Hasta Que Los Darkin Nos Separen | Zoe x Kayn | Fanfic | Lemon

Capítulo 31: Bienvenidos a Noxus

La sangre había salpicado hasta los troncos de la arboleda de esa zona, fue un corte impecable, más no mortal. Las palabras del Darkin lograron que el muchacho recuperase levemente el sentido, aprovechó ese único segundo para reforzar su coraza y así evitar la muerte. Envió toda su fuerza a su brazo para poder apretar con todas las fuerzas su guadaña y hacer un golpe que tomó completamente por sorpresa a aquel súcubo.

Un tajo limpio, bajo el cuello y sobre sus pechos. Mientras que él agradecía mentalmente a la guadaña por hacerlo reaccionar debido a que, de no haberse fortificado habría perdido su cabeza, el demonio lujurioso retrocedía como podía mientras que presionaba la herida de su pecho para evitar como sea el sangrado. Comprendía que ya había quedado fuera de combate, debía retirarse si quería mantenerse con vida. Volviéndose invisible desapareció en medio del bosque.

Kayn aún permanecía algo desorientado e indispuesto. Las alucinaciones y el sobreesfuerzo para deshacer el embrujo le habían agotado, pero su última idea en ese momento era retirarse. En clara desventaja por la extenuación se limitó a evadir como buenamente podía al monstruo, una o dos sombras era lo máximo que podía generar a estas alturas del duelo. Decidió optar por una técnica común en él, pero que le habría salvado de muchos aprietos y para terminar sus combates.

Convertido en sombra se adentró en el cuerpo del demonio, la guadaña flotaba sobre la cabeza de la criatura. Necesitaba expulsarse del cuerpo causando la decapitación en el proceso, podía hacerlo, perdió la cuenta de cuantas cabezas derribó con esa técnica hacía años.

Aquel macabro ser comenzaba a reírse en cuanto se percató de las intenciones del joven, sorpresivamente ese diablo permaneció quieto, como si de una estatua se tratase. Kayn no desaprovecho lo que él entendía como una rendición por parte de su oponente. Dejo que la guadaña cayese justo en el cuello del demonio, cortándolo violentamente.

El guerrero reía cuando divisaba la cabeza de su adversario en el suelo, rió aún más cuando al virar su cuerpo encontró el cuerpo inerte del maligno deshaciéndose en cenizas, y rió con todas sus fuerzas cuando logro percatarse de que detrás de un árbol se encontraba aquel ser retorciéndose; preparando un ataque sorpresa muy bien logrado.

Disparado en dirección al asesino el espantapájaros atacó violentamente al son de un grito horriblemente grotesco el cual causo un shock en el pelinegro que cayó de espaldas. Una parvada de cuervos revoloteaban alrededor del engendro mientras atacaban al hombre. Al estar posado sobre él e inmovilizarlo posicionó su deforme cara a pocos centímetros de la del chico. Comenzó a succionar mediante un sonido gutural el alma del muchacho.

El acto era claramente visible, un aura de un ligero tono blanquecino escapaba de la boca del joven a la del demonio, los ojos de Shieda eran cada vez más apagados.

El espantapájaros detuvo su acción cuando un enjambre de mariposas brillantes aleteaba alrededor de su desfigurada cara. Este giró su cabeza entre metálicos rechinidos en busca del causante, una ráfaga de cinco kunais le impactaron, tres de estos en la rostro.

En el momento que el ser se desestabilizó Kayn aprovechó para quitárselo de encima con una buena patada. La maga y la ninja abandonaron sus escondites, habían sido despertadas por los fuertes sonidos surgidos de aquella batalla, no tardaron en acudir al rescate de su amigo en cuanto comprendieron mínimamente la situación.

El trabajo en equipo lograba poner al monstruo contra las cuerdas, las mariposas mágicas que Zoe lanzaba evitaban que atacasen los pajarracos del demonio, las bombas de humo de Akali combinadas con sus kunais lograban provocar confusión en aquel ser. Por su parte Kayn no estaba a pleno, el combate le había extenuado demasiado, pero contribuía usando una o dos sombras cada tanto tiempo para aportar daño y cuando encontraba oportunidad era él mismo quien atacaba las extremidades del espectro.