Hades
La escuela transcurrió normal o eso aparentamos, después de esa llamada, ninguno de nosotros mencionó algo al respecto. Dos días después del incidente con los detectives, Ares ingresó al instituto para acompañarnos. He notado que habla mucho con Isabella y Elizabeth, aunque la segunda es más de escucharlo que de hablarle, como siempre. No me quejo, cuenta chistes buenos y reímos un buen rato.
Estoy yendo a clases junto a Asher y Elizabeth, ella se taya los ojos con sus manos mientras Asher le cuenta lo que hizo en su fin de semana. Tenemos Química, materia que a ella no le va muy bien y le tengo que ayudar, lohago con gusto, me gusta pasar tiempo con ella a solas.
—Oye —me llama Asher, suspiro agotado.
—¿Qué pasa? —pregunto al notar que detiene su paso, hago lo mismo girando sobre mis talones.
Él está sujetando a Elizabeth por los hombros, la nombrada está a punto de quedarse dormida. Lo ayudó a sujetarla, al tenerla en mis manos un escalofrío recorre todo mi cuerpo, supiel sigue siendo suave, pálida, duró unos segundos observándola, reacciono y lasacudo con delicadeza.
Algo nos está observando... Mejor, alguien...
—Elizabeth —la llamó para que despierte, no reacciona—, Elizabeth.
Pellizco su cachete haciendo que reaccione.
—¡¿Por qué me pellizcas?! —reniega tocándose la zona afectada.
Ya no necesito sujetarla, entonces la suelto, casi se cae por mi acción.
—Porque la escuela no es para dormir —responde Asher por mi ganando un golpe de Elizabeth en el hombro—. ¡Oye!
—Perdón, es que me equivoqué de dirección, iba para él. —ironiza sobándose el puño, yo solo rio— ¿Quieres uno? Te prometo que esta vez no voy a fallar.
La miró con los ojos entrecerrados, ella sonríe inocentemente tapando su puño en la manga de su saco. Sin más remedio, entramos al salón tomando asiento todos juntos, mis amigos y hermanastra están al frente y al lado de nosotros, estamos al fondo del salón. Todos hablan, ríen y gritan hasta que escuchamos la puerta cerrarse fuertemente.
Todo el salón queda en silencio observando a la profesora de Química caminar hasta su escritorio, tirar sus libros en él y tomar asiento de la manera más molesta que puede revelar. Saca una hoja y comienza a llamar lista, demora unos cuantos minutos, al terminar de hacerlo, saca un libro para escribir en el tablero.
—Su marido la dejó —susurró un chico en la mitad del salón, algunos aguantaron la risa, otros ríen en silencio, pero nosotros nos miramos serios.
Normalizan que las infidelidades es algo de risa. Es solo una estupidez e inmadurez. El celular de la maestra suena, lo agarra y lee un mensaje a la velocidad de la luz.
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Maldición Rota
RandomDos ciudades donde rondan los tres peores asesinos. Dos personas tienen una hija pequeña y la otra que es una adolescente, jamás se habrían arrepentida tanto en la vida... Hay un orfanato... Donde se incendio, nadie sabe quién lo provocó o eso parec...