Capítulo 55
Dos meses después...
(Nadia)
No podía dejar de llorar, sujetando su fría mano entre las mías, mientras mis labios temblaban dolorosamente al pronunciar su nombre, una y otra vez. Sentía que estaba a punto de colapsar, a punto de desfallecer, a punto de volverme loca.
Me enloquecía saber que nuevamente por mi culpa alguien estaba a nada de perder la vida; tenía tantas deudas con demasiadas personas, sin embargo ésta era una que no podría pagar nunca, ni siquiera dando mi propia vida.
Los paramédicos hablaban entre sí, al mismo tiempo que iban entrando en la cocina; había ruido por todas partes, y la sangre que ya se había esparcido por todo el piso, daba la impresión de que se habían convertido en uno solo.
Con rapidez me hicieron a un lado para comenzar a checar el estado del rubio, mientras que yo seguía desmoronándome de manera dolorosa.
—¡Está muerto, no hay nada más por hacer! —cada una de esas palabras me perforaron el corazón, dejándome a merced de un dolor insoportable.
No pude gritar porque me atragante con el llanto, dolor, desesperación y culpabilidad; caí de rodillas sobre el piso, llenándome de frío hasta lo más profundo de mis huesos. Me arrastré como un animal herido que estaba a punto de morir; lo abracé con desesperación, y le pedí perdón por haberlo arrojado hasta éste maldito final, un final inmerecido, tan inhumano, tan triste.
Las lágrimas caían de mis ojos continuamente, no podía entender, o más bien no quería aceptar mi culpabilidad en esto; en mi mente sólo se repetía una sola pregunta, una y otra vez: ¿Por qué seguía arrastrando a finales fatales a las personas que más habían demostrado interés en mí?
No podía conmigo misma, sentía tanta furia y enojo; me dejé caer, me perdí en todas esas imágenes que giraban ante mis ojos con una velocidad que me desequilibraba física y emocionalmente, estaba ya tan herida, tan deshecha, tan agotada que no puse resistencia en cuánto mi alma comenzó a abandonar mi cuerpo, la oscuridad se abrió paso hasta llegar a mí para comenzar a devorarme de una vez por todas en ése espiral enloquecedor que se había formado a mi alrededor rápidamente.
Desperté abruptamente, atragantándome con mis propias lágrimas, las cuales se sentían tan frías en mis mejillas; el escalofrío me recorrió de pies a cabeza, otra vez había soñado con ése fatídico día, donde Frank Kellerman había estado a punto de morir por mi culpa.
Abrace la almohada, pegando mis labios en ella para así menguar los escandalosos sollozos que seguían saliendo de mi boca.
—¿Estás bien? —Frank se asomó por el marco de la puerta, la cual dejaba entre abierta desde aquella horrible noche, dadas las constantes pesadillas que se habían convertido en una rutina nocturna.
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El Extraño
Romance"Llegaré hasta el fin del mundo, por ti... " -Demián Holden. Obra registrada en Safe Creative: 1501273105120 Todos los derechos reservados.