La pelirroja comenzó a tartamudear tratando de evitar contacto visual con aquella mujer de vestiduras verdes. Se veía fuerte, tal vez si se enterase de que tenía información sobre el chico aplicaría dicha firmeza sobre ella con el fin de descubrir su paradero, tenía miedo ¿Quién era ella? ¿Por qué quería descubrir el paradero de su débil compañero de cuarto? Y si alguien así lo está buscando con un tono de voz tan serio no será por nada bueno. ¿Quién es Shieda Kayn? ¿Qué hizo Shieda Kayn? La mujer de ropajes esmeralda se percató del fuerte nerviosismo de la chica del iris diferente. –Si sabes cualquier información de su paradero necesito que me la digas. Es muy importante para mí encontrarlo.- Explicaba seriamente la chica del aspecto de espía.
Zoe no podía evitar esquivar la mirada, tartamudear y comenzar sudar pese el fresco del clima. –D-de-debido al poco tiempo que estuve en pueblo, pude ver que hay muchísimo tránsito. Sería bastante complicado encontrar a alguien entre la muchedumbre diaria.- Intentaba esconder Zoe su inquietud. La mujer la miró con una ceja en alto, el nerviosismo de la chica delató ante ella que esta escondía algo. – ¿Un chico de larga trenza y una guadaña roja que habla pasa desapercibido fácilmente?- Levantando una ceja la interrogadora.
A la pelirroja le comenzaban a temblar las manos y piernas. –Para mí sí. Como te dije, llevo muy pocos días en esta ciudad. No sé nada, tengo cosas que hacer, si me permites.- Expresó la chica antes de continuar su camino sin mirar atrás. Pese a no haber volteado supo que aquella mujer le dejó su mirada clavada en su espalda, además de no escuchar la voz de la pelinegra indagando a otra persona por el chico, eso indicaba que no necesitaba preguntar más. Tenía una sospechosa.
Zoe entró algo agitada al pequeño hotel, el señor Agni se percató del estado de la joven. -¿Estas bien, Zoe?- Preguntó el caballero con algo de inquietud. La pelirroja ejerció contacto visual con aquel hombre, se mantuvo en silencio por algunos segundos, antes de respirar profundamente. –Un perro me persiguió por casi una cuadra.- Mentía la chica con una ligera sonrisa. Tenía miedo de contar que Kayn estaba siendo buscado y el señor Agni decidiera echarlo por prudencia. –Parece que no estaba de buen humor aquel animalito.- Reía con una falsa tranquilidad.
Zoe se intimidó un poco al oír un trueno sacudir el cielo. El señor Agni soltó una pequeña risa. –Se espera para mañana una tormenta algo fuerte. Estoy por salir a comprar ingredientes para evitar que escaseen. Durará unos días el chaparrón. Veo que el perro no te hizo olvidar el encargo.- Comentaba con gracia mientras que señalaba con su cabeza las bolsas que la joven mujer traía consigo.
Zoe asintió ligeramente y le entregó las bolsas a su amigo, cuando este las abrió pudo ver que eran prendas de mujer. –Creo que son un poco grandes para Zoey.- Comentaba con un tono gracioso la pelirroja. El señor Agni acompaño el humor con una ligera risa. –No son para mí, boba. Son para ti.- Zoe quedo muda tras la declaración del hombre. Causando que lo mirara con duda. –Eran de mi esposa, cielos que ella amaba comprar grandes cantidades de ropa. Casi todas las prendas que mande a lavar para ti están sin estrenar. No quiero tirarlas, pero no me hace bien ver que están llenándose de polvo en un armario.- Explicaba el señor con una sonrisa melancólica, símbolo de ligera tristeza por aquellos recuerdos de su fallecida esposa.
La muchacha no sabía que contestar a tal amabilidad, nunca nadie le había regalado algo, ni siquiera Ezreal, y eso que a veces el rubio le daba un "gracias" bastante sincero cuando le ayudaba en sus exploraciones, aun así nunca se le ocurrió un presente por los años ella lo siguió. Recordar aquellos momentos también puso a la chica en un estado decaído. Un silencio triste gobernó por unos segundos la sala hasta que Agni decidió romperlo. –En fin, ahora son tuyos. Estas con las mismas prendas desde que llegaste, en poco tiempo el clima será más frío y necesitaras un poco de abrigo extra.- Explicó el caballero. Zoe tomaba las bolsas con una cara que reflejaba un muy sincero y profundo agradecimiento. –De verdad, gracias.- Fue todo lo que pudo decir la joven a su amigo.
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Hasta Que Los Darkin Nos Separen | Zoe x Kayn | Fanfic | Lemon
RomanceLos Darkin Varus y Aatrox se emprenden en una misión brutal para liberar a Rhaast de su portador, Kayn. El cual no dara el brazo a torcer y arrastrara la pelea por toda Runaterra junto con Zoe, una exiliada del monte Targon por incumplir su papel de...