CAPITULO 9

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Desconocido

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Desconocido

¡No, no y no!

Me levanto algo asustado por esos gritos, gritos que me han acompañado estos últimos años desde aquel incidente en el bosque con esos niños, cuyos niños estaban muertos, afortunadamente los rescataron dándoles una familia falsa.

No sé por qué ellos están involucrados en todo esto.

No pienso más en eso y voy a preparar mi desayuno para empezar el día algo feliz después de esa pesadilla. Decido preparar un huevo con té y agregarle dos tostadas. En vez de comer, juego con la comida recordando a mis víctimas como me rogaban que las libera prometiendo que no iba a decir nada de esto, pensándolo mejor, eran tentadoras las propuestas que me hacían y me podía divertido un buen tiempo, el riesgo era que sabían demasiado, la dirección de mi casa, entre otras cosas y no me podía arriesgar.

No pienso volver igual a mis hermanos, no mato por gusto, mato por sobrevivir.

Sin embargo, el enojo que siento al recordar el accidente evita que respire fluidamente, esa llamada me complico bastantes cosas, conozco a sus familias y a los chicos actualmente, todo estaba a mi favor para atacarlos sin que nadie se diera cuenta, pero ese no es nuestro plan.

Ahora hay muchos detectives rastreando mi celular como desquiciados y colocando de dos a tres policías en cada cuadrada de todos los vecindarios, debo admitir que es algo divertido observar cómo las personas se frustran, preocupan hasta se sobreprotegen entre ellos, pero solo lo pensarían los enfermos de mis hermanos.

Dejo el desayuno en la mesa y me meto a bañar, duró unos 20 minutos por pensar muchas cosas, salgo y busco ropa normal, me visto, bajo las escaleras y salgo de la casa. Mientras camino veo cuatro o cinco carros de patrullas rondar este vecindario unas tres veces, el sonido de sus carros aturden a cualquiera. Tanto tiempo llevo caminando que llegó a un parque lleno de niños pequeños, adolescentes románticas, adultos problemáticos y ancianos alcohólicos con sus perros guardianes, tomó asiento en una banca algo alejada de todas las personas.

Me pierdo en la noción del tiempo pensando en cómo mi hermano mayor llevará a cabo su plan sin destruir a toda la humanidad. Comprendo que sea adinerado, pero gastar todo su dinero para callar lo que sucederá no será suficiente.

Llegar a esos adolescentes se me esta dificultando bastante, son astutos y suertudos, pero realmente no son muy hábiles, se bloquean rápidamente, en especial Hades, detesta pensar o eso decía en su informe de hace muchos años, las cosas cambian, solo una cosa va de acuerdo al plan de mi hermano mayor y es la falla del autocontrol de Leto, sus ataques de ira están saliendo a la luz, el medicamento ya no está en su sangre, si logra desestabilizar a Leto, todo se acabará en poco tiempo y podrá continuar con sus otros planes.

No puedo permitir que Leto se pierda en la Sombra Negra.

—¿Por qué no dejas de pensar tanto en esa llamada? —esa voz me saca de mis pensamientos, él toma asiento a mi lado, siempre está tranquilo y vulnerable, como si no hubiera una pizca de maldad en sus pensamientos— Ya no hay de qué preocuparse, podemos seguir con nuestros planes.

Maldición RotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora