Capítulo 62: El Inicio del Fin

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El cielo era bello, las estrellas de devolvían la mirada de una manera molesta, como si supieran lo que estaba por suceder, la luna sangrienta era la única iluminación que recibía, como si tratase de indicarle peligro. El destrozado asesino estaba tumbado en el suelo, la guadaña habría caído de tal manera que estaba recargada en un árbol, de pie.

El chico tocía debido a que las costillas rotas le perforaban los pulmones, liberando sangre en el proceso. "¿Cómo termine así?" "¿Llegué tan lejos solo para sufrir más al perderlo todo?" "Esto es humillante" se sugestionaba en su cabeza, ya re rendido y esperando su fin. –Kayn- Vociferaba el arma –Levántate, me estoy apagando. Yo no pienso morir- Gritaba orgulloso. –Todo terminó Rhaast, hasta aquí llegamos- Espetaba con dificultad el caído. –No- Reprochaba su compañero. –Amigo, tengo ambos brazos rotos, uno de ellos tiene el hueso expuesto. Las costillas partidas están perforando y llenando de sangre mis pulmones, una de mis piernas está totalmente destrozada. ¿Qué tanto más puedo hacer? – Dudaba irónicamente. –Ella está combatiendo sola- Trataba de reanimarle la guadaña. –Te repito que solo tengo una pierna, todo se me torna oscuro. No me siento bien- Ya desvariaba, apenas consciente. –Conviértete en Darkin, así te repondrás. Podrás volver a la guerra, recuerda la conversación que tuvimos camino a Piltover. –Que buen plan, pero no puedo acercarme- continuaba desanimado el joven. – ¿Acaso vas a dejar que la madre de tu futuro crio combata sola hasta su muerte con uno de los darkins más poderosos de la historia? – Reprochaba. - ¿Qué? - Escupía en total confusión el mal herido. –Ella está embarazada, infeliz. ¿Aun piensas que los niños crecen en arboles? Te has acostado repetidas veces con ella, era obvio. No me digas que no sentías dos núcleos mágicos emanando de ella- El demonio estaba indignado.

Por primera vez, Kayn apartó la vista del cielo –Ella, está...- sus ojos se iluminaban. –Sí ¿Piensas dejar a tu amor y tu descendencia morir? Estoy seguro que Zed dejó hasta su último hueso por ti- Continuaba su intento de reavivar al chico. –Cumpliré mi promesa...- Exclamaba mientras comenzaba a arrastrarse con su única pierna hábil.

Dolorosamente, a la par del crujir de sus ya fracturadas extremidades, lograba alcanzar la guadaña que brillaba poderosamente. Levantó tu destrozado y morado brazo, logró rozar con la punta de sus ya chuecos dedos el mango, esto provoco que el arma callera sobre él, clavando su filo directo en el corazón del chico. Provocando que este escupiera sangre y cayese muerte, con los ojos blancos. –Hasta nunca, mi amigo- Fueron las últimas palabras del arma.

Una burbuja impactaba directo en Aatrox, dejándolo casi apagado –Maldita... pelea como es debido, cobarde- reprochaba. La maga saltaba entre portales, esquivando audazmente los espadazos del demonio, quien apenas llegaba a cortar hebras de su largo cabello lleno de constelaciones. La maga no habría alcanzado a recargar por completo su maná, lo cual le dificultaba crear portales y enviar hechizos, defenderse se tornaba cada vez más difícil.

Un alarido de posesión se pudo oír. Aatrox conocía ese sonido, un nuevo demonio había emergido. Zoe habría virado su cabeza con el fin de intentar divisar la proveniencia de ese sonido, pero se percató que su guardia había sido burlada por ella misma. Devolvió su vista al frente mientras tanto se preparaba para abrir un portal con una de sus manos. Se sorprendía al ver que su oponente en lugar de atacar elevaba su espada con la intención de cubrirse mientras la veía atentamente a los ojos. "Espera... No me mira a mí. Está viendo detrás".

Fugaz como una estrella, un ser derrapaba a toda velocidad a su lado haciendo flamear su cabello formando una constelación visual con los brillos del mismo. El impacto fue brutal, el Darkin alado pese a haber recibido el golpe con su espada como amortiguador fue empujado una cantidad considerable de metros. –Vaya, vaya, vaya. Parece que mi hermano fue capaz de ceder todo, incluyendo su propia raza y sangre para poder mantenerte vivo- Comentaba. –Lo he prometido. Dije que haría lo que fuese por defender a los míos. Por tu culpa esa promesa se ha quedado a medias tintas, pero no permitiré que esas grietas hagan que la pared de mi juramento caiga- Comentaba mientras se disipaba la nube de polvo que impedía la visión de la nueva forma del chico.

Hasta Que Los Darkin Nos Separen | Zoe x Kayn | Fanfic | LemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora