Leto
Corro como nunca antes lo había hecho...
Tengo miedo...
No sé de qué estoy huyendo...
Visualizo un bosque...
Observó una casa enorme entre llamas a mis espaldas ...
Escucho gritos de niños...
Me percato de que también soy una niña...
—¡Padre! —gritan un nombre repetidas veces.
Él no puede estar muerto...
—¡Padre! —me uno a sus gritos.
No escuchamos respuestas, nos asustamos más...
Mi cuerpo me pesa, todo me duele y algo no cuadra, son algunos golpes que recibí de los niños con lo que salí del Orfanato para no morir achicharrada...
Esto nunca había pasado según los informes que estaban en la biblioteca, pero recuerdo, que algunas páginas fueron arrancadas antes de que yo pudiera leer ese libro...
Seguimos observando el orfanato en llamas...
Sale una sombra alta de esa casa, solo que no es nuestro Padre...
Él no debería estar aquí...
Tiene un cuchillo...
Cierro los ojos unos momentos, desearía no abrirlos, pero lo hacen involuntariamente mirando un punto fijo...
La sangre me salpica la cara y la ropa a montones...
Giro mi cabeza y lo que presenció mis ojos fue horrible, tan horrible que lo único que puedo hacer es sonreír con su presencia, hace el mismo acto...
Todos los niños se encuentran tirados en el césped heridos...
La sangre abunda de ellos manchando el pasto y en mis manos al arrimarme para ayudarlos o solo ver si por lo menos respiran, no merecen morir por esta tontería...
No hay señales de vida en la mayoría de sus cuerpos, tampoco hay rastro de Esa persona...
Quiero gritar, aunque algo me lo impide...
Una presencia pesada llama mi atención...
Mi mirada vuelve a caer en la sombra que ahora está a mi lado de pie con la misma sonrisa con la que lo recibí...
Me señala con el cuchillo cerca de mi cuello...
—No debió salvarte —su voz es tan gruesa, oscura y siniestra.
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Maldición Rota
RandomDos ciudades donde rondan los tres peores asesinos. Dos personas tienen una hija pequeña y la otra que es una adolescente, jamás se habrían arrepentida tanto en la vida... Hay un orfanato... Donde se incendio, nadie sabe quién lo provocó o eso parec...