Consecuencias y enredos Parte 4

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Mientras caminaban a casa en silencio, Sasuke y Sakura veían hacia el suelo constantemente. Era genial poder volver a verse, pero ambos se sentían ligeramente incómodos después de todo lo que había ocurrido el fin de semana, sobre todo, lo que pasó antes de que los padres de Sakura los descubrieran juntos; aquello que estuvieron a punto de hacer.

El silencio resultaba más incómodo a medida que avanzaban, hasta que pareció que ninguno de los dos podía aguantarlo más.

—Sasuke-kun/ Sakura —se llamaron al mismo tiempo.

La peli rosa bajó la mirada nuevamente, avergonzada, mientras que el Uchiha tan sólo se llevó una mano a la nuca, intentando aparentar que todo estaba normal, aunque por dentro se muriera de los nervios.

—¿Ibas a decir algo? —la chica preguntó, sin atreverse a verlo.

Mientras estaban en la escuela, junto a sus amigos cerca, había sido fácil mantener fuera la tensión, pero ahora que estaban solos las cosas eran un poco más difíciles para ambos.

—Sí, algo así —dijo Sasuke, deteniendo sus pasos de un momento a otro, ya estaban cerca de la casa de su novia y no quería toparse con los progenitores de ésta, estaba seguro de que ellos no estarían contentos de verlo en estos momentos—. Sobre lo que pasó en tu fiesta...

—S-Sasuke-kun, eso... —lo interrumpió la chica, aferrando sus dos manos a la falda de su uniforme—. En realidad, yo me siento muy avergonzada, no sé qué hubiera pasado si mis padres no nos descubrían...

El menor de los Uchiha frunció ligeramente el ceño, antes de tomarla por el mentón para obligarla a que lo mirara a los ojos.

—Yo sí sé qué hubiera pasado —aseguró—. Y yo quería que pasara... —pudo notar enseguida que todo el rostro de Sakura se teñía de rojo, pero siguió hablando sin importarle que aquello la avergonzara—. ¿Qué hay de ti, Sakura? ¿Tú querías?

—Sasuke-kun, ¿c-cómo me puedes preguntar eso? —al no poder sostenerle la mirada a su novio por más tiempo, Sakura cerró los ojos, podía sentir que toda su cara ardía—. No es apropiado, Sasuke-kun.

Sasuke sonrió ladino, soltando su rostro para apoyar su espalda contra la pared de una de las casas de la calle que estaban junto a ellos.

—¿No es apropiado? —repitió—. Dudo que hayas pensado eso aquella noche en tu cuarto.

La ojijade frunció los labios en un puchero ridículamente tierno, el cual hizo que Sasuke se preguntara cómo es que pasó tanto tiempo rechazándola, porque sí, antes él no le hacía caso, mientras que Sakura se desvivía por su amor.

—B-bueno, es sólo que este no es un tema para tratar en medio de la calle —se defendió la Haruno, no podía creer que estaba tan nerviosa, hasta sentía que se parecía a Hinata, no para de tartamudear como su amiga de ojos perlados—. Sasuke-kun, ¿por qué me haces avergonzar de este modo? —preguntó, pero la respuesta del más alto fue abrazarla muy fuerte.

—Sé que no es un tema para tratar aquí, pero no puedo ir a tu casa, ya sabes... —el azabache suspiró algo decepcionado, realmente esperaba que esta conversación los fuera a llevar a alguna parte, pero no podía forzar a Sakura en estas circunstancias, tenía que respetar su voluntad—. ¿Podemos hablar de esto en otra ocasión? Y... deberías bajar un poco la guardia conmigo, has estado tensa desde que nos quedamos solos.

La chica abrió ligeramente los ojos por la sorpresa, no pensó que Sasuke notaría su comportamiento, pues él solía ser bastante frío en cuanto a todo aquello se tratase.

—Lo siento, Sasuke-kun, lo haré... —le respondió, rodeando con sus brazos el cuerpo de su novio del mismo modo que él lo hacía con ella. Amaba esos pequeños momentos a su lado, su corazón no paraba de latir rápidamente; estaba segura de que no existía nadie en el mundo tan perfecto para ella como lo era Sasuke.

No Me OlvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora