Empezar esta conversación que ninguno de los dos sabe cómo va a terminar, les cuesta. Tardan unos minutos en romper el silencio, porque Luis espera a que Aitana prosiga con su discurso y ella espera a que él añada algo.
- Lo siento, Luis. – el chico se incorpora cuando oye estas palabras. No sabe por dónde van a evolucionar y le da miedo todo lo que pueda salir de aquí. - Siento no haber luchado en el pasado por nuestra relación, no haber dado más y no haber aceptado que tenerte a ti incluía sufrir todo lo demás. Siento los celos que tuve cuando nos reencontramos y lo que fue verte con otra chica. Siento haber vuelto a romper nuestra relación y estar tantos días obviándote después de todo. Siento haber frenado el beso del otro día, el silencio que se creó y haberte dejado marchar de casa sin más.
- Eh, Aiti... Basta. - dice cogiéndole la mano e intentando que ella se tranquilice. - El pasado se queda en eso y ya no lo podemos cambiar. Si no hubiera pasado ahora mismo no estaríamos aquí, viviéndonos de nuevo. - Sonríe. - No fue culpa tuya, yo hubiera podido hacer las cosas diferentes, no hacerte sufrir tanto, no hacerte tanto daño. Pero ya está, dejémoslo atrás. Estos últimos meses quizás tampoco han sido los mejores, no hemos hecho cosas acertadamente. Pero los dos hemos sido partícipes y lo mejor que podemos hacer es darnos cuenta de los errores para poder arreglarlos en un futuro. - Aitana asiente, dirigiendo sus ojos desde la cara de Luis hasta sus manos que aún se mantienen juntas. Luis se da cuenta de que aquel brillo que hasta ahora ella lucía vuelve a desaparecer. - Ahora. Mira lo que tenemos ahora. Da las gracias de las cosas que salen bien, de lo que ahora mismo estás orgullosa. Porque yo doy las gracias de aquel primer beso después de añorar tanto tus labios. Doy las gracias a Bruno de insistirme en venir a buscarte y poder reencontrarme contigo. Y doy las gracias por cada beso que ha habido desde entonces.
- Ay, Luis. Yo también doy las gracias por ello. No me arrepiento de nada, créeme. - Le acaricia la cara mientras dice las palabras, no sabe si para hacerlas aún más creíbles o porque añora el contacto con la piel del rostro del chico.
- Pero... Sé que hay algo más, cariño. Hemos estado muchos años separados, pero la intensidad con la que vivimos los que estuvimos juntos mantiene intactos los recuerdos.
- Tengo miedo.
- ¿El miedo gobierna tu vida? ¿Es más fuerte que tú y puede tomar tus propias decisiones?
- Tengo miedo de que en algún momento llegue a este punto.
- Comparte, entonces. Y dividámonos entre ambos este miedo para poder vencerlo, Aitana. Estoy aquí para sacudir todos estos fantasmas que te preocupan y te asustan.
- Luis... Tengo miedo de la relación. Y sé que es un miedo irracional, pero por eso no lo puedo vencer. - A Luis no le hace falta añadir nada más, simplemente la coge y con un pequeño impulso la coloca encima de sus muslos para poder abrazar con total comodidad. Sus cuerpos se vuelven a encajar con facilidad y sus corazones conjuntan su compás. Aun así, los sollozos de Aitana no tardan en hacerse sentir, su corazón pierde el ritmo que ambos marcaban y el jersey de Luis queda húmedo debido a las lágrimas que empiezan a caer.
- Cuando nos reencontramos no encontré esa luz tan peculiar en tus ojos. Aquella luz que tenías cuando nos conocimos, durante los años que fuimos amigos y el tiempo que salimos juntos. - pronuncia el chico cuando la nota más calmada después de unos minutos de llanto y de besos en la frente, sin dejarla de estrechar entre sus brazos. - Cada vez que te vi después de aquel primer día de verano, sin la luz de tus ojos, era una punzada de dolor en el corazón. Me dolía haberte dejado volar y saber que alguien había apagado aquella luz. Cada vez que me doy cuenta de que has sufrido y has perdido aquella luz... Lo siento, siento no haber sido suficiente valiente para protegerte de esto. Quería que volaras alto sin que nadie te rompiera las alas.
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Media vuelta
RomanceLuis Cepeda es un cantante de treinta años que ha aprendido a compaginar su vida laboral como artista consolidado y reconocido en todo el país y fuera de este, con su vida más familiar y personal. ¿Será capaz de tenerlo todo bajo control o tendrá qu...