—¿S-salir contigo? —le preguntó la chica, sorprendida y nerviosa. No estaba entendiendo del todo la propuesta de Gaara, no estaba segura si acaso él le estaba proponiendo algo que iba más allá de su amistad.
Gaara, quién no dejaba de mirarla, finalmente desvió su vista hacia su costado, también nervioso, aunque a él ni siquiera se le notaba.
—Sí, ya sabes a qué me refiero, salir, ir a hacer algo... como amigos, obviamente —aclaró el pelirrojo, aclaración que logró tranquilizar a Matsuri.
Ella bajó la mirada, sintiéndose un poco tonta, ¿qué se supone que había esperado que pasara? ¿Acaso en serio creía que un chico como Gaara iba a fijarse en ella? Estaba decepcionada, sí, pero era algo tan evidente que no podía quejarse, Sabaku No Gaara era apuesto y popular, lo normal sería que pusiera sus ojos en una chica de su categoría, como Ino, a ella sólo podía verla como su amiga.
—¿Y bien? —insistió Gaara, frunciendo levemente el ceño, al mismo tiempo que sus ojos volvían a fijarse en la figura de la chica. Simplemente no podía dejar de desear acercarse más a ella, quería abrazarla, se moría por besarla, por decirle todo lo que sentía, pero no quería hacer el ridículo, por eso pensó que lo mejor sería intentar avanzar poco a poco, que Matsuri dejara de verlo como un amigo y comenzara a verlo como un hombre.
—Ah, sí... —asintió la castaña con la cabeza—. Claro, Gaara-kun, podemos salir cuando tú quieras —le respondió con una dulce sonrisa, una de esas que aceleraban el corazón de él sin que ella fuese consciente de ello.
—Entonces mañana —dijo el chico—. Vamos al cine, luego podrías ayudarme con mis líneas para la estúpida obra escolar.
Matsuri dejó escapar una pequeña risita, asintiendo con la cabeza, al tiempo que miraba a Gaara con admiración.
—Aunque no quieras hacerlo, creo que el papel del príncipe te va muy bien, Gaara-kun, realmente lo harás genial, yo te ayudaré en todo lo que pueda.
Gaara tan sólo asintió con la cabeza, adoraba pasar tiempo junto a Matsuri y el pedirle que le ayudara a ensayar había sido una idea brillante.
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Si no fuera porque debía fingir una sonrisa y actuar como una dama, Temari estaba segura de que en estos momentos estaría volviéndose una asesina cruel y despiadada. Estaba frente a la casa de Shikamaru Nara, su novio, estaba a punto de conocer a sus padres y no podía estar más furiosa al respecto. No lograba comprender los motivos del Nara, pero tampoco le importaban, sólo quería matarlo en medio de una lenta y tortuosa agonía.
—Hey —le dijo Shikamaru al salir a recibirla, ella había tocado el timbre hace sólo unos momentos. Se sorprendió un poco al verlo sin el uniforme de la escuela, vestido de modo casual, claro, aunque se veía bastante bien. Temari no había podido evitar pensar que Shikamaru era apuesto, aunque eso le doliera en lo más profundo de su herido orgullo.
—Hola —dijo la furiosa rubia—. Acabemos con esto de una vez —antes de que él la invitase a pasar, ella misma ingresó a la casa, por lo cual, el joven sólo chasqueó la lengua.
—Problemática —murmuró.
Cuando Temari estuvo dentro de la casa de Shikamaru, pudo notar que ésta era sumamente hermosa, tenía un estilo oriental muy marcado, con tatamis en el piso y aquellas típicas puertas corredizas, se sorprendió un poco y debía admitir que el lugar era acogedor a simple vista.
Los padres de Shikamaru estaban ambos sentados a la mesa, la cual era baja, casi pegada al suelo, ellos se sentaban sobre pequeños cojines, mientras bebían un té.
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No Me Olvides
Romance"Él le prometió que nunca la olvidaría, pero las promesas no siempre se pueden cumplir." Gaara y Matsuri eran amigos de la infancia, hasta que él y toda su familia debieron mudarse a otra ciudad. Gaara le prometió que nunca se olvidaría de ella y qu...