En el patio, Sakura, Matsuri y Hinata estaban sentadas charlando, mientras la peli rosa bebía un refresco.
—Esto es muy injusto, ahora resulta que ustedes dos ya tienen novio y yo estoy sola como un perro —dijo ella, soltando un suspiro de decepción.
—S-Sakura-chan, no digas eso —Hinata agitó sus dos manos sobre su rostro, un poco nerviosa, para luego bajar la mirada—. Además, no sé qué sucede con Naruto-kun... —añadió, aunque había bajado la voz, las otras dos la oyeron a la perfección.
—¿Discutieron, Hinata-chan? —le preguntó Matsuri, pero vio a su amiga negar con la cabeza—. ¿Entonces?
Mirando hacia el suelo, la Hyûga permanecía en silencio, no sabía muy bien qué contestar.
—No estoy segura, él sólo ha estado actuando raro, sé que está triste por algo, pero no me dice... —explicó, aunque enseguida su rostro se puso rojo y volvió a agitar sus manos—. P-perdón, no es mi intención abrumarlas con mis tonterías.
—¡No son tonterías! —dijo Sakura, cuyos ojos arrojaban lágrimas como si se tratara de dos cascadas—. Te entiendo tanto, cuando Sasuke-kun no me confiaba las cosas, me ponía súper inquieta y —esta vez su expresión era más serena, pero triste—. Realmente extraño a Sasuke-kun...
Matsuri miró a sus amigas, ambas tenían sus propios problemas, no deseaba cargarlas más con los suyos, quería contarles sobre todo lo que había estado pasando con Gaara y con Sari, lo del beso, lo culpable que se sentía por no decirle la verdad a su novio, pero no podía, no quería molestar más a sus amigas con todo eso.
—Al menos Matsuri y Gaara-san parece que están en su mejor momento —habló la peli rosa, llamando la atención de su amiga, cuyo rostro se puso rojo como un tomate—. Dime, Matsuri, ¿hasta dónde han llegado ustedes dos? —se atrevió a preguntar, tan sólo para molestarla un poco y cambiar el ánimo a uno mucho más alegre.
Hinata, avergonzada por la pregunta, también miró a Matsuri.
—Es cierto, Matsuri-chan, no nos cuentas muchas cosas sobre su relación, a-aunque tampoco es obligación —aclaró de inmediato.
—¡Claro que lo es! —las tres oyeron una voz a sus espaldas, así que se voltearon, Ino estaba ahí, con las manos sobre la cintura y la cara llena de seriedad—. Vamos, Matsuri, cuenta.
—¿Eh? —la castaña se puso aún más roja, no quería responder ese tipo de preguntas, pero era obvio que no la dejarían tranquila—. C-chicas, ¿c-cómo es que la conversación llegó a esto?
—Ino, ¿de dónde saliste? —cuestionó Sakura, con el ceño fruncido, pero enseguida volvió su atención hacia la pobre chica avergonzada—. Y tú, Matsuri, más vale que respondas.
Justo en ese momento, el timbre que indicaba el término del receso empezó a sonar, así que la chica se puso de pie rápidamente, casi como un rayo.
—¡Ya empiezan las clases! —exclamó, corriendo hacia la sala y dejando a sus amigas con las ganas de oír su contestación.
Sakura suspiró.
—Qué astuta.
—Es obvio que esconde algo —Ino sonrió, a decir verdad, le daba gusto que las cosas entre esos dos estuvieran resultando, a pesar de que al principio intentó interferir, ahora sólo esperaba que la loca de Sari desistiera de tratar de meterse en medio.
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Ya que Neji le había dicho a Hinata que tenía que quedarse en la escuela a hacer unos trámites para el consejo estudiantil, ella debió regresar a casa sola, así que se despidió de las chicas, ya que todas tenían otras cosas que hacer.
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No Me Olvides
Romance"Él le prometió que nunca la olvidaría, pero las promesas no siempre se pueden cumplir." Gaara y Matsuri eran amigos de la infancia, hasta que él y toda su familia debieron mudarse a otra ciudad. Gaara le prometió que nunca se olvidaría de ella y qu...