Capítulo 34

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Joaquín:

Después del momento tan especial que compartí con Emilio en el baño, realmente sentí que tenía una vida para vivir. Se siente como si todas las veces que lamenté al desamor nunca hubieran existido.

Aquel hombre al que no quería conocer ahora está parado a mi lado, compartiendo su vida conmigo, aquel hombre es el mismo que ahora me ama como siempre quise que lo hiciera alguien. Aquel hombre es el mismo que se está arreglando para el primer cumpleaños de nuestra hija.

El mismo que dijo publicamente que no quería uno.

Él mismo que dijo que no era material de papá.

Y realmente no podría pedirle a la vida algo más bonito que esto. Aún cuando el miedo y la incertidumbre me pasean de lado. Definitivamente no me importaría quemarme por él. Valdría toda la pena.

Termino de vestirme y lo miró arreglar su cabello. El mismo que me permitió cortar y arreglar. Había visto fotos de él y desde que inicio su carrera nunca lo había visto sin barba y era realmente más encantador de lo habitual.

¿Cómo podía ser real?

¿Cómo podía estar con alguien como yo? Mundos tan distintos.

Camino hasta él y lo abrazo porque me gusta recordar que está conmigo y no quiero dar por sentado que está a mi lado. Quiero sentirlo, amarlo, cuidarlo y disfrutar lo mucho o poco que la vida me permita a su lado. Él corresponde el abrazo en silencio como la mayoría de las veces donde no es necesario decir nada.

Siempre dice que no es realmente cariñoso pero siempre quiere ser abrazado tanto como yo quiero hacerlo y es un tipo de acurrucarse.

—Vamos, vamos que tenemos un cumpleaños al que asistir.— dice y pasa su mano por mi mejillas para depositar un beso en mí frente.—Eres el papá más guapo de la historia.
Tomé su rostro suave sin rastros de barba y besó la comisura de si boca haciéndolo sonreír.
—Podría apostar mi corazón a que eres realmente el papá más guapo de la historia.
—Lo soy.— dijo y tomó mi mano arrastrandonos fuera de la había.—Pero compartiré el puesto contigo.

Salimos al patio realmente enorme de la casa y en una esquina sobre una especie de salón abierto lo habían adornado con globos, era realmente bonito y dulce ver tantos colores. Emilio dijo que vendrían unos de sus amigos con sus familias, que quería presentarme a ellos.

Caminamos hasta donde estaba Maddie caminando con mi padre.
—Oh, mira.— dijo Emilio con asombro.—Esta caminando. Y ese vestido de girasoles es realmente lindo.
Lo miré porque él realmente no decía cosas tiernas y cada que lo hacía era en una especie de susurro como si no quisiera que nadie lo escuchara.
—Es tan bonita. ¿Ya te conté que le puse Evangeline por segundo nombre en honor a mi Nonna?.

Emilio se detuvo. Y puso sus manos en la cadera. Pose de indignación. Me declaro culpable de tal desliz.

—Tiene un segundo nombre y no me habías contado.— dice y pone su dedo en mi barbilla, no puedo evitar sonreír tal como lo hacía cada que mi madre me regañaba. Esa mirada de cachorro siempre funciona.
—Creí que si lo había hecho. Lo siento.— pase mi mano por su brazo para que se relajara. Tenía un carácter duro. Nadie quiere despertar a la bestia.

Al menos que sea la otra bestia pero no es momento de pensar en eso.

—Lo siento. Si como no — dice y pega su frente a la mía y niega lentamente.— Debemos hablar de eso, realmente me gustaría que lleve mi apellido también.
—¿No habías dicho que no quieras la custodia?.— pregunto esta vez sin miedo realmente me gustaría considerarnos una familia.
—Puedo intentar convencerte?— ataca lo que me hace sonreír.

Mr. Perfect Match || Emiliaco M-pregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora