Señales

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Capítulo 19

(Demián)

Había pasado una semana desde que salí con Alix, ahora la rubia estaba un poco distante, sólo me hablaba para lo indispensable; de principio me afecto un poco, no entendía por qué dijo que seguiríamos siendo amigos, que no era una inmadura para dejar de tener contacto conmigo, sin embargo, las cosas estaban completamente distintas, pero con el paso de los días comprendí que tal vez era su forma de superar los sentimientos que tenía hacía mí y yo debía respetar eso.

Frank insistió en ir a una discoteca, toda la semana no hacía más que hablar y hablar de lo bien que la pasó son Monique en aquel lugar, rogándome hasta el cansancio para que fuera con él, así que terminé aceptando.

Como era viernes, decidí salir un poco antes del trabajo para pasar por casa de mi Nadia y checar como iban las cosas ahí. Siempre que iba de camino a aquella casa, la sonrisa en mis labios aparecía, nada me hacía más feliz que verla, aunque fuera de lejos.

Yo quise presentarme ante ella después de su fiesta pero la oportunidad no se había presentado y no quería por ningún motivo hacer algo de manera apresurada, tenía que planear algo realmente bueno, si iba a acercarme a ella de nuevo, buscaría que fuera de una forma especial.

Me gustaba ir a pie a la casa de mi ángel, disfrutaba de cada paso que daba hacía allá porque todo me traía miles de recuerdos, mi corazón siempre latía de forma acelerada de tan solo imaginar que algún día ella y yo podríamos caminar tomados de la mano por estas calles, tal vez sea lo más tonto o cursi, pero nada me haría más feliz que llevarla de mi mano y que el mundo supiera que ella es mía.

Estuve cerca de una hora sin ninguna novedad, sólo había visto a los padres de Nadia salir de la casa y abordar su automóvil. Mi teléfono comenzó a sonar, de inmediato conteste, para así tratar de camuflajear mi estancia ahí.

¿A qué hora vendrás? —era Frank.

—¡Oye, suenas más desesperado que una novia plantada! —reí a carcajadas.

¡Ja-ja, que gracioso eres! —trató de contener la risa.

Ya voy para allá, llegó en unos veinte minutos ¿De acuerdo?

¡Vale, acá te espero! —colgó.

Me dirigí al metro para ir al departamento, sintiéndome muy triste por no haber visto a Nadia, pero mañana dedicaría todo el día a seguirla, como siempre.

(Nadia)

Estaba en casa de Candy, como Sebastián se había ido con su padre a Vermont, no me quedó más opción que salir con ella y Parker; de principio no me entusiasmaba mucho salir con ellos, por la situación incómoda que sentía siempre que Hallman me miraba, pero mi amiga había insistido hasta agotarme y hacer que aceptará.

—¡Pruébate esto, Nad's! —me arrojó un vestido negro algo corto pero no tanto como para no usarlo.

—¿Qué tienen de malo mis jeans? —la miré.

—¡Por dios, vamos a ir a un lugar donde no nos dejarían entrar por ser menores de edad, está bien que Parker conozca a los de seguridad, pero debemos aparentar ser mayores, preciosa! —me guiñó un ojo.

—Pues si quieres ve tú con Parker y yo me quedo aquí —me senté en al borde de la cama.

—Ay no, no, no, no y no, ya habíamos quedado —la pelirroja me sujetó del brazo para levantarme y me condujo hasta la puerta del baño —Así que date prisa ya casi son las nueve, mi hermoso y sexy novio llegará en cualquier momento.

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