13 - A un paso de la luna

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Abre los ojos y en su móvil sólo marcan las siete de la mañana, la luz entra por la ventana iluminando una habitación que le cuesta reconocer hasta que descubre una básica azul encima de una silla y en su cuerpo una de idéntica pero de color negro. Los minutos que dedica en intentar volver a conciliar el sueño le son suficientes para saber que el resto de personas que hoy han dormido bajo el mismo techo todavía duermen, como también le son suficientes para saber que no volverá a viajar al mundo de los sueños. Se levanta con calma ordenando la cama antes de abandonar la habitación pero sin vestirse con su ropa, dejándose puesta aquella pieza del chico.

La puerta de la habitación de Bruno sigue tal como hace unas horas estaba, a la penumbra vuelve a observar las respiraciones calmadas de los dos niños y le invade una paz y un amor que le coge por sorpresa. Minutos después huye de su ensimismamiento y dirige la mirada hacia aquellos libros que tratan la muerte sabiendo la razón por la que están allí, conociendo como los ha utilizado Luis pero sin saber todos los detalles de esta historia y deseando conocerlos. Se recuerda mentalmente que debe dar tiempo a Luis, que no tiene que ir rápido para que él vuelva a ganar la confianza necesaria y quiera explicarle lo que pasó hace unos años.

Antes de dirigirse a la sala principal del apartamento se encamina hacia aquella puerta cerrada que anoche no pudo abrir por la aparición inesperada del gallego. La abre lentamente observando la cámara iluminada por los rayos del sol y descubriendo una habitación totalmente equipada pero sin personalidad. Lo que atribuye como la habitación de invitados no es tan grande como la que ella ha dormido, pero no está mal... ¿porque no ha dormido ella, entonces? Quizás hay algún motivo por el que Luis no lo haya querido y por el que él ha dormido en el sofá. Pero... la cama está deshecha y es él mismo quien ocupa la parte izquierda. Este hecho la coge por sorpresa. Luis tenía una habitación de sobra para que ella durmiera pero en cambio prefirió que lo hiciera en su cama. Si lo piensa claramente, ella también lo habría querido, prefiere mil veces más volver a dormir rodeada de su olor que en una cama cualquiera. Aunque ahora no le importaría estirarse en esta que tiene delante y acercarse al cuerpo que se mueve descubriendo la sábana y dejando ver su torso desnudo.

Ahora sí que necesita un vaso de agua fría y quizás una ducha no le iría nada mal.

Una vez en la cocina remueve intentando no hacer ruido los diferentes utensilios que encuentra en los cajones y armarios para empezar a preparar el desayuno. No quiere pasar mucho más tiempo entre estas paredes y agradecería poder refugiarse en casa y asimilar todo lo que ha pasado en las últimas horas pero tampoco abandonará la casa tan fríamente. Corta en cuatro platillos un poco de sandía que ha encontrado en la nevera y los guarda de nuevo allí esperando que el resto se despierte y puedan compartir juntos el desayuno. Lo que también prepara es su café cuando encuentra un sobre instantáneo en la despensa de Luis, y aunque prefiere uno natural sabe que con este no hará ruido para molestar a los que duermen.

El ruido débil de unos pasos cuando ya está sentada en el sofá le hacen levantar la cabeza del móvil y dejar la taza en la mesita que hay en un lado. Luna aparece con el pelo despeinado, los ojos un poco hinchados por el sueño que todavía arrastra y Copito entre sus brazos. Aitana se agacha para recibirla a su altura y la pequeña reposa la cabeza en su pecho dejándose levantar por la chica que vuelve a sentarse con ella en su regazo.

- ¿Cómo has dormido, Lunita? - la niña la mira y emite un sonido indescifrable que hace reír a la catalana. - Esto es un bien, ¿verdad? - le pregunta con ternura cuando ella cierra los ojos y dejándole un beso en la frente.

- Aiti, quero a papi...

- Cuando se despierte Brunito, desayunamos y llamamos a papi, ¿te parece bien? - Luna asiente y empieza a jugar con el pelo largo de su monitora.

Media vueltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora