El Extraño

Verdades

Capítulo 41

(Demián)

Los días iban pasando a buen ritmo, mi dulce ángel y yo ahora estábamos dejando atrás todo aquello que nos había frenado, lastimado; ahora tratábamos de conocernos y acoplarnos el uno al otro, lo cual estaba fluyendo de una forma que no podía ser mejor; todo eso me hacía feliz, eran tanto lo que disfrutaba de su compañía que la sonrisa en mis labios ya era permanente.

Me atrevo a decir que para Nadia esto también le ha traido más tranquilidad, ahora hablaba más conmigo, me dejaba tomar su mano, abrazarla, permitía que le demostrara mi cariño, así que yo con todo eso me sentía más que afortunado y agradecido.

Haber expuesto mis sentimientos por ella, haberle contado todo, incluso haber dejado que leyera mi diario para que de esa forma comprendiera que mis sentimientos hacía ella siempre fueron y serán los más fuertes, reales y transparentes de lo que cualquiera podría suponer, que no pretendía nada más que hacer que en algún momento ella viera en mí a alguien a quien podría confiarle su corazón, su alma, que siempre yo estaría para ella sin importar qué.

—¿Podrías leer esa parte de nuevo, por favor?— dijo con esa voz dulce y suave que siempre lograba embelesarme.

Carraspee un poco y sonreí ligeramente, disfrutando de esta cercanía que teníamos; Nadia estaba recostada sobre el sofá, con su cabeza en mis piernas, su mano derecha dibujaba círculos en mi antebrazo, gesto que me hacía suspirar de ternura. Sinceramente no podía pedirle más a la vida porque empezaba a tener lo único que siempre había querido, anhelado y deseado con fervor.

—"Tus ojos me dicen todo lo que ocultas, el lenguaje de tu cuerpo me dice más de lo que podría salir de tú boca, yo interpreto cada una de tus sonrisas y sé cuándo son reales y cuando son falsas, no me preocupa que uses falsedad en tú vida, las personas que te rodean no saben el valor que tienes, alguien como tú sólo llega a éste mundo porque un ángel estaba cansado de la perfección de allá arriba y quiso bajar a darle algo puro a quién podría merecerlo; sé que no soy digno de ti, sé que no podría ganarte, ni siquiera apostando todo lo que no tengo, pero no me importa, porque no hay forma conocida o inventada que pueda alejarte de mí... Un día todo esto cambiara, y sabré que me salí con la mía porque estarás enamorada de mí..."

Nos quedamos en silencio; miraba la mano de mi ángel seguir dibujando esos círculos en mi piel, mientras yo sostenía mi diario con la mano derecha.

—¿Sabes? Creo que lo que escribes es maravilloso, no soy una experta en poesía o cualquiera de esas cosas, pero tus palabras son hermosas y me conmueven de una forma que duele pero a la vez hacen que mi corazón se emocione...— sonrió un poco.

—Siempre he escrito lo que tengo en la mente, ni siquiera me detengo a pensar sí tienen algo de lógica, lo único que busco es plasmar lo que tú me haces sentir, mi ángel...

Dejó de trazar círculos para incorporarse y sentarse a mi lado, me observó por unos momentos; después bajó la vista a sus pies.

—¿Demián?— nuestros ojos se encontraron de nuevo, y vi en los de mi dulce ángel todo aquello que amaba, que anhelaba y que sabía iba a ser lo más tangible de mi felicidad, sonreí un poco.

—¿Si?— sonreí ligeramente. Apartó su vista de la mía y curvó un poco sus labios y eso me tensó de inmediato.

—¿Y sí yo nunca puedo corresponderte de la forma en que deseas?— sus palabras me cayeron como balde de agua congelada, mi espina dorsal fue sacudida por un enfriamiento que fue esparciéndose hasta mi cerebro, entonces ese miedo, el único que siempre había estado latente en mi sistema se hizo materializó, eso con lo que luchaba a diario, lo único que podía despedazarme completamente se alojó en mi alma, supe que mi corazón comenzaría a fragmentarse en pequeños pedazos con las únicas palabras que tenían el poder de devastarme, y ahora mi ángel las había pronunciado en voz alta, y aunque fuera una pregunta, algo dentro de mí sabía que iban a hacerse realidad, cualquier día de estos.