Celos

343 27 107
                                    

Antes de leer el capítulo quiero avisarles que en la historia ya han pasado tres años, o sea, Nadia tiene quince y Demián veintiuno :S Quise adelantar el tiempo porque básicamente la vida de Demián Holden ha sido la misma, es decir: Ha seguido a su dulce ángel, ha trabajado en M&D, etc., no han habido cambios significativos en la vida de ambos, así que si tienen alguna duda, aquí estoy para platicar con ustedes, ok? Gracias, un beso

Capítulo 11

(Demián)

¿Cómo es que llegué a éste punto? Ésa pregunta se repetía una y otra vez en mi mente, aquella escena no dejaba de reproducirse continuamente en mi cerebro, y sé que jamás, en lo que me resta de vida, mi ángel podrá reparar el dolor tan inmenso que me estaba causando justo ahora.

Odio cuando pasa algo que no tengo presupuestado, ¿Pero quién iba a decir que justamente hoy, yo terminaría hecho pedazos?, ¿Quién habría tenido el valor de arrancarme el corazón de ésta forma?, sólo ella, sólo Nadia.

Me siento atrapado en un remolino de emociones, todas y cada una de ellas explotadas por los sentimientos más destructibles: odio, resentimiento, decepción... ¡Celos! Mi consciencia sabe exactamente por qué lado atacarme, me lanza todos los detalles de mi más cruda realidad, uno por uno van acabando conmigo... Lo sé, estoy destruido.

Ni siquiera tuve las ganas de ir a mi departamento, los pies no me respondían, y mis ojos no hacían más que empañarse, las lágrimas estaban a un segundo de resbalar por mis mejillas, pero con las pocas fuerzas que me quedaban, las retenía, no iba a llorar, no ahora. Caminé apresuradamente al hotel que estaba a unas cuantas cuadras de la terminal, pero el camino hacía allá se me hacía interminable.

Ella ya no sería más "mi ángel", ahora pensar en ése término me apuñalaba el corazón; quería y necesitaba expulsar todo eso que me rompía el alma, que pulverizaba mi vida entera, no podía más con esto, no podía, el dolor me estaba devorando a pasos agigantados.

Pedí una habitación e inmediatamente en cuanto recibí la llave, me metí en el ascensor, conteniendo cada segundo las ganas de derrumbarme ahí mismo, quería tirarme en el suelo y no volver a sentirme vivo, porque era tan doloroso atravesar por todo esto. Abrí la puerta con mis manos temblorosas, corrí hasta tumbarme boca abajo en la cama y fue entonces que me di por vencido y dejé
que todas esas sensaciones me rebasaran. Ahogué un grito en lo más profundo de mi garganta, sintiéndome tan desesperado, desolado y es que era real, mi Nadia, mi ángel, mi dulce ángel no me pertenecía más.

Minutos después, aún con el llanto en mis ojos, con mi cuerpo a punto de colapsar, abrí mi diario de manera desesperada, tenía que sacar esto, ahora.

"Imaginar una vida sin ti, ¿Cómo podría? ¿A caso se puede vivir sin corazón?... Tú me pertenecías de todos los modos... Darme cuenta de esto, ha terminado conmigo, así que dejaré que el dolor me inunde y quedaré a merced de lo que vendrá... No quiero nada sin ti, lo he dicho miles, millones de veces, hoy sé que se acabó, tú has acabado conmigo Nadia... Adiós..." -14/11/2011 9:58 p.m.

Tomé el edredón y me cubrí por completo, quería escapar de mi propio dolor, escapar de éste mundo, necesitaba escapar de todo, pero no tenía fuerzas, no tenía nada para yo mismo sacarme de la oscuridad y tampoco lo quería, ¿Para que querría seguir adelante sin ella?... Le había entregado a Nadia Foster mi corazón y mi alma completamente... ¿Por qué, Nadia?... ¿Por qué?... Mi voz repetía una vez tras otra, mientras mis lágrimas me llenaban el rostro, desapareciendo por debajo de mi cuello, estaba acabado, lo sabía.

"... Eran las 8:10 p.m. Había sido un día muy raro, todo el tiempo en el que estuve en la oficina no hacía más que sentir escalofríos a cada rato, hasta llegué a pensar que me daría resfriado porque no me sentía nada bien, así que en cuanto terminé mi horario de trabajo, preparé todo para salir rápidamente de ahí, aunque me enfermara, eso no me impediría ver a mi ángel.

El ExtrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora