63 - Arde

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Reconoce que está siendo una noche muy dura. Luis sabe que Bruno está en el sitio más seguro del mundo, los brazos de su madre. Pero no tenerlo a su lado, en estos momentos en que ese vacío en el corazón le es tan grande, le llena de aún más dolor.

No sabe cómo explicar el salto que ha sentido en el corazón cuando hace un par de horas el teléfono le ha sonado y el nombre de Aitana ha iluminado la pantalla. Pero la voz de su pareja no ha sonado cuando ha respondido la llamada. En cambio, ha sido su hijo que, con voz ilusionada le ha saludado.


- ¡Papi! - grita el niño alargando la última vocal.

- Hola nené, ¿cómo estás? - pregunta con una sonrisa dejando de ordenar la casa para centrar toda su atención en su hijo.

- ¡Superbién! Mami me ha venido a buscar al cole. ¡Hemos comido una tarta de chocolate y hemos jugado muuucho en el parque! - explica Bruno con toda la emoción que ha sentido durante toda la tarde - Y mami me deja quedarme a dormir con ella. - concluye con uno de los motivos, y el más importante, por los que el más pequeño está llamando a su padre.

- ¡Qué suerte! - exclama el adulto, sin esconder la parte de verdad que incluyen estas palabras.

- Pero no cuiero que te pongas más tiste...

- ¿Por qué dices esto, cariño?

- Poque tendrás que domir solito sin mami y yo... Pero te dejo a Pipo que él tamién está solito.

- Gracias, nené. Así no os echaremos tanto de menos. - admite Luis. - ¿Dónde está mami? - se atreve a preguntar sin saber si Aitana también está escuchando la conversación.

- Está trabajando en el ordenador un poquito. Poque tiene muchas cosas y por eso no puede venir a casa, papi. - explica lo que los dos adultos le han contado durante estos últimos días - Y ahora no puede hablar por teléfono contigo, pero antes me ha dicho una cosita para ti. - ríe Bruno.

- ¿Qué ha dicho? - pregunta el gallego con toda la intriga que ahora le llena el cuerpo.

- Que te cuiere mucho. – vuelve a reírse, poniéndose una mano sobre la boca.

- ¿Te ha dicho esto, cariño? – pregunta Luis cómo puede, sintiendo su corazón desbocado.

- Sí. Papi, mami ha venido para ir a domir. - se despide el niño - Buenas noches. - repite lo que su madre le dice.

- Buenas noches, mi amor. Os quiero mucho. - se despide Luis.

- Nosotos tamién te cueremos, papi. - acaba diciendo Bruno, que no lo sabe, pero acaba de detener el corazón de sus padres por unos segundos.


A Luis le ha costado volver a la tranquilidad después de las palabras de su hijo. Y ha sido durante esos momentos de nerviosismo cuando ha aprovechado para enviar un mensaje a Aitana y poder calmar un poco su mente. Sin embargo, el "Yo también te quiero, Aiti" no ha recibido todavía respuesta. Y cada vez son más las vueltas que da en su cama.



El viernes se le hace extraño levantarse sin Bruno a su lado y sin tener que llevarlo a la escuela a toda prisa. Y contando con las pocas horas que ha logrado dormir. Así que se toma con calma las primeras horas del día antes de dirigirse al estudio y empezar las vacaciones de Semana Santa que están a punto de llegar.

De lo contrario, en otro punto de la ciudad, son tres personas las que corren desesperadas para arreglarse y apresurar a Bruno para no llegar tarde. Todo este movimiento hace que Aitana no se sienta tan apagada como en los últimos días. Marta y Ana se despiden de madre e hijo con un beso cuando estos dos salen de casa dispuestos a llegar a su hora al centro educativo del pequeño.

Media vueltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora