Narrador omnisciente
—Eso es mentira... —balbucea el media incrédulo.
Todos los presentes esta de la misma forma que él, nadie se cree esa historia y menos, el verdadero Alvize, que a pesar de que esté en su cuerpo, enclaustrado, podía escuchar todo o por lo menos verle, él piensa que todo lo que ve, es porque está soñando, es eso mismo, un simple sueño.
Sin tan solo supiera...
—No seas incrédulo, Dimyran, ¿cuantas veces su padre nos obligaba a encerrarnos en nuestras habitaciones para que pudiera hablar con su madre? —deja caer la pistola al suelo soltando el seguro.
Queda al alcance de la única mujer presente.
Ella ha tenido mucha suerte, de seguir vida en ese legado.
—Todas las noches los encerraba en las habitaciones, después, les daba el medicamento, les daba una dosis alta para que se quedaran dormidos y de esa manera, poder hablar con su madre —el menor de ellos tres se despierta y sus ojos se inundan con cada palabra que escuchaba.
—¡Deja de defender a mi padre! —le grita dejando que su navaja se caiga al lado del mayor de los jóvenes.
—¡No lo defiende! —le devuelve el grito el menor, logra liberarse del trapo que tiene en su boca— Es la verdad... Mi mamá trató de matar a mi papá, también fue la causa por la que mi padre se suicidó.
—¡No apoyes a este psicópata, ni siquiera es nuestro verdadero hermano!
—Pero él tiene razón...
Las lágrimas del menor empezaron a salir mientras su mente se nublaba dejando ver esta catastrófica escena que lo ha dejado marcado durante toda su vida.
—Mi madre intentó matar a mi padre mientras tenían una de sus discusiones... Nuestro padre sufría de la misma condición de Alvize y por eso, él se terminó suicidando tiempo después de la muerte de nuestra madre, porque ella misma se provocó su muerte...
—Eso no es cierto...
—Si lo es...
La voz del menor se seguía cortando con cada palabra que salía de su temblorosa boca.
—¿No lo recuerdas...? La noche de tu cumpleaños.
Arseniy sabía toda la verdad... ¿Por qué decidió callar todo ese dolor?
—Él se le olvidó dejar con llave mi cuarto y salí porque no me dio el medicamento, tú y yo nos encontramos...
Su padre lo tenía cargado en sus brazos, estaba algo tembloroso y algo pálido. El pequeño no sabía qué era lo que pasaba, ya que está acostumbrado a que su padre le de su medicamento porque está "enfermo", lo deje en su cama durmiendo y encerrarlo en su cuarto para que no salga de noche.
ESTÁS LEYENDO
Maldición Rota
RandomDos ciudades donde rondan los tres peores asesinos. Dos personas tienen una hija pequeña y la otra que es una adolescente, jamás se habrían arrepentida tanto en la vida... Hay un orfanato... Donde se incendio, nadie sabe quién lo provocó o eso parec...