Media vuelta

14 - La noche suena

Le está siendo un caos encontrar a alguien que se pueda quedar a Bruno. La primera opción ha sido su hermana, pero Miriam y Pablo se encuentran en unos grandes almacenes buscando los últimos muebles que les hacen falta para la llegada del nuevo miembro de la familia. India le ha cogido el teléfono por casualidad entre el cambio de entrevista a entrevista, así que también ha sido imposible que ella se quede con el niño. En medio de aquella vorágine de llamadas y mensajes, su madre ha hecho acto de presencia tomándole casi media hora que habría invertido en realizar la tarea que tenía entre manos y así, también, poder avanzar trabajo y tener el fin de semana más libre. Ninguna de las tres llamadas que ha hecho a Roi han sido contestadas, sino que derivadas al buzón de voz, y finalmente se ha dado cuenta de que no le sería posible contactar con su mejor amigo. Quizás el hecho de buscar tan apuradamente a alguien que se quede con Bruno ha hecho que no salga todo bien a la primera y que ahora vea como los minutos le escasean. Ha pensado en llamar a Aitana pero hace casi una semana que no habla con ella más que por la llegada y salida de las actividades, así que ha preferido ponerla al final de la lista y como último recurso. Una lista que cada vez es más corta pero que todavía tiene alguna opción en la que confía. Es Ana quien acepta encantada pasar las próximas horas del viernes con su sobrino, así como también propone quedárselo a dormir y poder disfrutar del pequeño un rato más.

Luis acepta a regañadientes porque no le gusta pasar tanto tiempo lejos del que ya no es su bebé, pero analizándolo sabe que será lo mejor para él para aprovechar sin límites esta noche y que su hijo y su amiga agradecerán este rato juntos después de tantos días sin verse más que unas horas.

Y es que finalmente ha llegado el momento. Esta noche tendrá esa cita musical que hace tantos días que propuso y que parecía que no tuviera que llegar nunca. Bueno, hasta hace unas horas tampoco confiaba en que esta misma noche pasaría, por eso no había planeado con quien dejar a Bruno. María ya le ha dicho más de un par de veces que no tenía problema en compartir este plan con el niño y que se adaptaba a ellos totalmente, pero el gallego se ha negado a que no sean los dos adultos los que tengan el protagonismo hoy.

Recibió la respuesta a su mensaje casi dos días después de haberlo enviado. Era martes por la tarde cuando él y Bruno se disponían a hacer la compra semanal, ya que el día anterior se habían entretenido en la fiesta de cumpleaños de un compañero y amigo de Luis donde el más pequeño había sido el centro de atención y había disfrutado tanto como se había cansado durante aquellas horas de diversión. El coche no había sido el mejor lugar para responder el mensaje y por lo tanto se había tenido que esperar la media hora de retención que tuvo que hacer en la carretera antes de aparcar en el supermercado y darse cuenta de que su hijo se había quedado dormido. Aprovechó ese momento para dejarle unos minutos más de descanso y él poder leer tranquilamente el mensaje.

"Perdón Luis, lo siento mucho. Me hacía tanta ilusión verte y pasar un rato juntos que no supe reaccionar bien. Lo siento mucho. Tengo muchas ganas de que me cantes. Ponemos una fecha ya, si todavía quieres. "

Unas horas más tarde, con la compra hecha y guardada, la luna y las estrellas en el cielo y su hijo en la cama, descubrió de la voz de la chica que estaba mucho más arrepentida de lo que el mensaje ya dejaba entrever. Estuvieron hablando durante dos largas horas de cosas sin sentido que los hacían dibujar sonrisas en la cara y planificaron aquella cita musical sin poner fecha. Esa misma mañana del viernes, después de darse los buenos días como llevaban haciendo durante las últimas mañanas y arrepintiéndose de haber estado hablando hasta tan tarde la noche anterior, otra vez, acordaron encontrarse por la noche.

Cuando lleva a Bruno en casa de su tita Ana el niño salta a sus brazos lleno alegría.