De pronto Aitana se encuentra sola en medio de un salón que no reconoce. Ha cambiado mucho desde la última vez que estuvo allí. Seguramente porque en ese momento estaba todo desamueblado, Luis acababa de comprarlo. Tenían mil ideas para decorarlo, hacía meses que dedicaban alguna de sus tardes juntos para buscar imágenes de decoración acuerdo con sus gustos, aunque la casa fuera sólo del chico. Reconoce algunas de las ideas que encontraron y que formaron parte de la carpeta "Hogar" que ambos compartían en la galería: el sofá es de un color oscuro donde las almohadas y mantas dan el toque de color ideal; una de las paredes alberga un mosaico de fotografías en blanco y negro, unas fotografías que debían tenerlos a ellos como protagonistas y donde ahora lo es Bruno.
Le es inevitable, sabiendo que en una de las habitaciones duermen los dos niños que con tan solo diez días han conseguido que les coja un cariño inmensurable, acercarse a ellos. Ve la habitación en penumbra y se imagina la tarde que han pasado y lo mucho que Luis debe haber disfrutado de estos instantes, recuerda que se convertía en un niño cuando se juntaban con sus primos pequeños a comidas familiares que él le acompañaba. Poco a poco, y debido a ver a Bruno en el casal e ir reconociendo rasgos y gestos idénticos al adulto, ha ido aceptando que ahora Luis es papá. No se imaginaba verlo en esta faceta, o tal vez se había imaginado tantas veces verlo desarrollando este papel a su lado que le está costando un mundo hacerse a la idea.
Intenta observar la habitación infantil cuando sus ojos se acostumbran a la oscuridad. Los colchones del suelo y las mantas colgadas de algunos armarios para cubrirlos impiden que pueda descubrir todos los rincones, sin embargo puede ver la estructura de madera de la cama a ras de suelo. También percibe la biblioteca a una altura baja para que Bruno pueda llegar, se acerca y lee algunos de los títulos. En la primera estantería reconoce un libro, "Siempre" habla de la muerte y de todas las emociones que esta situación provoca a los más pequeños, a su lado lo acompañan "Soy la muerte" y "Para siempre" siguiendo la misma temática que el primero. "Así es mi corazón" es un cuento que sirve para aprender a reconocer las diferentes emociones y estados de ánimo y es el que encuentra cuando dirige su mirada a la estantería de abajo. Sonríe porque recuerda el día que le leyó este libro a Luis, ella aún estudiaba cuando le hicieron comprar para una asignatura de la universidad, Luis la acompañó a comprarlo un día de noviembre que llovía y pasaron la tarde leyéndolo y analizándolo junto a la ventana del pequeño estudio que él tenía mientras escuchaban las gotas golpeando el ventanal. Detiene el pensamiento cuando recuerda lo que vino unas horas después cuando Luis le quitó el libro de las manos al mismo momento que le dejaba un beso dulce, húmedo y demasiado sugerente en el cuello. Aparta el recuerdo de cómo le dieron la bienvenida a la madrugada quemando cada curva de su piel y bailando con la almohada.
Entrecierra la puerta cuando sale de la habitación, la puerta de una habitación que en su momento nunca imaginó que sería el espacio de un pequeño. Observa las fotografías colgadas en el pasillo, en la de enfrente aparecen padre e hijo, Bruno debía tener menos de un par de meses, Luis lo coge con cuidado y lo observa con ternura, su mano es gigante en comparación al bebé. La que hay junto a esta también aparece la hermana del gallego, recuerda las tardes de compras que vivió con ella y cómo se hicieron amigas muy rápido, añora la confianza que estableció con Miriam. La otra hace poco que está, ya que Bruno está prácticamente igual que ahora, tal vez con el pelo un poco más corto, y coge la mano de su abuela mientras pasean por un camino lleno de árboles que reconoce, es Galicia.
Analiza su móvil en busca de algún mensaje de Luis donde le explique cómo va todo, pero no encuentra nada. Es tarde, hace rato que han tocado las doce y no sabe cuánto tiempo pasará hasta que el gallego vuelva a estar aquí. Se dirige hacia la cocina para intentar encontrar algo para soportar el calor de esta noche de verano. En uno de los armarios encuentra una caja de infusiones frías como las que ella suele tomar, como las que también solía tomar. Y sonríe al ver que este pequeño detalle todavía lo comparten y como un pensamiento, por una vez, se ha hecho realidad. No podría decir la verdad si le preguntaran cuántas veces lo ha pensado, pero lo cierto es que con cada bolsita de esta infusión que se ha tomado desde que sus caminos se separaron, ha pensado en que él estuviera haciendo lo mismo en cualquier otra parte del mundo. "Como cuando miraba estrellas en el puerto pensaba que podía ser que alguien al otro lado del mundo las estuviera mirando también".
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Media vuelta
RomanceLuis Cepeda es un cantante de treinta años que ha aprendido a compaginar su vida laboral como artista consolidado y reconocido en todo el país y fuera de este, con su vida más familiar y personal. ¿Será capaz de tenerlo todo bajo control o tendrá qu...