Amiga Parte 1

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Muy a pesar de que últimamente no se llevaban tan bien, Ino y Sakura siempre habían sido buenas amigas. A veces Ino era una persona muy pretenciosa y prepotente, pero, sin contar eso, realmente era una buena amiga y eso Sakura lo sabía muy bien, más ahora, después de haberle contado todo lo sucedido con Sasuke.

—Sasuke-kun es un idiota y esa Karin es una... —interrumpió sus propias palabras, ya que no quería decirlo, sabía que sólo haría sentir peor a Sakura, la cual estaba sentada a su lado, junto a su cama de hospital—. Ya no llores, no vale la pena.

La peli rosa se secó las lágrimas con el dorso de la mano, hipando sólo un poco, no sabía muy bien cómo sentirse, pero no le era fácil controlarse, se sentía avergonzada frente a Ino, aunque ella no hubiese hecho nada malo.

—No sé cómo tuve el valor de terminar con él, no creí que me atrevería, pero cuando vi que se hacía el desentendido, yo... —cerró sus ojos verdes, mientras empuñaba ambas manos—. Me sentí enojada y le dije que lo dejáramos.

Ino suspiró, solía hacerse la fuerte y la mala frente a las demás chicas, pero con Sakura siempre era diferente, ambas se dejaban caer cuando estaban junto a la otra y se daban apoyo mutuo.

—Sé perfectamente que lo amas como una tonta, así que debió ser difícil para ti, pero es lo mejor, no debes permitir que nadie te pase por encima —aseguró, tomando la mano de su amiga para tratar de reconfortarla—. Sasuke-kun no te merece y punto.

Sakura asintió con la cabeza, intentando calmarse un poco.

—¿Ya te sientes mejor de tu operación? —interrogó, cambiando de tema para no seguir pensando en las cosas que le hacían sentir mal. La rubia asintió con la cabeza, recostándose sobre su cómodo cojín blanco—. Escuché que cuando te trajeron, tu padre no estaba en la ciudad y que Sai cuidó de ti toda la noche.

Ino no estaba enterada de eso, había visto a Sai luego de despertar de la anestesia, aunque estaba muy aturdida y no sabía muy bien qué hora era, así que se sorprendió bastante. Pudo sentir que sus latidos se aceleraban, ni siquiera sabía que su corazón podía palpitar tan rápido.

—¿Lo hizo? Pues... qué bueno —dijo como si nada, aunque sentía sus mejillas arder y, para Sakura, esto no pasó desapercibido.

—Ino... —le llamó la Haruno—. ¿Por qué te sonrojas?

—No me he sonrojado, eres daltónica, pelo de chicle.

Su amiga frunció el ceño, no le gustaba ese apodo, aunque adoraba su color de cabello, era el más peculiar de todos, pero era bonito.

—¿Será posible que te guste Sai? —preguntó, entrecerrando la mirada, notando como los ojos de la rubia se abrían por la sorpresiva pregunta.

—¡Claro que no! —exclamó—. ¿A quién le gustaría ese tipo tan raro?

Al ver lo avergonzada que estaba su amiga, Sakura no dudó en insistir con el tema, preguntándole una y otra vez si acaso a ella le gustaba o no Sai, pero Ino sólo negaba y se enojaba. Estuvieron hablando un buen rato después de eso, sobre otros temas, de ese modo, Sakura se olvidó por un momento de Sasuke.

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Ir de compras siempre le había resultado tedioso a Shikamaru, odiaba cuando acompañaba a su madre y ésta se la pasaba de tienda en tienda comparando los precios, a ver cuál era el que más le convenía, a pesar de que tenía dinero hasta para regalar. Temari parecía ser una chica centrada, pero, al igual que su madre, era jodidamente indecisa a la hora de comprar, lo supo cuando ingresaron a la quinta tienda de la tarde.

No Me OlvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora