París

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Capítulo 23

(Nadia)

Ya había pasado un mes desde que llegamos a París, las clases eran bastante extenuantes pero trataba de aprovecharlas al máximo. Pearl y yo nos llevábamos mucho mejor que antes, y me parecía que el estar alejadas de Candy y Parker nos había caído como anillo al dedo para retomar y fortalecer nuestra amistad. Mi relación con Sebastián estaba un tanto pausada, cada vez que le llamaba él estaba en clases o haciendo un trabajo importante, me devolvía la llamada después de horas o días, excusándose con que tenía miles de cosas qué hacer y cuando llegaba a casa simplemente se quedaba dormido apenas tocaba su cabeza la almohada, ya nada era lo mismo entre nosotros, sin embargo yo todavía lo amaba y lo echaba tanto de menos, así que trataba de comprender que él también tenía una vida en Nueva York, así como yo ahora en París.

La necesidad de poner en mi sistema un poco de yerba me había hecho hablar con varios chicos, hasta que supe que Leo el chico alemán que también estaba de intercambio, fumaba marihuana y de vez en cuando me regalaba un poco para fumar, siempre y cuando yo aceptara salir con él a tomar un café, y eso había estado haciendo obviamente Pearl ignoraba eso, porque me esforzaba por mantener oculta mi adicción.

Aproveché que Pearl había salido por la noche con un amigo para prepararme un cigarro, me sentía tan relajada, no me gustaba sentirme ansiosa, y con eso lograba estar tranquila. Después de un rato, me recosté en el sofá, mirando el techo, pensando en muchas cosas e imaginando otras, pero esa sensación rara que me ha absorbido desde hace mucho, se acrecentaba más y más, era como si alguien me llamara mentalmente, cómo si una fuerza desconocida me pidiera regresar a Nueva York, pero seguramente todas esas alucinaciones eran provocadas por la yerba, así que cerré los ojos y me quedé profundamente dormida, hasta que unos fuertes golpes en la puerta me sobresaltaron.

Me incorpore rápidamente, aun sintiéndome algo mareada y fuera de mí, di una revisada visualmente al pequeño departamento y caminé hasta la puerta, eché un vistazo por la mirilla, no podía creer quién estaba detrás de la puerta.

Mi cuerpo comenzó a sacudirse, los nervios me dominaron, pero no me dejaría amedrentar por él, Parker no tenía idea de lo que le haría si se atrevía a sobrepasarse conmigo de nuevo.

(Demián)

Estaba dedicado a fortalecer mi amistad con Alix y de esa forma quizá averiguar algo de Nadia, parecía mentira, pero aún no tenía ninguna pista de lo que había pasado con ella, y eso me frustraba excesivamente.

—No tenía idea de que hubieran remodelado el Native's Bar —comentó Alix, mientras yo estacionaba el automóvil. Quedamos en encontrarnos con Frank ahí.

—Tampoco yo sabía, quedó bien, ¿No crees? —hablé sin ningún interés pero a estas alturas el fingir se me daba de mejor forma.

—¡Sí, quedó fantástico! —sonrío.

Bajamos del auto y nos dirigimos a la entrada, accediendo al lugar de inmediato. El ambiente era relajado, con música muy suave, el olor a tabaco y alcohol no eran tan obvios. Encontré a Frank sentado en la barra, y una chica de cabello castaño estaba charlando con él de forma animada.

—¡Está allá! —le indiqué a Alix con una seña.

Nos acercamos a Kellerman, de inmediato saludó a Bagley con un beso y un abrazo, para después presentarnos a Camile, la chica con la que estaba conversando, era realmente bonita, no pasaba de los veinte. Comenzamos a charlar los cuatro, en lo que nos buscaban una mesa, ya cuando estuvo lista, nos fuimos a sentar todos juntos.

—¿Es novia de Frank? —me susurró Alix en el oído, sonreí.

—No, Frank jamás ha tenido una novia, en el orden estricto de la palabra —respondí también en el oído de la rubia.

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