Tu recuerdo Parte 1

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Advertencia: Puede que una que otra parte sea algo difícil de leer porque son temas sensibles, ya saben que si están pasando por un mal momento, lo crrecto es buscar ayuda<3

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—¿Qué estás haciendo, Gaara-kun? —le preguntó su pequeña amiga, ladeando un poco su cabeza para ver mejor la actividad que él estaba realizando.

Gaara se encontraba sentado en medio del arenero del parque, edificando un bonito castillo de arena, a decir verdad, era realmente talentoso, los ojos de la dulce Matsuri se iluminaron con sólo verlo.

—Estaba aburrido, así que me puse a construir —contestó el pelirrojo, sin desviar la mirada de su obra de arte.

La niña se sentó frente a él, sonriendo ampliamente.

—Ya veo, yo no sé construir nada, eres realmente bueno en esto —aseguró, conteniendo las ganas de tocar el castillo y llegar a romperlo, no quería arruinar el esfuerzo de su amigo.

Después de terminar, Gaara se cruzó de brazos y miró el resultado de su construcción, pero había algo que no le convencía del todo, por más que lo observaba, no sabía qué era, así que sólo se llevó una mano a la barbilla y frunció el ceño.

—No estoy seguro de qué le falta.

—¡Ya sé! —exclamó Matsuri, que se puso a rebuscar algo dentro del pequeño bolsito de color rosa que siempre llevaba colgado al hombro, sacó una banderita de Japón que venía en unas papas fritas que antes había comido y la colocó con cuidado en la punta de la torre más alta.

Eso pareció ser lo que Gaara estaba buscando, porque sonrió satisfecho.

—Ahora me gusta —aseguró, asintiendo varias veces con la cabeza—. Eres muy lista, Matsuri-chan.

La castaña sonrió dulcemente.

—Gracias, Gaara-kun, pero tú lo eres más.

Cuando el niño la miró, no pudo evitar sonrojarse un poco, el modo en que ella sonreía siempre lo ponía nervioso, era tan alegre y le parecía demasiado bonita, aunque no era tan llamativa para el resto de los niños que conocía, a él le resultaba preciosa, porque era la persona que siempre estaba ahí para él.

—Oye, Matsuri-chan —la llamó, poniéndose serio—. Cuando seamos grandes, ¿vas a ser mi novia?

—¿Eh? —la pequeña se sonrojó completamente como un tomate ante la pregunta—. ¿N-novia? —cuestionó, no estaba segura si él sabía lo que eso significaba, pero por el modo en que la miraba, parecía que sí.

Gaara asintió.

—Sí, ya que me gusta mucho estar contigo, he pensado que deberíamos estar siempre juntos.

Ella bajó la mirada y asintió tímidamente con la cabeza, volviendo a sonreír de ese modo que a él tanto le gustaba.

—Está bien, Gaara-kun, cuando seamos grandes voy a ser tu novia —aseguró, dejándolo satisfecho con aquella respuesta.

Lentamente abrió sus ojos y miró a su alrededor, las paredes blancas de la sala de hospital le dijeron que se había quedado dormido en la habitación, mientras cuidaba de Matsuri, que se encontraba postrada en aquella cama junto a él. Había pasado poco más de una semana desde el accidente, Matsuri sufrió varias lesiones graves, había recibido una cirugía de emergencia para reparar algunas de sus fracturas, pero incluso luego de estar fuera de peligro, ella no había vuelto a abrir sus ojos. Gaara se turnaba con los padres de ella para cuidarla y que siempre alguien estuviera a su lado, algunas veces también venían Ino y las demás chicas, pero cuando Gaara estaba lejos de ella, no lograba sentirse tranquilo.

No Me OlvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora