El tiempo para conocer el templo se terminó más rápido de lo que algunos hubieran deseado, pero después de haber recorrido con gran agrado el majestuoso lugar, ya era hora de volver al pueblo. Esa noche, los chicos iban a celebrar una pequeña reunión de fogata en la zona de camping del hostal donde se estaban quedando, para partir a otro destino la tarde siguiente, así que todos estaban muy entusiasmados, la mayoría se moría por compartir momentos junto a sus personas favoritas de la clase.
Una vez que llegaron al hospedaje, todos se fueron a sus respectivas habitaciones, el profesor a cargo les dio permiso para tomarse el resto de la tarde libre, hasta la hora de la cena, que era donde todos se encontrarían cerca del lago.
—Estoy tan cansada —dijo Matsuri, dejándose caer sobre la cama, que en realidad era un futón que estaba puesto sobre el piso de tatamis de la habitación.
—Yo también, podría dormir toda la tarde y toda la noche —opinó Ino, ella estaba de pie, buscando algo en su bolso de viaje, cuando lo encontró, sonrió—. Pero bueno, no hay nada como un baño de aguas termales para la relajación.
—Hey, si vas yo te sigo —dijo Sakura, la cual también se puso a rebuscar en su bolso, sacando los mismos implementos que la rubia, su jabón, un par de toallas y una bata.
—Qué copiona eres, frentona —se quejó la rubia, saliendo de la habitación mientras aparentaba estar enojada.
Sakura fue detrás de ella, gritándole sus razones de por qué ella era una "cerda egoísta".
—Esas dos no cambian —dijo Hinata, quien empezó a reír suavemente en tanto sus amigas se marchaban.
Matsuri se la quedó mirando cuando ésta se sentó sobre su futón, borrando la sonrisa para reemplazarla por una expresión de absoluta tristeza.
—Hinata-chan, no estás bien, ¿cierto? —preguntó, notando que su amiga inmediatamente bajaba la cabeza y negaba.
—Quisiera poder decirle todo a Naruto-kun, pero... —cerró sus ojos, tratando de aguantar las ganas de llorar—. Ni siquiera me atrevo a acercarme a él sin sentirme como una idiota, lo arruiné, Matsuri-chan, lo eché todo a perder y ahora Naruto-kun me odia...
Su amiga se acercó un poco a ella, como su futón estaba al lado, sólo se tuvo que arrastrar un poquito para poder abrazarla —No digas eso, él no te odia, nadie podría.
—Pero...
—Intenta calmarte primero, me refiero a tus nervios y a tu miedo, cuando estés lista, habla con él, Naruto-san es una persona comprensiva y no es rencoroso, dudo que se niegue a oírte —intentó aconsejar, aunque ella misma sabía que no era la mejor en ese tipo de cosas o qué, estando ella misma metida en un buen lío, tal vez no debería intentar arreglar las vidas de los demás, pero Hinata era su amiga y odiaba la idea de verla tan triste—. ¿Por qué no vamos al baño termal con las chicas?
Al escuchar la propuesta, la joven ojiperla simplemente asintió con la cabeza, intentando recuperar un poco la compostura; Matsuri tenía razón, ella tenía que despejar su mente para poder hablar con Naruto y pedirle perdón por haberle mentido acerca de todo.
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Shikamaru estaba sentado en el recibidor del hostal, hablando por teléfono con Temari, ella le pedía que cuidara bien de su hermano menor y que no olvidara tomar muchas fotografías del lugar, ya que sabía que Gaara no lo haría.
—Qué problemático, ¿por qué tengo que hacer eso? —se quejó, soltando un suspiro.
—¡Porque eres mi novio y yo quiero ver el paisaje! —exclamó la rubia desde el otro lado, realmente era mandona y autoritaria, era todo lo contrario a lo que Shikamaru siempre quiso, una chica sencilla, calmada y femenina, pero no podía negar que le gustaba mucho Temari, incluso si le gritaba y casi lo dejaba sordo.
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No Me Olvides
Romance"Él le prometió que nunca la olvidaría, pero las promesas no siempre se pueden cumplir." Gaara y Matsuri eran amigos de la infancia, hasta que él y toda su familia debieron mudarse a otra ciudad. Gaara le prometió que nunca se olvidaría de ella y qu...