CAPITULO 29

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Leto

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Leto

Me despierto con un insoportable dolor de cabeza. Mis ojos se abren lentamente visualizando un montón de árboles a mi alrededor, incluyendo césped y ramas secas rotas. Escucho leña quemada y algo de humo. Trato de hablar, pero, un trapo amarrado en mi nuca lo impide, me está rompiendo poco a poco los labios, puedo sentir el sabor metálico de mi propia sangre en la boca. Se siente tan repugnante...

—Buenas noches, bella durmiente —habla una voz gruesa, oscura y siniestra— o ¿debería llamarte, mi querida gota de sangre?

Mi querida gota de sangre...

Levantó despacio mi cabeza y observó a un hombre... Mis ojos se abren como platos al reconocerlo, aunque no debería de sorprenderme tanto, era obvio que no iba a estar directamente con el mayor.

El hermano mediano del Superior...

¿Tan rápido nos encontramos ya?

—Es un gusto poder conocer a mi sobrina en persona —quedamos cara a cara—. El otro ya te conoce por lastima, antes que yo...

Su mirada queda en mi cuello descubierto, observa la larga cicatriz que tengo por el profundo corte, el día que sucedió todo, lo malo es que él no lo presenció, hubiera pagado por ver su cara lujuriosa al ver tanta sangre.

Él con una sonrisa torcida y yo con furia en los ojos. Este desgraciado debería estar en Grecia con su mujer e hija fingiendo ser una familia feliz... Es cierto... Su mujer, murió hace años, por su enfermedad respiratoria, yo lo predije... Pero Ares lo soltó en su cara como si nada, aun lo recuerdo, todos lo regañamos por ser tan imprudente.

—¿Cómo se llama su hija, señora? —soltó Ares sin ningún problema frente a ella.

Su cara lo dice todo, está confundida, aterrada y sobre todo, nerviosa.

—¡Ares! —le gritamos todos, se supone que era un secreto entre él, Hades y yo, pero parece que todos con los que salimos del Orfanato se enteraron.

Ella solo fuerza una sonrisa, para no ser tan descortés.

—Disculpe, pero debo volver a mi casa, espero se encuentren bien —se gira y empieza a caminar con inestabilidad.

¿Será que lo digo tan directo o...?

—Lamento mucho el dolor que sentirá su hija y su esposo cuando la vean morir en el hospital.

Se queda en el mismo lugar, sus manos tiemblan un poco.

—¿Cómo lo sabes? —se gira algo miedosa, solo le sonrio, me encojo de hombros mostrando desinterés—, ¿puedes decirme cuando?

Asiento, da igual. El destino siempre tiene mejores objetivos y el karma mejores venganzas.

—El Lunes, 28 de Marzo, antes de que su hija cumpla 5 años, señora Letty.

Maldición RotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora