Con la calma de quien realiza las compras por la mañana, Sett caminaba hasta el centro de la arena a la par que tarareaba con alegría una canción. Al llegar a su destino abrió completamente sus brazos en dirección a la ninja, dibujando una enorme sonrisa en su rostro. –Vamos Akali. Aquí te espero- Llamaba con emoción y alegría, provocada seguramente porque sabía que tendría a la mujer para él solo. Haría lo que se le plazca con ella.
Kayn estaba a un lado el ring de combate, pero no movía ni un solo musculo. Su semblante reflejaba demasiadas emociones; odio, preocupación, miedo, rabia. Sentía un fuerte impulso por correr hacia el gran sujeto y rebanarle la cabeza con su arma, pero no podía. Akali era quien debía enfrentarse al medio vastaya.
La ninja avanzaba hacia el musculoso hombre, la mirada de ella era completamente seria, pero el ligero sudor que brillaba un poco en su cara denotaba sus verdaderos sentimientos. Creando un completo contraste con el de su rival, que solo manifestaba soberbia, confianza y "felicidad". El peli rosa alzó ambos puños cerrados hacia Akali. –Te haré pedazos. Pero eso no significa que hay que ser mal educados- Espetó con su ancha sonrisa.
La pelinegra conocía muy bien este tipo de trucos. Muy utilizados en peleas clandestinas, saludar amigablemente a tu oponente para aprovechar ese momento de distracción, ella no caería tan fácilmente. Correspondería el choque de puños, pero tras efectuarlo se cubriría rápidamente para evitar cualquier ataque. Dicho y hecho, pero la sorpresa fue que Sett no realizó ningún ataque tras el saludo, dejando expuesto el nerviosismo de Akali. –Tienes miedo, es bueno saberlo- exclamó el medio vastaya, sonando sus nudillos.
La pelea fue aburrida para el público durante los primeros minutos. La pelinegra estaba esquivando al fornido luchador como buenamente podía, aún lograba sentir los golpes del enfrentamiento anterior. Así como la luz solar se apaga a lo largo de las horas, los reflejos de la mujer hacían lo propio mientras más evadía.
Habría esquivado casi cincuenta golpes, pero un gancho al mentón corto su racha. Por alguna milagrosa razón su dentadura permanecía intacta, pero sus labios estaban partidos – ¿Cómo causaste tanto daño con un solo golpe?- Preguntaba mientras intentaba limpiar su boca. El jefe levantaba sus manos para enseñar sus manoplas de oro puro -¿Te gustan? Son un regalo de mi mami- charlaba con una amplia sonrisa –Pero no perdamos tiempo, sigamos con nuestra pelea- concluyó antes de abalanzarse hacia la ninja asestando otro fuerte golpe a la cara, causando un gran corte cerca del ojo de la mujer.
La chica se ponía de pie tambaleando, no estaba en condiciones al momento de iniciar el duelo, mucho menos de pelearlo. Otro puñetazo la hizo volar unos cuantos metros. El combate era menos grotesco que el anterior, pero notablemente más doloroso. La violencia que Sett manipulaba era demasiado voraz, no parecía posible dar pelea, más teniendo en cuenta que Akali no estaba capacitada para maniobrar con sus armas ninjas. A este ritmo la pelea se resumiría en aguantar hasta su muerte.
Descuidó su guardia por un nano segundo, lo cual le costó otro acierte por parte del vastayano. Revolcada, sucia y ensangrentada se hallaba la pelinegra, el combate había terminado para ella puesto a muy duras penas lograba arrastrarse. –Me rindo- Espetó con complicaciones y entre medio de toces. El peli rosa se acercaba lentamente a ella, se acuclilló para acercase lo máximo posible al suelo, lugar donde se hallaba su oponente. -¿Qué? No entendí lo que dijiste, tendrás que hablar más alto- susurraba en tono indiferente el musculoso. Akali manifestaba rasgos de dolor en su cara, respiraba con demasiada agitación –Me. Me rindo. Tu ganas- Espetaba apenas elevando el tono la herida.
El guerrero escuchó bien las palabras de la ninja, no emitió voz durante alguno segundos, entonces comenzó a reír. –Tú y tu estúpido amigo asesinaron a mis dos mejores alumnos. Ellos eran como mis hijos. ¿Piensas que puedes escapar de las consecuencias con un simple "me rindo"?- interrogaba con algo de indignación, sus venas podían verse remarcadas en su cara debido al fuerte enfado. La mujer apenas intentaba sostener su cuerpo con sus brazos –Esas son las reglas. Rendirse es una opción- se defendía sin poder levantar del todo su cabeza.
