Primera cita Parte 2

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Ya había caído la noche, Matsuri se había dado un baño tibio y se había puesto la pijama para irse ya a dormir, pero una llamada por WhatsApp la distrajo de su meta. Se trataba del grupo que tenía junto con Sakura y Hinata, Sari no estaba en él, porque decía que era algo infantil, lo mismo con Ino. La castaña contestó, se sorprendió de descubrir que ambas chicas ya estaban conectadas.

¡Matsuri! —la voz de Sakura la tomó un poco por sorpresa, haciéndole pegar un pequeño salto sobre su cama—. Adivina quién tuvo una cita hoy y no nos dijo absolutamente nada, la muy ingrata.

—¡No soy una ingrata, Sakura-chan! —se le oyó quejarse a Hinata, por lo que Matsuri se empezó a reír, sentándose sobre su cama.

Lo eres, se supone que todas debemos contarnos cuando saldremos con un chico o tengamos un novio, ustedes dos no me pueden traicionar —decía la peli rosa, quién fingía estar ofendida, aunque en realidad, se sentía feliz por Hinata y el hecho de que al fin estuviera viendo a otros chicos que no fuesen Naruto Uzumaki—. Tú también, Matsuri, no te atrevas a ir a una cita sin decirnos.

—P-pero yo no... —justo cuando ella iba a negar lo de tener cualquier cosa parecida a una cita, la imagen de cierto pelirrojo se le vino a la mente, haciendo que se sonrojara y que su estómago se apretara, como si mil mariposas le revolotearan dentro—. Ah, es verdad, tengo que contarles algo.

¿Qué es? —la que preguntó había sido Hinata.

Matsuri sentía su cara cada vez más caliente, estaba segura de que estaba rojísima.

—Y-yo saldré mañana... con un chico —confesó.

¡¿Quéeeee?!

El estridente grito de sus dos amigas le hizo cubrirse los oídos, dejando caer el teléfono sobre la cama, aunque no le preocupaba, ya que tenía puesto el altavoz.

¿Quién es? ¡Cuéntanos todo! —exigía una emocionada Sakura, mientras los "sí" de Hinata se oían de fondo, incluso si era una chica tímida, la curiosidad que sentía le estaba matando.

La castaña miró hacia el balcón un momento, recordando los pequeños encuentros que, de vez en cuando, tenía ahí con su querido amigo, con el chico que le gustaba. Sonrió al volver a darse cuenta de ello, ya no lo podía negar más, aunque quisiera hacerlo era inútil, ella estaba completamente bajo el hechizo de aquel pelirrojo.

—S-solamente será una salida de amigos, pero... —una sonrisa se dibujó en sus labios al pensar nuevamente en él—. Creo que realmente me gusta mucho, no puedo evitarlo.

Es Gaara-san, ¿no es verdad? —habló Hinata.

—¿Eh?

Obviamente se trata de él, Hinata, ¿quién podría ser sino? —dijo Sakura entre risas.

—¡¿Eh?! —exclamó Matsuri, estaba sorprendida por el hecho de que sus amigas lo supieran, aun cuando ella no había dicho siquiera su nombre o había dado alguna seña—. ¿Cómo es que lo saben? —preguntó abochornada.

Se escuchó una carcajada por parte de la peli rosa.

Por favor, Matsuri, es demasiado obvio.

Después de un rato de estar hablando con las chicas, Matsuri terminó la conversación para irse a dormir, estaba demasiado ansiosa porque llegara el día siguiente, porque iba a salir con su querido Gaara y no podía esperar, aún si eso la llenaba de nervios. De un momento a otro, se agachó en el piso y sacó algo de debajo de su cama, un pequeño cofre de madera muy bonito. Al abrirlo, había dos cosas dentro, una de ellas era una muñequera igual a la que tenía Gaara, la muñequera que Matsuri le había hecho cuando cumplió diez años, como regalo de amistad. Ella misma había bordado las dos a mano, pinchándose incontables veces con la aguja. El segundo objeto era una fotografía, la única foto que tenía de ella y Gaara cuando eran niños.

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