Apenas sintieron que la puerta de la azotea estaba siendo abierta, Gaara se puso de pie como un resorte e igualmente ayudó a Matsuri a pararse, ambos se sentían nerviosos y avergonzados, pero intentaron disimular aquella sensación incómoda.
—¡Al fin te encuentro, Gaara! —la voz de Naruto llamó la atención de ambos, por suerte, éste era demasiado despistado como para darse cuenta de lo que había estado pasando antes de su llegada—. Matsuri, también estás aquí —saludó el rubio alegremente.
Matsuri tan sólo asintió con la cabeza, intentando disimular el rojo que se apoderaba de toda su cara, mientras los latidos de su corazón continuaban golpeando fuertemente dentro de su pecho. Gaara se llevó las manos a los bolsillos del pantalón, estaba frustrado por haber sido interrumpido nuevamente cuando estaba dispuesto a besar a Matsuri, aunque no culpaba a Naruto, él no podría haberlo sabido.
—Dime —habló el pelirrojo.
El ojiazul frunció ligeramente el ceño, de pronto había notado el ambiente tenso, ¿había llegado en mal momento? Negó con la cabeza y trató de desviar ese pensamiento, había cosas más importantes en ese momento.
—Hoy tendremos entrenamiento en el club, además, vamos a renovar los uniformes, necesito que luego te pases para poder tomar tus medidas y eso —explicó, llevándose una mano a la nuca, un poco avergonzado—. No interrumpí nada, ¿verdad?
Matsuri se sonrojó y Gaara suspiró, para después negar con la cabeza.
—Sólo estábamos terminando de comer y de ensayar la obra, soy malo memorizando las líneas —comentó Gaara, volviendo al asiento, en donde había dejado su almuerzo a medio terminar y el guion de la obra. Naruto se acercó entonces, efusivo como siempre.
—¡Yo les ayudo! —exclamó, sacándole una sonrisa a los dos presentes, nadie, ni siquiera Gaara, era inmune a la alegría y efervescencia de Naruto.
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Sakura y Hinata habían ido al baño después de que Naruto había terminado de comer y se había alejado del grupo en busca de Gaara, ella misma fue quién le dijo que el pelirrojo probablemente estaba en la azotea de la escuela junto a Matsuri. Ambas amigas iban charlando animadas, cuando Sakura se detuvo de golpe al ver a Sasuke en el mismo lugar en donde lo habían dejado, la cafetería de la escuela, pero siendo acompañado por cierta chica pelirroja.
—¿Sakura-chan? —le llamó Hinata, notándola un poco extraña. Siguió con la mirada la dirección hacia donde estaba viendo su amiga, notando lo mismo que ella; aquella pelirroja estaba sosteniendo las manos de Sasuke.
Normalmente, Sakura no era celosa en extremo, aunque era cierto que le molestaba un poco cuando las chicas se le insinuaban a su novio, ella tenía mucha confianza en él y aquello no pasaba de un simple mal rato, pero, desde que Sasuke le había comentado que Karin gustaba de él y al ver que ambos se llevaban como amigos, ella siempre estaba temerosa de que Sasuke comenzara a fijar sus ojos en la prima de Naruto. Bastaban sólo unos segundos para darse cuenta de que el azabache no se comportaba distante con Karin, como con el resto de chicas, quizás, porque ella era familiar de su mejor amigo, o al menos de eso se quería convencer Sakura.
—N-no creo que esté pasando nada raro —intentó decir la ojiperla, con la intención de que su amiga de ojos jade no se llevara una impresión equivocada de lo que estaban viendo.
—Claro que no —dijo Sakura, sonriendo para tranquilizar a Hinata. Ambas se acercaron entonces a la pareja, pero sin decir nada.
—Entonces, ¿me harías ese favor? Anda, Sasuke, si dices que no, le diré a Naruto que no te deje de molestar —comentaba la Uzumaki, por lo cual, Sasuke soltó un suspiro.
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No Me Olvides
Romance"Él le prometió que nunca la olvidaría, pero las promesas no siempre se pueden cumplir." Gaara y Matsuri eran amigos de la infancia, hasta que él y toda su familia debieron mudarse a otra ciudad. Gaara le prometió que nunca se olvidaría de ella y qu...