Recuérdame Parte 1

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¿Cómo fue que estuvo tanto tiempo negándoselo a sí misma?

Era él, aquel muchacho pelirrojo que se encontró en la calle, ese que era ahora su nuevo vecino y también su compañero de clases, era su querido amigo de la infancia; era Gaara.

Ahora lo recordaba, a pesar de no haberles visto más de dos veces, reconoció finalmente que Gaara tenía dos hermanos mayores, uno era un chico castaño y la otra una joven rubia, eran Temari y Kankuro.

Se sentía tan triste, tan dolida de que Gaara no la recordara, de que la hubiese tratado de esa forma tan fría e indiferente, tan agresiva y soberbia. Él ya no era el mismo, eso estaba claro. ¿Pero que había sucedido?

La primera clase se terminó cuando el timbre comenzó a sonar, por lo que Matsuri rápidamente se puso de pie, aunque sus amigas se dieron cuenta de que algo le pasaba. Ella estaba dispuesta a ir a hablarle, a preguntarle cualquier cosa, tenía que saber por qué él ya no la recordaba, por qué se había olvidado de todo.

Sin embargo, no pudo acercarse, porque un montón de chicas le rodearon apenas el profesor salió del aula, todas ellas decían lo guapo que era, que se habían enamorado de él y, hasta decían que era aún más atractivo que Sasuke, quien sólo bufó al oír aquel comentario.

—G-Gaara-kun... —alcanzó a susurrar Matsuri antes de ser jalada por Sakura y por Hinata, pues Sari se había quedado con el montón de chicas que le hacían preguntas a Gaara –según él, fastidiosas preguntas–.

—Entonces, Gaara-kun, ¿de qué escuela vienes? —interrogó una chica, mientras que el pelirrojo permanecía sentado e inmutable, hasta que se percató de su vecina, la cual lo miraba con tristeza mientras era jalada afuera del salón. ¿Qué pasaría con ella? ¿Por qué lo miraba de esa forma tan desconcertante?

—Gaara-kun, ¿tienes novia? —preguntó otra chica, pero Gaara sólo la ignoró, poniéndose de pie y saliendo del salón con las manos en los bolsillos de su pantalón. Todas ellas soltaron un gritillo de emoción, pues que él se quedara callado lo hacía mucho más interesante.

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—¿Qué sucede, Matsuri-chan? —le preguntó Hinata con preocupación, ya que su amiga seguía sumida en sus pensamientos, como si hubiese descubierto algo realmente terrible, se veía tan triste—. ¿Matsuri-chan?

—N-no, no es nada, Hina-chan —respondió la castaña fingiendo una sonrisa, pero la verdad era que no podía quitar de su cabeza el momento justo en que Gaara se paró frente al salón y dijo su nombre completo, ignorando por entero su presencia en ese lugar. ¿Acaso había cambiado tanto como para no ser reconocida por él?—. Creí que no me olvidarías... mentiroso... mentiroso... —pensaba sintiendo deseos de llorar, aunque en realidad no sabía por qué.

Sakura sólo la miraba en silencio, estaba claro que algo le había pasado y que no quería decir que era, pero de alguna forma ella lo tenía que averiguar, porque no iba a dejar que su amiga estuviera así, a ella le gustaba ver a Matsuri y a Hinata sonrientes, disfrutando de lo que les rodeaba.

—Yo... voy al baño, amigas, ya regreso —avisó la castaña antes de irse corriendo, pasando al lado de Sari que se dirigía hacia ellas. La ojigris la miró, notándola verdaderamente inquieta.

—¿Qué le pasa a Matsuri? —interrogó, pero ninguna de sus amigas supo contestarle.

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Matsuri corría por el pasillo tratando de no llorar, era una persona demasiado sensible y que su mejor amigo la hubiese tratado como a una extraña le dolía terriblemente, se sentía como una punzada muy fuerte en el corazón.

No Me OlvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora