Capítulo 51

2.5K 178 47
                                    

Emilio:

¿Esto es real? ¿Cómo esto era mi vida?

Estábamos aquí en el médico finalmente. Podríamos haberlo hecho antes, pero esta fue la primera vez que había sido capaz de coordinar nuestros horarios para estar allí al mismo tiempo.

Cuando escuchamos el amortiguado y rápido pum-pum, pum-pum, pum-pum en el consultorio de la doctora hace unos días, sentí el asombroso peso de lo que significa todo esto, y tuve que usar palabras cortas para procesarlo.

Joaquín y yo seremos padres otra está vez, juntos, muy pronto, no solo de un bebé en camino, sino de dos.

Para ser claros, es decir bebés.

O sea, en plural.

Esto significa que voy a ser un súper papá.
De otros DOS seres.
Además de mi hermosa Maddie.

Y aunque todavía necesito conocer a estos bebés, ya me han robado el corazón. Sigo sacando las fotos del ultrasonido de mi cartera, e imaginando estar con ellos.

Y golpear a cualquiera que los mire de forma equivocada.

Seré honesto. Antes de ir a la cita de Joaquín, ya que no puedo ver los cambios en su cuerpo —no todavía, al menos— y no puedo sentir sus náuseas o fatiga, el hecho de que esté embarazado no se sentía real. Es más parecido a algo de lo que hablamos y que podría hacer algún día que no requiera planes reales o inmediatos.

Como hacer un viaje en globo sobre Francia o comprar un loro.

Pero ver las imágenes en blanco y negro y escuchar sus latidos lo hizo realidad: vamos a conocer a estos niños, o niñas, pronto. Joaquín ha sido lo mejor que me ha pasado.

Me dió una niña hermosa que es la luz de mis ojos, me dió una familia, su corazón y su alma, me dió una madre. Y ahora dos bebé más. Nunca podría expresar con palabras lo mucho que lo amo.

Ahora aquí me quedé mirando a esta imagen del ultrasonido, tratando de averiguar si se parecía más a un alíen o un maní. ¿Y cómo diablos se convertiría alguna vez estos dos maní alíen en un niño? La ciencia era extraña.

Pasé mi dedo sobre los pequeños maní alíen. Y cuanto más lo miraba, más real se volvía. ¿Estaba mirando los inicios de mis hijos o mis hijas? ¿A quién se parecerían? ¿Y quién diablos me abría imaginado a mí haciendo bebés con mi marido?

Me detuve por un segundo, aturdido por eso sin embargo.

Quiero decir mierda santa. Estos bebés, serán una mezcla de Joaquín y yo. Ahora tendríamos tres hijos que siempre representarían las mejores partes de nosotros dos. Te sobrepasa, ¿verdad?

Le sonreí a la imagen, trazando la curva de los pequeños maní alíen de nuevo. De alguna manera el pensamiento de nuestros bebés con Joaquín me hizo caer en amor con él más de lo que ya era. Cuanto más pensaba en ello, más me entusiasmaba todo este asunto paternal.

Mientras miro a Joaquín dirigiendo el coche a casa de sus padres por el cumpleaños de Uberto, una punzada de ternura me golpea, y me estiro para trazar su mandíbula. Sonríe contra mi palma, sus ojos siguen en la carretera. No me importa si estoy siendo sensiblero.

Él es precioso, y lleva una carga preciosa. Es mi trabajo asegurarme de que esté seguro y cómodo.

¿Que más felicidad puede darme?

Ahogo una risa. Por lo menos sé algo más, lo que incluye la luz verde en casi todos los actos sexuales que podríamos soñar según la doctora Michaels. Esa fue una conversación divertida.

Mr. Perfect Match || Emiliaco M-pregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora