1 - Peter Pan

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- Que campanilla te cuide, y te guarde - acaba de grabar la versión de Peter Pan de su gran amigo David Otero que quiere compartir esta noche con sus seguidores. No suele hacerlo demasiado pero ha querido romper un poco con la rutina de preparación de su próximo disco en este domingo lluvioso en casa.

- Papi - unos piececitos corren hasta él y vigila que los delicados aparatos que ha utilizado para grabarse no caigan al suelo cuando el pequeño cuerpo impacta sobre el suyo, aunque esto no suponga nada para él. Lo coge en brazos y el pequeño aún se frota los ojos con una mano después de la siesta de más de una hora que ha hecho, con la otra sostiene su inseparable búho de peluche.

- ¿Cómo has dormido, chaval?

- Ya tengo todas las fuerzas para poder hacer una lucha de almohadas, pero sólo un ratito y después tocamos la guitarra, ¿vale? - Dice bajando de los brazos de su padre y poniendo el peluche entre los cojines para dejarlo descansar un poco más.

- Bruno, prepáralo todo que tu tita me está llamando y como no le conteste tú y yo vamos mal... Miriam, ahora estaba pensando en llamarte...

- Evidentemente, y te tengo que creer, ¿no? Va, dime cómo vas. ¿Te has organizado para este finde, y la próxima semana qué harás?

- Eh, relájate. Le he preguntado a Ana si podía quedárselo pero se va a Canarias mañana mismo... mm...

- Venga Luis, sabes que yo puedo quedármelo.

- Miri si no te quedaras sola sabes que lo haría, pero Pablo también estará en la gala y...

- Luis, estoy embarazada, nada más, puedo cuidar de tu hijo unas horas...

- Vale, entonces lo hacemos así. He estado buscando algún lugar con actividades para que vaya cuando empiecen las vacaciones. Te paso esta noche toda la información de los diferentes centros de verano que he encontrado por correo, hay uno que me gusta mucho. ¿Me das el visto bueno cuando puedas?

- Tendrás mi respuesta antes de mañana por la tarde.

- Gracias guapa. Uy, mira quien tengo por aquí... ¿quieres hablar?

- Tita, ¿cuándo podré mimir contigo?

- Papi te llevará pronto a casa y haremos noche de peli, ¿vale?

Con un niño feliz por pasar un día con su tía se dirigen hacia el comedor para empezar una batalla que pronto sustituye los cojines por cosquillas.

- Venga Bruno, nos tenemos que ir a dormir que mañana tenemos cole. ¡El viernes ya es el último día, campeón!

- ¿No veré más a mis amicos?

- A los amigos, vida, los podremos ver en el parque y en la piscina. Pero ya verás, papá te va a apuntar en un lugar donde conocerás a nuevos y harás actividades muy molonas. A dormir, va. - dice limpiando los restos de yogur que dibujaban un bigote encima de los labios de su hijo y cortando la larga conversación que éste pretendía utilizar para no ponerse en la cama todavía.

- ¡Ay Pipo! ¡Que me lo descuido! - grita el niño que corre volviendo hacia el comedor tras limpiarse los dientes.

- Esta cabecita... A descansar, sueña con los ángeles amor y que los sueños se te hagan realidad. - Luis le tapa con una manta fina y con mucho cuidado disfrutando de esta rutina nocturna que desde hace tres años repite cada noche y que lo llena de ternura y amor infinito.

Se sienta en el sofá cansado después de un día donde el niño y el trabajo no lo han dejado parar y enciende el reproductor de música para escuchar lo que será su próximo single que saldrá en pocas semanas aunque sus seguidores aún no lo sepan y él quiera gritarlo a viva voz ya.

Recibe un correo de Miriam justo antes de cerrar el ordenador y un par de horas después de enviarle uno él con toda la información. Con pocas líneas le explica que el "campamento de verano" que parece mejor para su sobrino es el mismo que él había anotado como único candidato. Podría decirse que es bastante exigente con la educación de su hijo, lo fue desde el primer día. Antes de que naciera ya había llenado la casa sobre libros que explicaban las mejores prácticas educativas aunque todas aseguraban que no había ningún manual donde se explicara cómo ser un buen padre. Cuando Bruno llenó su vida y su casa, se pasaba las noches en vela observando cómo respiraba e intentando resolver las mil dudas que en cada minuto le rondaban por la cabeza.

Ahora que lleva tres años de práctica, las dudas no se han ido y aún tiene miedo de hacer algo que perjudique a su hijo, sobre todo siendo una persona tan expuesta a la gente como lo es él. Menos mal que cuando Bruno nació él tomó como lema que todo lo que hacía era desde el corazón y si no acababa de salir del todo bien era porque no sabía más. Estaba aprendiendo, como todo el mundo a la vida.

Mira los papeles que necesita para hacer la inscripción antes de, finalmente, cerrar el ordenador e intentarlo dejar todo arreglado para mañana mismo enviarla. Abre la ventana de su habitación después de beberse un vaso de agua bien fresca que contrarresta con el calor que este final de primavera está dejando en la calle y se apresta en preparar las cosas de la escuela del niño para mañana a primera hora salir bien de tiempo.

Antes de cerrar los ojos, pero, unos llantos lo hacen incorporar rápidamente y un pequeño cuerpo hace acto de presencia en la habitación.

- Eh Brunito, ¿qué ocurre? Ven - dice con voz melosa al ver que por la cara del niño continúan bajando lágrimas. - Hoy dormimos juntos, ¿te parece bien peque? - Y tal vez esto lo haría ver un mal padre ante algunos otros, ¿pero a quién le importa si puede disfrutar de los pequeños abrazos de su hijo, junto con algunas pataditas que no le hacen daño alguno, como cuando sólo tenía unos meses de vida?



Primer capítulo, ¡espero que os guste!

Y os presento a mi pequeño Bruno, tenía muchas ganas de tener un niño y poder escribir e imaginar con él. Así que él tenía que estar, ¡ya me diréis que os parece!

¡Espero que hayáis pasado un buen finde y que con este poquito de capítulo se os renueven las energías para empezar una nueva semana a tope!

Muchos besitos y ánimos,

Lia

Media vueltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora