Capítulo 29: No Te Abandonaré

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La pelirroja había despertado a mitad de la madrugada. No era sorpresa puesto que tras comer algo junto con su amigo se lanzó a dormir. Ya no lograría consiliaria el sueño, su cuerpo estaba descansado. Se halló girando en su cama pensando durante más de una hora. Optó por salir a caminar por la zona, tal vez así lograse despejar un poco su mente.

Aquel bosque jonio era precioso durante la noche, insectos luminiscentes rondaban por todos lados, un aura relajante bañaba el lugar. Allí estaba Zoe, sentada sobre una roca, criticándose a sí misma. –Soy un carga- le comentaba a una mariposa que se reposaba sobre un árbol –Kayn es un guerrero con habilidades de sombra, capaz de hacer frente a grandes soldados con solo una guadaña. Akali es una ninja rápida, ágil y peligrosa. En cambio yo por más que alguna vez fui un aspecto, ahora soy una simple mortal que lo máximo que puede hacer es lanzar mariposas brillantes- se quejaba, el insecto solo permanecía en su lugar. La colorada mantuvo durante algunos segundos su semblante de molestia, repentinamente cambió su expresión, una idea afloraba. –Puedo entrenar la poca magia que conservo. De esa manera mi cuerpo no se agotara al usarla y cabrá la posibilidad de poder utilizar los hechizos que antes lograba manejar con facilidad. Excepto los portales, esos requieren una poder de aspecto puro...- comentaba con seguridad a su amiga, pero al voltearse descubrió que el insecto se había marchado. –Está bien. Déjame hablando sola, como una loca- dijo con algo de enfado infantil.

La muchacha pasó las siguientes horas de la aún joven noche en practicar los vestigios de sus anteriores poderes. Ya traía en su cabeza el trazado del orden en cual practicaría sus encantos. Primero pondría todo de sí para usar las mariposas, parecen inútiles pero para generar distracciones tal vez sean servibles, además de ser la mejor opción para comenzar a practicar la utilización y distribución de su maná. Segundo, la "Burbuja Dormilona". Probablemente una de las habilidades que más podrían ser de ayuda, una burbuja de energía encantada que adormecería por algún tiempo a quien tuviese el infortunio de chocar con ella. Actualmente, por mucho que intentase mejorar esa habilidad, solo lograría adormitar a sus rivales por algunos segundos.

Por último quería dominar el hechizo que alguna vez bautizó como "Estrella Saltarina". Este se tornaba el más complicado pues que al no poseer tanto poder, no lograría nunca invocar una estrella, pero tal vez sí una bola de maná.

La luna siguió su curso un rato más, el cual Zoe aprovechaba para comenzar su entrenamiento. Estaba un poco extenuada, pero lograba lanzar cada vez una cantidad algo mayor de mariposas, y con un brillo más notorio. Una hora y media había transcurrido, un muy pequeño avance se lograba para ella, pero desgraciadamente su energía mágica se agotaba. –Mi maná actual no es absolutamente nada comparado con antes- se quejaba.

Ella miraba al cielo, debería volver a su cama a continuar descansando. En poco tiempo el alba se haría notar, un nuevo día iniciaría. Solo dos pasos fueron los dados por la mujer cuando un ligero sollozo a lo lejos le llamó la atención.

El sonido provenía de aquel lago donde se había bañado el día anterior, en el que tuvo el "privilegio" de ver las vergüenzas de Kayn. Cautelosamente comenzó a acercarse en dirección al estanque. Aquel lamento se hacía cada vez más claro, un lamento masculino ¿Quién podrá ser? Se preguntaba.

Escondida, detrás de algunos árboles que estaban junto a aquel lago revoleaba sus ojos en busca del quejicoso. Al avistarle su ser se exaltó. Un hombre musculoso, con el pelo largo y desatado con un mechón azul y su característica guadaña junto a él. Lamentándose a orillas de la laguna. La muchacha fue casi inmediatamente en su socorro.

-¡Kayn!- se acercaba con una fuerte preocupación. Zoe le había tomado por sorpresa, no esperaba que le descubriesen en ese momento de terrible debilidad. -¿Qué haces despierta a estas horas, Zoe?- preguntaba sin mirarla mientras que limpiaba sus lágrimas y trataba de esconder su voz rota –Ni siquiera se ha asomado el sol. –Practicaba algo de magia para intentar... ¡No desvíes el tema!- se enojaba cuando el asesino trataba de ignorar su propia situación.

Hasta Que Los Darkin Nos Separen | Zoe x Kayn | Fanfic | LemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora