CAPITULO 6

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Katashi

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Katashi

—¡Ayuda! —escucho los gritos de un chico en el pasillo— ¡Elizabeth se desmayó! ¡Alguien ayudenme, por favor!

Me levanto de la cama de Leto, no está a mi lado, Aura tampoco está, se fue de fiesta con unas chicas hace unas horas. Salgo del cuarto encontrando al chico tirado en el suelo con Leto en brazos. Me acerco a ellos y las manos de Leto sangran sin ningún control.

¡Se supone que todo estaba bien y sus heridas estaban sanando con normalidad!.

La puerta de una habitación se abre dando paso a los padrastros de Leto que se ven preocupados, en especial, el señor Watson quien la tomó en brazos bajando a la sala principal. Salimos de su casa siguiéndolo y subimos al carro. Los primos de Leto se quedaron esperando respuesta en caso de algo.

Llegamos al hospital y la suben a una camilla para atenderla, tuvimos que esperar en la sala, Erik está desesperado caminando de un lado a otro, Amelia fue por unos cafés a la primera planta y yo le hago compañía al señor.

—¿Por qué tuvo que ser ella una de las víctimas? —susurra frustrado revolcándose el cabello.

Todos estamos en pijamas, yo tuve que ponerme una camisa antes de salir de la casa.

—Se pondrá bien señor Erik, su hija es muy fuerte —trato de calmarlo, solo que yo tampoco me lo creo.

—Que tus palabras se hagan realidad, solo llegamos a Firial y han pasado un montón de desgracias —frunzo el ceño cuando se sienta a mi lado— El problema con mi hermano, la pelea que tuvo Elizabeth con esa niña llamada Zaira y ahora el problema con esto, ¿Qué está pagando mi hijastra?

—¿También es adoptada? —pregunto sabiendo la respuesta.

—Sí, hace unos años en Snicke en una casa hogar la adoptamos porque perdí a una hija años atrás, quería... Seguir queriendo y sentir el amor de un padre, así que decidimos adoptar —confiesa.

Si tan solo supiera que esto es el principio de más desgracias.

—Familiares de Elizabeth Watson —el llamado del doctor nos asusta, no parecen buenas noticias.

—Soy su padre —confiesa Erik.

—Seré sincero señor Erik —el doctor suspira bajándose el tapabocas— Su hija está en estado delicado,

Erik se tapa la cara frustrado por esas palabras, lo tomó por los hombros en caso de algo, somos de la misma altura.

—La pérdida de sangre por los profundos cortes que recibió es grande y su cuerpo no la está produciendo como debe ser, si no logra reaccionar con el suero y la alimentación que en unos momentos le traerá la enfermera en 24 horas, tendremos que hacer una transfusión de sangre —continua.

—Doctor, ella no es su hija de sangre —respondo por Erik, no se ve completamente estable y ni hablemos de mi estado.

—Podemos hacer las pruebas y pueden que sean compatibles, pero si no, tendremos que buscar un donante, demoraría más la recuperación, les recomiendo traer alguna cobija para ella, este hospital es muy friolento y no quiero que empeore, con permiso.

Maldición RotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora