CAPITULO 40

37 2 6
                                    

Leto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Leto

Quedó sola en la habitación con mi padre, sacó una navaja pequeña, la tengo guardada desde que Dimyran reaccionó al medicamento o...

O... ¿El medicamento reaccionó en él?

—¿Papá? —lo llamó preparándome.

No sé cómo va a reaccionar esta vez. Sin embargo, mi verdadera pregunta ante todo esto es... ¿Quién disolvió el medicamento en el tequila?

Este medicamento tiene grandes reacciones y más cuando lo combinas con algo que no sea parecido al agua. Tendrá reacción a cualquier tipo de alcohol, no puerta si la cantidad es leve, si reacción será peligrosa.

—Papá —lo llamó por segunda vez al ver que solo se toca la cara frustrado.

Deberíamos ir con ellos y ayudarlos a escapar.

No, ya debieron irse. Mi plan es retener a mi padre lo más posible para que ellos escapen o puedan detener a Dimyran. Ese hijo de perra, ¿por qué Arseniy no lo entregó cuando pudo en mi cuidad natal?

Escuchó un estruendo o más de tres afuera. Tengo tres cosas en cabeza de lo que podría pasar. Primero, Vankay se despertó y se enojó tanto de que me haya escapado que sigo golpeando con fuerza a Betbal y las demás chicas. Segundo, Hades despertó y bajo encontrándose con Aleksy, habrá mentido sobre algo o se enteró que abusó de su media hermana y hermanastra, también a Hera. Por último, Dimyran está haciendo de las suyas.

Volteo a mirar la puerta. Sigo escuchando muchos estruendos... No me gusta nada de esto.

De manera repentina, mi cuerpo chocó con la puerta rompiéndose. Mi cuerpo cae en el suelo de lateral, se me va un poco la respiración, pero logró recuperarme y ponerme de pie para enfrentarlo.

—Pequeña e ingenua Leto, debiste irte con tu padrastro —bromea Alvize saliendo de la habitación.

Él no es alvize...

—No... —me cubro la boca al toser.

En mi mano, recorre una mancha de sangre. Sigo tosiendo y escupiendo sangre. ¿Qué me está pasando?

Limpio la sangre sobre mi ropa negra, no me importa si se mancha de sangre, no puedo perderlo de vista y distraerme. En este estado, es capaz de matarme sin importar quien sea.

—No escapó de mis problemas —finalizó la frase empuñando con fuerza la navaja.

—Eso lo sé a la perfección —comenta él con su sonrisa arrogante—. Me da algo de melancolía saber lo que va a pasar contigo cuando todo esto acabe.

—¿Estás seguro?

—No, me da igual lo que pase contigo, al fin de cuentas, no me importa en lo más mínimo lo que pase en mi legado, solo quiero vivir a mi manera y si eso implica pisotear a mi propia familia, no dudaré en hacerlo.

Maldición RotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora