CAPITULO 1

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Leto

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Leto

6:00 a.m

Sonó el despertador y como típico de un adolescente no se pararía por perezoso... La triste realidad es que a mi si me toco levantarme. En eso me tropiezo con una silla.

Si no me caigo por las escaleras, digo algo imprudente en las mañanas, es que me tropiezo con algo y me saco un moretón doloroso.

Me levanto con dolor y me dirijo al baño. Me visto con un saco ancho color blanco, por debajo del saco una camisa negra pegada al cuerpo, pantalón camuflado suelto negro y unas zapatillas altas color azul oscuro (mis favoritas), esta haciendo frío por eso el saco, sino me habria ido solo con la camisa ancha con manga hasta los codos.

—Hija, baja a desayunar —me llama mi mamá amable y eso me hace pensar un par de cosas sin lógica, sin tomarles importancia las borre de mi mente antes de que pase a mayores.

Bajo y veo a mi papá con el periódico como siempre, tomó asiento a su lado.

—Ese ladrón ya lo encontraron —anuncia mi mamá tranquila pero con indiferencia en su tono mientras nos entrega los desayunos.

Ella me da una ojeada de manera extraña, todas las mañanas lo hace sin que mi padre se de cuenta.

Cálmate...

—Afortunadamente si, ahora se está buscando un asesino, el de hace años — se queja mi papá estresado tomando su jugo.

Si supieran que no es solo uno...

No sé por qué beben jugo en la mañana, no es porque no me guste, sino que se me hace raro por mis costumbres de niña... Solía beber leche o solo chocolate caliente.

—¿Entonces nos van a encerrar? —intervengo frustrada tomando el tenedor con fuerza.

—Eso parece aunque tarde o temprano lo encontrarán —contesta mi mamá tratando de calmarlo, es una gran mentirosa.

—Ya llevan más de 18 años con las mismas intenciones y no ha pasado nada nuevo. —comentó— Pareciera que nos escondiera algo.

—Si... —declara mi mamá fulminando con la mirada.

Es algo rara.

—Hija vamos que llegarás tarde —anuncia mi papá colocándose de pie evitando la mirada de mi madre.

¿Qué pasó entre ellos?

—¿No se van a despedir? —pregunta algo ofendida mi mamá, no es muy buena mintiendo.

Mi papá se le acerca y le da un beso mientras que yo hago caras de asco hasta provocar ganas de vomitar. Salimos de la casa y subimos al carro para irnos de una vez, mi papá conduce calmado escuchando la música de la radio, la música es de cualquier género.

Maldición RotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora