20 - Beberte lento

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El calor de inicios de agosto se hace presente incluso cuando el sol empieza a esconderse. Bruno corre inquieto por la casa escapándose de las manos de su padre que quiere vestirlo. Han sido unas semanas complicadas con toda la promoción del disco, pero Luis está muy contento con su espectacular recibida. Estar tantas horas lejos de Bruno ha hecho que su comportamiento cuando están juntos cambie un poco. En sus anteriores discos, y evidentemente con sus correspondientes entrevistas, no lo había notado tanto, también es cierto que el niño era más pequeño y se lo llevaba allí donde podía. Ha habido días para todo, días donde el pequeño de casa requería mucha demanda de mimos y abrazos de su padre, días donde se quejaba con un solo beso o abrazo del más grande y donde rechazaba su contacto, y días que a los dos se les hacía difícil la convivencia y acababan con llantos del menor y el corazón roto del mayor. Toda esta carga se ha ido acumulando en los hombros de Luis durante estas semanas, que además se ha ido añadiendo no poder distraerse casi nada con sus amigos y familia. Alguna llamada con su madre, algún paseo con Aitana y muchos mensajes a deshoras con María. Los otros encuentros han sido durante las recogidas del más pequeño que ha ido de mano en mano y de casa en casa estos últimos días. La rutina de Luis se había convertido en ir de entrevista en entrevista y de recogida en recogida, Bruno tanto podía estar con su hermana y su cuñado, con India, en casa de Luna cuando los padres de esta no estaban trabajando como él, o con Ana y Roi, aunque la mayoría de veces con quien dejaba el niño era con Aitana. Si las semanas anteriores a la promoción se había vuelto costumbre pasar el día en la casa de los Cepeda, ahora lo era terminarlo los tres juntos cenando en la casa de la monitora. Ahora, con la llegada de la segunda semana de agosto se ha reducido el número de entrevistas a hacer, ya que Luis casi las ha concedido a todos los medios de comunicación y su agenda se reduce a muchos conciertos y alguna cita de promoción de vez en cuando, así que piensa aprovechar los días sin subir al escenario para descansar y pasar tiempo con los suyos.

Nota que le duele en alguna parte del brazo cuando lo estira para coger la colonia que siempre le pone a Bruno, sugerencia de su hermana desde que este nació, y se da cuenta de la aparición de un cardenal que seguramente ha sido propiciado por el más pequeño esta noche que han dormido juntos.

- Va Bruno, por favor. Llegaremos tarde y Aitana se enfadará... ¿Quieres que esto suceda? - es entonces cuando Bruno, con solo unos pantalones cortos puestos, aparece con la cabeza baja.

- Siento papi... No quiero que Aiti se enfando...

- Seguro que con el dibujo que le hemos pintado no se enfada, cariño. Aunque con los que ya tiene en casa... no sé dónde lo colgará... - dice más flojo recordando cómo cada día que ha ido a recoger a Bruno la chica le ha ido enseñado las manualidades conjuntas que han hecho para pasar las horas que él trabajaba.

A partir de esta advertencia que Luis le ha hecho, el carácter de Bruno es más dócil y consiguen subir al coche en una hora no muy lejana de la que tenían previsto. No le gusta utilizar estas tácticas para conseguir que Bruno haga caso y se comporte adecuadamente, no le gusta mentir ni hacerlo sentir culpable, pero después de tantos días aguantando el carácter inestable del niño, y en vista de la prisa que hoy tiene, le ha sido necesario. Luis sabe que el comportamiento de Bruno estos días es a causa de él mismo y de su trabajo, pero después de hablarlo mucho con India y Aitana está intentando no ponerse la culpa y no tener que aguantar una piedra más en la mochila invisible que lleva a la espalda.


Bruno baja corriendo de la sillita cuando Luis lo desabrocha. Se espera junto al coche, tal como su padre le pide, dando saltitos mientras se espera a que le pase la mochila que con tanta ilusión ha preparado. Los saltitos lo acompañan hasta delante de la puerta de Aitana y solo se detienen cuando esta abre la puerta y él se abalanza sobre ella para abrazarla.

Media vueltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora