Juntos Parte 1

248 26 41
                                    

Era un poco raro encontrarse ahí, escondido detrás de un árbol, mientras espiaba a su hermano mayor. Sasuke llevaba casi toda la mañana siguiendo a Itachi, lo había visto dirigirse al parque y, ahora, conversaba animadamente con una hermosa chica de cabello castaño. No podía quitarse de la mente lo que había visto durante el festival, Itachi siempre había sido el correcto, el ejemplo a seguir, el hijo perfecto, ¿qué demonios se suponía que estaba haciendo con una alumna?

Lo peor de todo era que ahora estaba con otra chica, no estaban haciendo nada malo, no, pero Sasuke no era idiota y podía notar algo extraño entre ambos.

—¿No te aburres de espiar a tu hermano? —escuchó una voz femenina detrás de él, la cual le hizo dar un ligero salto del susto. Sasuke frunció el ceño y miró a la chica, se la había encontrado hace un rato y ella se ofreció a echarle una mano.

—Karin, esto es serio —respondió, notando aquello que la chica traía en las manos; su celular—. Oye, ¿de dónde lo sacaste?

—Estás tan concentrado que ni lo notaste, hasta te tomé una foto —la pelirroja le enseñó la fotografía que hace rato había subido a Instagram, ¿por qué demonios no le ponía bloqueo a la pantalla de su celular? Qué descuidado.

—Dame eso —el chico le quitó el teléfono de la mano a su "amiga" y se lo guardó en el bolsillo de la chaqueta, sin siquiera mirarlo, ya tendría tiempo para hacer eso después. Volteó a ver hacia donde estaba Itachi y no lo vio, se le había escapado—. Joder...

—*—*—*—*—*—*—*—

Aunque ya eran casi la una de la tarde, él apenas y se estaba despertando. Los fines de semana solía dormir bastante, ya que siempre estaba solo y lo único que tenía por hacer era salir a practicar baloncesto, Naruto nunca se preocupaba de levantarse temprano o de desayunar, lo cierto es que era muy descuidado con sus horarios alimenticios y con todo lo que consumía, ya que, por lo general, sólo era ramen.

Después de darse una ducha rápida y de poner a hervir un poco de agua para su ramen, el rubio notó que su celular estaba pitando. Cuando lo miró, se dio cuenta de que tenía unos cuántos mensajes de Hinata, de buenos días y cosas así. No pudo evitar sonreír tontamente antes de contestarle de vuelta, disculpándose por la demora.

Era difícil pensar en que ya tenía una novia, le hacía mucha ilusión, pero también estaba un poco nervioso, era la primera vez que tenía ese tipo de relación y no sabía muy bien cómo actuar, sólo sabía que le gustaba muchísimo Hinata, que nunca se había sentido así por ninguna chica, ella era demasiado linda y tierna, lo volvía loco completamente, no podía siguiera esperar para volver a verla.

—Ah, mi agua —dijo al escuchar el pitido de la tetera, que le indicaba que el agua ya había hervido. Dejó de lado el teléfono y fue a coger el recipiente de ramen, para verter un poco de agua caliente dentro y esperar a que su comida deliciosa estuviera lista. Estaba esperando a que acabaran los tres minutos, cuando el timbre de su departamento sonó.

Naruto se apresuró a abrir la puerta, encontrándose con alguien a quién no esperaba para nada ver, al menos, no en esa época del año, ya que él solía venir sólo para navidad y año nuevo a pasar esos días, pero apenas era noviembre.

—¿Ero-sennin? —preguntó incrédulo, observando al hombre de edad ligeramente avanzada, larga cabellera canosa y sonrisa ladina, el cual ingresó a su departamento sin recibir invitación—. ¿Qué estás haciendo aquí? Todavía falta bastante para diciembre.

—¿Así saludas a tu padrino? —contestó el hombre, evadiendo la pregunta de su ahijado, quién solamente le miraba confundido. Jiraiya era un novelista famoso y bastante premiado, aunque su literatura no era para cualquiera, sus novelas sólo eran aptas para adultos y eso lo ponía en una especie de pedestal para quiénes lo seguían, ya que adoraban las escenas subidas de tono y la manera especial que tenía el hombre de relatar los sucesos.

No Me OlvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora