¿Dónde estás?

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Capítulo 21

(Demián)

Habían pasado ya dos días y yo seguía sin saber nada de Nadia, mi mente me jugaba las peores situaciones, provocándome un malestar interminable, me estaba volviendo un paranoico imaginando que ella se hubiera dado cuenta de que la seguía y su familia optara por alejarla de mí, pero no, yo siempre había sido muy cauteloso, la incertidumbre me estaba volviendo loco.

Como era fin de semana, conduje por varios lugares que sabía que Nadia frecuentaba, pero nada, no tenía un indicio al menos de ella, esto me hacía temblar con insistencia, casi como un adicto que necesita una dosis para estar tranquilo.

—Alix... —dije en voz alta, si, ella sabría algo, seguro, ¡Pero no te querrá decir nada, Demián, Alix ni si quiera te dirige la palabra para algo más que no sea trabajo! Mi conciencia me señaló la situación con Bagley, sin embargo haría lo que fuera por saber algo de mi dulce ángel, lo que fuera.

Conduje hasta la dirección de la rubia, en el camino me encontré con Frank, estaba esperando el autobús, y no pude dejar a mi amigo parado ahí, sabiendo que ya me había visto.

—Por un momento pensé que no te detendrías —dijo, mientras se subía en el automóvil.

—Claro, me iba a pasar de largo —reí un poco, buscando ocultar lo irritado que me sentía por la situación con mi ángel.

—¿Te sientes bien? —miré de reojo a Kellerman, me observaba detenidamente.

—Sí, estoy bien, ¿Por qué no habría de estarlo? —enfoqué la vista en la carretera.

—Pues... No me lo tomes a mal, pero te ves un poco, ansioso... Creo.

—No he comido, y sabes cómo me pongo de malas cuando eso pasa.

—Ni que lo digas... ¿A dónde vas?

Medité, debatiéndome entre si decirle a Frank que iba a casa de Alix o joderme e irme con él al departamento, al final me decidí por lo primero.

—Voy a casa de Alix...

—Ohhhh, vaya no sabía que....

Interrumpí de inmediato.

—¡No es lo que piensas!

—¿Y cómo sabes lo que pienso?

—Porque te conozco y sé cómo piensas.

—Podría acompañarte sí quieres, digo, para que no se mal interprete la visita —rió escandalosamente.

—Sería buena idea, pero prefiero ir solo, gracias.

—Uhm, déjame por aquí, visitare a Monique en el estudio de ballet.

—Como quieras —hice una mueca.

Frank bajó del auto, y observe como corrió hasta desaparecer después en unas cuadras más adelante; yo seguí con mi plan.

(Nadia)

Pearl y yo nos dedicamos a disfrutar de nuestros tres días libres, antes de entrar a clases formalmente; recorrimos la Torre Eiffel hasta que quedamos exhaustas, para después disfrutar de la gastronomía francesa, sin embargo, esa maldita sensación de soledad recorría mi corazón, provocaba que mi estómago estuviera hecho nudo y las ganas de llorar eran muchas, sin embargo ponía mucho énfasis en no deprimirme, no podía dejar pasar la oportunidad de estudiar en París.

—Siempre me imaginé a nosotras dos haciendo un viaje como éste —Pearl sonreía —Pero jamás pensé que vendríamos a estudiar, eso no es tan lindo —soltó una risa.

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