47 - Solo me faltas tú

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El sol sale demasiado pronto para los dos adultos que descansan abrazados entre el nórdico. Les cuesta demasiado abrir los ojos después de los días intensos que han vivido y maldicen el despertador que les anuncia el comienzo de este día festivo.

- Quedémonos en la cama, por favor, Luis... - pide Aitana aún con los ojos cerrados y girándose hacia el otro lado del colchón. Luis se ríe al ver la reacción de la chica y se acerca a ella para abrazarla por detrás.

- Amor... ya sabes cuál es el plan. Y tenemos unas horas de viaje donde podrás dormir.

- Dos horas no son suficientes... - rumia tapándose la cabeza con la sábana.

- Venga... Aiti...

- Es tu culpa, esto. - afirma seria girándose de nuevo hacia él y dejando salir su cabeza de entre la ropa de cama.

- Como te quejaste tanto, anoche... - añade Luis riendo y con una sonrisa pícara en los labios. - Recuerdo que no parabas de repetir "No pares, Luis. Por favor." - intenta imitar su voz entre gemidos.

- Tonto. - es lo único que consigue pronunciar ella mientras nota como sus mejillas se encienden e intentando golpear el pecho de Luis.

- Anda... ven aquí. - el chico deja ir una gran carcajada antes de acercarse a Aitana y dejarle un beso en los labios. - Buenos días, mi amor.


Finalmente, los dos consiguen levantarse de la cama. Con el móvil de Luis reproduciendo música a bajo volumen, comparten una ducha de pocos minutos para ahorrar tiempo. Entre ambos preparan un desayuno ligero que les servirá para aguantar las próximas horas en el coche sin inconvenientes para marearse. Es Aitana la encargada de preparar un biberón, que el chico todavía guarda de cuando su hijo era más pequeño, para que Bruno pueda desayunar una vez se despierte. Mientras tanto, Luis acaba de recoger lo poco que hay desparramado por la casa y guardar en las maletas lo de primera necesidad que aún no había podido meter dentro.


- Aitana. Va. - entra Luis al baño una vez él ya ha terminado las tareas que tenía pendientes y ha visto que el desayuno de Bruno ya estaba listo encima del mueble de la entrada. - Buf... yo mejor que me siente a esperar. Creo que hasta puedo ponerme una película antes de irnos, ¿no? - bromea al ver como la chica está secándose con mucha delicadeza su flequillo y al lado del lavabo está su estuche de maquillaje todavía sin abrir.

- No te quejes tanto. ¿Has cogido el cargador del móvil?

- Sí, y también las llaves de la casa. Solo me faltas tú. - le informa acercándose más a ella.

- ¿Bruno todavía duerme? - le pregunta parando el secador y retocando su pelo aún una vez más.

- Ajá. - Luis la abraza por la cintura mientras ve como ella guarda el pequeño aparato en una bolsa antes de abrir el estuche decorado con líneas de varios colores de donde comienza a sacar pequeños objetos que él no sabe ni para qué sirven. - No te hace falta todo esto, Aiti. Así... - le hace cosquillas en el cuello con su barba y lo acompaña con un dulce beso - ...sonriendo, ya estás preciosa.

- Ay, Luis... - dice girándose hacia él y arrancándole un gemido con el profundo beso que le da como agradecimiento a sus tiernas palabras. - Pero no puedo salir de casa con esta cara de dormida. Así que vete, ahora acabo y salgo. - le pide arrastrándolo hasta la puerta del baño.

El rato que Luis la ha estado esperando le ha servido para pasarse un rato por sus redes sociales. Unos cuantos me gustas y retuits en Twitter le han servido para que sus seguidoras se den cuenta de su paso por allí. Así que no se priva de desearles un buen día recibiendo sus gracias y sus "¿Despierto tan pronto un día de fiesta?". Él se ríe y se pasa las manos por el pelo antes de decidirse por pasar a saludar también por su cuenta de Instagram con una historia que acompaña con el mismo "Buenos días" anterior y una fotografía que se hace en ese mismo instante.

Media vueltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora