Capítulo 54: La Capucha del Mal Augurio

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La caminata era aproximadamente de una hora. El destino era un deposito un más pequeño que el de Vi, obviamente usado de cuartel general por su dueño. Los golpes en la puerta para llamar al hombre no esperaron, la puerta fue abierta por un hombre de unos treinta y tantos - ¿Qué? – Fue su saludo. Kayn le entregó una carta firmada por la peli rosada, en la misma se explicaba la situación. -Adelante- Dijo aquel tipo conduciéndolos a través del casi desolado lugar hasta una especie de oficina. Llamaron con toques a la espera del jefe una voz enojada dio la orden de entrar, dentro de aquella habitación había un escritorio con papeles, mientras el jefe estaba parado frente a la ventana, admirando la calle bajo el portar de vidrio.

Dio un mal primer vistazo a los recién llegados, dándole el mismo gesto a su subordinado, esperando alguna justificación -Son enviados de Vi, tenían esta carta firmada por ella misma. Según ella son gente que necesita nuestra ayuda- Informaba aquel esbelto hombre. - ¿Ahora somos los asistentes de todo el pueblo zaunita? – Farfulló molesto el hombre que aún no se dejaba ver debido a la oscuridad de la habitación. -Según la nota es sobre un tema importante, puede que el gobierno de Piltover esté moviendo armas aquí abajo para inculparnos- Reveló.

Aquel hombre encendió la luz, por primera vez revelándose ante los invitados. El renombrado hombre se veía físicamente desgastado, pese a tener veinte pocos lucía como si se aproximase a los cuarenta, su cabello blanco estaba suelto y largo hasta la altura de los hombros, además de desenmarañado, cicatrices adornaban varios puntos de su cuerpo, la palabra más que adecuada para describirle sería "demacrado".

El chico se sentaba en su escritorio ayudándose de la luz de la lámpara del techo para poder ver mejor -Esos cerdos están ensuciando mí ciudad- Expresaba al leer - ¿Quiero que me expliquen qué pasa? – Solicitaba al trio. -En una tienda de Piltover dos armas fueron robadas, la "Sierraespada Quimopunk" y el "Matakrakens". Las investigaciones apuntan a esta ciudad, principalmente a ti y a tu gente. Vi nos ayudó hasta cierto punto, pero nos envió aquí porque para ella tu eres el indicado para investigar esto- Relataba el asesino.

El moreno estrello la carta contra su mesa - ¡Hijos de puta! ¡Destruyen a mi gente, matan a mis hermanos, y además me inculpan de sus corrupciones! – Gritó lleno de cólera. -Si tu consigues las armas para nosotros prometemos ayudarte en lo que esté a nuestro alcance- Habló la pelinegra.

El chico de cabello albino se sobaba las cienes, pensativo, cauteloso. Observaba uno de los cajones de su escritorio, allí se encontraba algo que alguna vez lo había ayudado, una sustancia que le permitía desconectarse de todo y pensar claramente en un solo objetivo. Cerró con enfado sus ojos, negándose nuevamente a extasiarse, prometió no volver a narcotizarse desde la muerte de la mujer peli azul, cada vez se tornaba más difícil mantenerse lúcido.

-Ese concejo de bastardos está al mando de todo, incluso de Zaun. Ellos se han encargado de modificar el brillo en su momento para potenciarlo y hacerlo tanto adictivo como dañino. Además de ayudar a su distribución por toda la ciudad- Relataba el muchacho –Investigaremos el paradero de estas armas, pero ustedes quedan comprometidos a ayudarme a erradicar todos los tratos que los hijos de puta de arriba quieran hacer en mi ciudad- Propuso el líder. El trio intercambió algunas miradas, pese a no ser muy fans de la idea propuesta era la única opción disponible. El asesino asintió en forma de aceptación. –Vi confía en ustedes, entonces debe de ser de fiar, les enviaré a un trabajo que no les debería tomar demasiado tiempo- Explicaba mientras observaba al subordinado que acompañó a los protagonistas hasta allí - ¿Qué has averiguado? – Solicitaba. -Mañana ingresará un cargamento de brillo, se reunirán con algunos vendedores importantes del mercado negro para efectuar la transacción, desconocemos quienes son los sujetos que traen el producto, pero ya sospechamos- Revelaba el fornido hombre.

El moreno mantuvo su semblante serio algunos momentos –Está bien. Mañana quiero que vallan a la zona del intercambio y se limiten a observar, necesito información. Traten de reconocer a los cabezas de la venta. Hasta entonces limítense a descansar, los amigos de Vi son amigos míos- Exclamaba –Pero eso no quiere decir que confíe plenamente en ustedes- más se explayaba.

El día transcurrió rápidamente mientras que el grupo se acomodaba en las habitaciones otorgadas. Pasadas las doce y corriendo una nueva fecha el trio se alistó para salir acompañados por aquel hombre de Ekko, el cual pidió que solo sea llamado "Yen".

Cumpliendo con su rol de informante, la localización del lugar del trueque ya era conocida, llegaron pocas horas antes, asegurándose de estar bien escondidos.

Cinco personas llamativas arribaron aquel lugar que aparentaba una especie de cancha deportiva abandonada, los mismos contaban con grandes números de guardaespaldas, siendo aproximadamente cincuenta por cada uno de ellos. Fue en ese entonces cuando el asesino se arrepintió profundamente de haberle permitido a la pelirroja acompañarles, pese a ser capaz de defenderse y estando instruida como ellos, la posibilidad de que algo saliese mal era vigente "¿Qué pasaría si los descubrían?" pensaba en su cabeza el trenzado mientras apretaba su guadaña.

Poco después llegaría un carro con dos hombres a bordo, armados con armas de fuego, al igual que los demás. –Parece que la ley llega tarde, que suerte que sea un comercio y no un accidente- Hablaba sarcásticamente una mujer líder de uno de los cinco clanes. –Es un negocio importante, toda precaución es poca- Se escudaba uno de los recién llegados.

Abrieron las puertas del carruaje, dentro de ellas se encontraban muchas cajas, aproximadamente cien de estas. Una de ellas fue descendida y abierta para revelar su contenido, una cantidad exorbitante de jeringas de líquido celeste se hallaban allí.

-Brillo- Suponía Akali. –En efecto, pero, es otro tipo de sustancia, debe de ser aún más poderosa. El brillo se destaca por su color morado, esto es otro nivel- Respondía Yen. Acertada era la suposición puesto que aquel hombre de la ley comentaba que, en efecto, se trataba de un tipo de droga mejorada.

-Si esto es de buena calidad el gobierno de arriba tendrá una mejora de contrato, queridos míos- Respondía la mafiosa. –Eso era todo lo que necesitábamos saber. Los proveedores pertenecen al gobierno- Exclamaba la maga. Repentinamente su novio agachó a la fuerza su cabeza, obligándola a cubrirse tras el contenedor que se encontraba en la esquina de aquel terreno. - ¿Qué te pasa? - Preguntaba molesta la chica. –Hay alguien sobre el techo de enfrente- Revelaba algo asustado. Yen se asomaría para verificar, efectuando la veracidad de las palabras del Darkin –Hay alguien encapuchado, allí arriba. No tengo idea si es un espía como nosotros o si está con alguno de esos jefes- Dudaba el acompañante.

El asesino comenzaba a cortar cuidadosamente el alambrado que se encontraba detrás de ellos –Ya tenemos la información que Ekko necesita, larguémonos- Ordenó el chico de la guadaña. Nadie se opuso a la idea.

El trato se habría cerrado hacía ya unas pocas horas. Aquella mujer de la mafia se retiraba en un carro cargado de su parte de las drogas, escoltada por su sequito de guardias. Una violenta lluvia de flechas surcó el cielo en parábola en su dirección, matando a casi todos los hombres que le resguardaban. Ágilmente el mismo encapuchado que antes habría estado espiándolos emergió de entre las sombras asesinando con una daga a todos los sobrevivientes.

La líder sufrió el impacto de una flecha de la anterior granizada asesina, la misma se arrastraba, el misterioso hombre se acercó lentamente. Entre dolorosos sollozos la mujer clamaba piedad –Puedes llevarte todas las drogas, quédatelas. Déjame ir, por favor- Suplicaba.

-Lo lamento- Exclamaba el encapuchado mientras revelaba su identidad, siendo desconocida para la atacada –En las pocas horas que llevo aquí ya me di cuenta que esta sustancia pone tus pies a toda la ciudad, la necesitaré. Pero mi existencia aquí debe de ser un secreto hasta el momento del gran final- Exclamaba el hombre de cabello blanco. La mujer fue asesinada rápidamente.  

----Notas del autor

Gracias por leer y por el apoyo a la historia.

Está vez nuestro antagonista va por algo serio, no más juegos. 

Hasta Que Los Darkin Nos Separen | Zoe x Kayn | Fanfic | LemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora