CAPITULO 17

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Hades

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Hades

—Esto es una broma, ¿cierto?

Tiene que ser una broma de mal gusto de su parte, ¿verdad?

—Lo siento, amigo, es verdad —confirma Hefesto.

Me paralizado por las palabras que acaba de repetir, y en mi cabeza, se repiten como un bucle.

—Leto y Hermes están saliendo.

La ira me consume por completo por esa terrible noticia, no pensé que me arruinaría el día de esa forma.

«Leto y Hermes están saliendo»

—¡Ese maldito! —Rompo el bolígrafo de la rabia que me dio—. ¡Sabía que Leto me gustaba y se atrevió a pedirle ser su novia!

Hércules me da palmaditas en la espalda intentando consolarme.

—Sabes que Hermes es un envidioso, todo lo que quieren los demás, lo quiere él. —Hércules ladea la cabeza segundos después y hace una especie de puchero— ¿Aún no sé cómo se enteró de qué te gustaba Leto?

—Amenazando a Apolo, sabes que él es la mente más débil de todos nosotros —le responde Hefesto. Ellos toman asiento a mi lado, mientras yo hago tareas—. Sigo sin entender. ¿Por qué ella aceptó ser su pareja?

—No sé —me levanto y me alejo de ellos, dejándolos solos—. Voy a averiguarlo.

Camino por los pasillos, consigo que ninguna chica de servicio me mire y entró a la biblioteca. Es la antigua porque la nueva no le gusta para nada. Busco el ventanal más grande y camino hacia él. Me encuentro a Leto sentada con el gato de color negro en sus piernas y un cuaderno, de lejos, ella mueve el lápiz con precisión. El gato estaba embobado con el lápiz que ella usaba, se movía e intentaba quitárselo para morderlo, pero ella no se dejaba, sino que lo movía más para jugar con él. Me acerco lentamente para no espantar al gato.

—¿Qué dibujas? —le pregunto con calma.

Su presencia me tranquiliza y más al ver en sus ojos crecer un brillo fascinante y encantador para mí. Sus ojos color miel con manchas naranjas reflejan mi silueta, tiene un brillo único que me gusta y también, me asusta.

—Nada importante, mira —gira su cuaderno mostrándome a una mujer con unas rosas.

Cabello negro casi crespo, rosas enredadas en su cabello, mirada relajada y penetrante, labios ligeramente abiertos mostrando sus dientes, nariz pequeña, pestañas largas.

—¿Quién es? —le preguntó tomando asiento a su lado.

—No te voy a decir —levantó las cejas ofendido.

Maldición RotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora