El sol se asomaba por un pequeño pueblo. Aquella radiante luz se colaba por la ventana de una casa bastante humilde, dándole de lleno en la cara a un pequeño niño de oscuro cabello. Este se levantó tan enérgico como siempre, se dirigió hacía el salón de su casa para saludar como siempre a su amada madre. Los gestos de cariño eran mutuos entre madre e hijo, pero esta vez la imagen era diferente. Podía ver a su madre, pero su cara se veía distorsionada. El pequeño no lograba ver ni recordar la cara de su progenitora, pero lograba percibir que tras esa distorsión se encontraba una expresión de angustia desgarradora.
La mujer rápidamente corrió a abrazarle, aquel pequeñito correspondió al gesto. –Mami ¿estás bien?- Preguntaba con inocencia aquel muchachito. La mujer le besó la frente a su hijo. –No es nada mi niño, solo, quiero que sepas que te quiero mucho.- Explicó la fémina. Al terminar su emotiva frase la puerta de entrada fue abierta de un fuerte golpe. Tres hombres con armaduras negras y telas rojas irrumpieron el hogar.
La madre apretaba el abrazó a su hijo, mientras su respiración se aceleraba y lágrimas brotaban de sus ojos con más intensidad. –Traigan al chico.- Ordenó con un tono de voz severo el hombre de la armadura más grande, indicando que era el líder. -¡Si, señor Darius!- Exclamo uno de sus hombres, mientras se acercaba al jovencito. El cual a causa del obvio miedo empezó a llorar asustado y también apretó el abrazo a su madre. Aquel soldado no podía separar a la mujer de su retoño y viceversa. Cuando se les intentaba alejar, solo lograban agravar el llanto de ambos, y que su apretón sea más fuerte.
La cara del general daba a entender que su paciencia se agotaba, esperó unos minutos más y al entender que separar a los familiares le sería imposible a su subordinado este comenzó a acercarse. –Si te tardaras lo mismo en reclutar a los demás jóvenes estaremos una semana aquí, soldado.- Explicó Darius aproximándose a la madre.
La mujer se encontraba de rodillas aferrada fuertemente a su hijo. Ambos llorando, por obvias razones. El general agarró repentinamente el pequeño brazo del chiquillo y de un tirón los logró separar. Darius arrastraba al niño en dirección a la salida, este lloraba desconsoladamente, cosa que causó que aquella madre intentara embestir al general en un último intento por recuperar a su hijo. Darius, ni corto ni perezoso lanzó un golpe con su hacha a la mujer en cuanto esta estuvo a una distancia peligrosa. Haciéndola caer muerta en el momento, degollada. Todo frente a la atenta mirada de su hijo, Kayn.
Aquel chiquillo se quedó estupefacto al presenciar esa escena, que le crearía un trauma de por vida. Desde ese momento el muchacho dejó de oponerse y cedió al arrastre del general noxiano, quien lo lanzó a una carreta junto con otros niños. Todos se encontraban atravesando ataques de pánico, salvo Kayn, quien se encontraba sentado abrazando sus rodillas, mirando a la nada mientras lagrimas caían por sus mejillas. Una parte de aquel niño había muerto en ese momento.
La carreta se movía con brusquedad en todas direcciones, los niños de no más de diez años temblaban dentro de ella, Kayn podía jurar que alguno se había orinado en sus pantalones. Tenía que admitir que él también era presa del pánico, pero lo escondía bastante bien, parecía ser el único chiquillo que no sucumbió al terror.
La carreta se abrió. Todos bajaron con un grito temeroso de guerra. Las imágenes saltaban entre sí, recordaba cuerpos, sangre, un soldado jonio que en el intento de asesinarlo sucumbió ante él. La última secuencia que se presentaba era la post guerra, escondido con una guadaña en mano el pequeño Kayn se encontraba solo en medio de una masacre. Unos hombres que contemplaban la escena se acercaron a él, uno de ellos no poseía casco, dejando expuesto sus cabellos blancos como nieve y un semblante serio. Este se acercó y extendió su mano, dando a entender sus amables intenciones. Kayn la tomó.
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Hasta Que Los Darkin Nos Separen | Zoe x Kayn | Fanfic | Lemon
RomanceLos Darkin Varus y Aatrox se emprenden en una misión brutal para liberar a Rhaast de su portador, Kayn. El cual no dara el brazo a torcer y arrastrara la pelea por toda Runaterra junto con Zoe, una exiliada del monte Targon por incumplir su papel de...