcionada o molesta, sino que, todavía sentía deseos de verlo, de hablar con él y, sobre todo, de volver a besarlo.
¿Por qué se sentía de ese modo?
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Cuando Naruto vio que Hinata se acercaba hacia donde estaba su padre, no pudo evitar sentirse triste y desorientado, ahí estaba de nuevo ese chico de cabello albino, el cual le sonreía a su novia como si no tuviera ojos para nadie más.
Naruto jamás había hablado con el padre de su novia, aunque sí lo había visto varias veces en las reuniones escolares, si bien él algunas veces no asistía, pues era un hombre muy ocupado. De todos modos, cada vez que se lo topó, siempre tenía una expresión muy seria y dura en su rostro, pero ahora parecía alegre, ¿era porque ese chico le agradaba mucho?
—Rayos... —el rubio se revolvió la cabellera con su mano sana, estaba desesperado, quería ir y hablar con Hinata, pero no deseaba meterla en algún problema.
—Es mejor que te alejes por ahora, Naruto, mi tío no sabe nada sobre ti y mi prima —escuchó la voz de Neji, rara vez éste le dirigía la palabra, era un sujeto presumido y engreído, el cual no le agradaba en lo más mínimo.
—¿Quién te pidió tu opinión? —cuestionó Naruto, mirándolo de mala gana.
Neji se encogió de hombros.
—Me da igual si me la pides o no, deberías conocer tu lugar, no eres nada al lado de ella —contestó el castaño, alejándose para unirse a su familia.
El Uzumaki, por su parte, sólo bajó la mirada, tal vez Neji tenía razón, tal vez él era demasiado poca cosa para pretender estar al lado de Hinata, pero, incluso siendo así, él no quería alejarse de ella, no quería dejarla ir, porque simplemente no podía imaginarse sin ella.
¿Eso era algo tan malo?
—¿Entonces saldrán juntos? —interrogó Hiashi, observando que su hija asentía con la cabeza, aunque ésta no tardó en mirar al suelo, no le gustaba nada la idea, pero no quería ser grosera y meter a su padre en algún lío con el padre de Toneri, ya que estaban en medio de un importante negocio.
—Sí, he pedido a Hinata-san que comparta un poco de su tiempo conmigo —dijo Toneri, esbozando una suave sonrisa, en lo que Neji se unía a ellos.
—Tío, creo que ya es hora de irnos, el evento terminó y estoy algo cansado —comentó el chico, mirando de reojo a Tenten, quien hablaba a unos metros más allá con un –al parecer– bastante irritado Kankuro, quién sabe por qué razón.
Hiashi asintió con la cabeza.
—Comprendo, entonces, Hinata —volteó a ver a su hija—. Los llevaré a donde quieran ir.
—C-claro, padre... —respondió la ojiperla.
En lo que los tres hombres comenzaban a caminar delante de ella, Hinata sacó su celular de su bolsillo para enviarle un mensaje a Naruto, quería avisarle que se iría a casa con su padre, aunque sabía que no era del todo cierto, no podía decirle la verdad, no quería hacerlo sentir mal.
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No Me Olvides
Любовные романы"Él le prometió que nunca la olvidaría, pero las promesas no siempre se pueden cumplir." Gaara y Matsuri eran amigos de la infancia, hasta que él y toda su familia debieron mudarse a otra ciudad. Gaara le prometió que nunca se olvidaría de ella y qu...