Sorpresivamente fue agarrada fuertemente del cuello por Sett, el cual apretaba su garganta con mucha rabia. La mataría antes por quebrar su nuca que por estrangulamiento -¿En serio? No me digas. Pues por si no lo sabias, ¡Yo invente este torneo! ¡Yo cree sus reglas! ¡Y puedo cambiarlas según se me dé la puta gana!- Vociferaba casi tan fuerte como las gradas a la par que apretaba aún más el cuello de la mujer –Entonces. Como dueño de este torneo, no está permitido rendirse- sentenció.
Entre risas que parecían poseídas soltó el cuello de Akali, haciendo que la mujer cayese pero sin llegar a tocar suelo. Cuando sus pies estaban a centímetros del mismo fue golpeada de lleno en su cara por una de las manoplas de Sett. Voló unos pocos metros por el impacto, pero por la postura al caer se podía apreciar que se encontraba inconsciente.
Zoe se encontraba entre las gradas, pálida como una hoja de papel, con lágrimas en sus ojos y una expresión de horror que denotaba una angustia incontenible. Sus ojos heterocromaticos se clavaban en el inerte cuerpo de su amiga. Trató de mirar a Kayn con la intención de pedirle interrumpir el combate, pero él se encontraba también en estado de shock. Las manos del guerrero se encontraban temblorosas, pero no a causa del pavor, por el contrario, sus manos tiritaban a causa del odio.
-Lograste asesinar a uno de mis muchachos, es increíble teniendo en cuenta lo débil que eres- Comentaba en tono molesto el vastayano, mientras se acercaba a la ninja. –No suelo ser un tipo tan cruel. Pero dos de mis mejores chicos han sido arrebatados de sus vidas hoy. Sería muy deshonroso de mi parte no vengarlos- Explicaba mientras colocaba uno de sus pies en la cabeza de la inconsciente mujer –Que lastima que te desmayaste, quería darle a mi amada audiencia una sinfonía de alaridos de tu parte. Pero creo que deberán conformarse con verte ser molida a golpes- exclamaba mientras ejercía algo de presión sobre la cabeza de Akali.
No se podría explicar bien el por qué, pero Sett esquivo un ataque mortal por parte del asesino. Llámese suerte, un presentimiento, una visión, una predicción. Sin importar como se podría le llamar a esa escena, el gran vastaya había evitado que su cabeza rodase por los suelos. –Parece que alguien no puede esperar a la final. Dame unos minutos, tengo un asunto que terminar- Hablaba en un tono soberbio el guerrero. Kayn apretaba cada vez más su arma producto de la rabia que le poseía.
Rhaast reía mientras percibía la fuerza del trenzado –Que emoción. No recuerdo la última vez que me sostuviste así de fuerte, pero si recuerdo que hubo demasiada sangre derramada- comentaba el Darkin. Los brazos de Kayn comenzaban a envolverse en esa fría y dura coraza que le protegía con esos brillantes rojo y negro. – ¿Qué te parece si adelantamos este combate? No puedo contener mis ganas de hacerte picado- Desafiaba con rabia el chico mientras se colocaba delante del cuerpo de su amiga.
-¿Pues me gustaría saber a qué estas esperando? Pedazo de mierda- Incitaba el jefe, ambos comenzaron a acercarse para analizar a su oponente. Una chica con un color de cabello rojizo habría logrado escurrirse entre la gente y colarse en la arena. –Esto es sencillo, Zoe. Entras, te llevas a Akali y listo. Kayn se encargará de ese sujeto- Habló para sí misma con el fin de darse ánimos. Se acercó con disimulo a la ninja, al ponerla boca arriba sintió como si el nudo que tenía en su garganta se hubiese desatado, ella respiraba.
Comenzó a zamarrearla con algo de delicadeza, con el fin de despertarla. –Akali, amiga. ¿Puedes oírme? Necesito que te levantes, debemos escapar de aquí- buscaba respuesta de su compañera, pero no la conseguía. –No tiene caso, debemos llevarte a un médico, estas muy golpeada- Espetaba mientras levantaba a la otra mujer del suelo. Pero ambas fueron empujadas, causando la caída de ambas. Kayn había volado a causa de un puñetazo de parte de Sett.
-------Notas del autor
Hola, nuevo capitulo, los quiero. Me voy que está por jugar boquita <33
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Hasta Que Los Darkin Nos Separen | Zoe x Kayn | Fanfic | Lemon
RomanceLos Darkin Varus y Aatrox se emprenden en una misión brutal para liberar a Rhaast de su portador, Kayn. El cual no dara el brazo a torcer y arrastrara la pelea por toda Runaterra junto con Zoe, una exiliada del monte Targon por incumplir su papel de...