Los habitantes de aquella pequeña aldea se acercaban para despedirse de los viajeros con quienes habían formado una amistad a lo largo de estas semanas. Ambas mujeres charlaban en esta despedida con las demás chicas del pueblo. El asesino no estaba en la escena, Yasuo tampoco pese a la presencia en el lugar de su mujer, quien abrazaba y aconsejaba a sus amigas.
Ambos caballeros se encontraban en la otra punta del pequeño pueblo. -¿Para qué me pediste que viniese, amigo?- Indagaba bastante confundido el espadachín. –Para advertirte, antes de que sea demasiado tarde- Escupió en el tono más serio posible el otro, esta oración alertaba al hombre de la coleta quien se separó de la pared en la cual recostaba su espalda. Una clara muestra de preocupación.
-Las chicas y yo no nos dirigimos a Noxus para recuperar algo robado. Vamos a despojarlos de algo que necesitamos para derrotar a ciertos demonios que divagan por Jonia- Explicó de la manera más tosca posible, provocando que el otro le mirase con una ceja en alto como quien mira a alguien en estado alucinógeno. –Mi guadaña es un Darkin, no es muy complicado percatarse. Está atrapada y jamás saldrá. Sus hermanos son de la misma raza con un cuerpo físico y quieren mi cabeza por portar la guadaña- comenzaba a esclarecerse –Ya nos han dejado fuera de combate una vez. Pero obteniendo lo que buscamos en Noxus y en el resto de las naciones podré plantarle cara a estos y detenerlos- relató con tanta seguridad que hacía que fuera muy complicado ser una broma.
-¿No han intentado luchar en equipo? ¿O con un ejército?- Dudaba Yasuo no pudiendo creer cómo era posible que aquellos seres fueran tan fuertes. –Es imposible. Son dioses caídos, increíblemente poderosos. Por eso te lo advierto- espetó poniendo extra gravedad en esto último –Sé que has peleado por la paz en Jonia antes, y que lo harías mil veces más. Pero esta vez no debes luchar, esos demonios te desmembrarían a ti y a tu mujer como si fueran de papel. Quiero que prometas que no lucharás y que en caso de que ellos se acerquen evacuaran la zona- solicitó el asesino.
El guerrero casi anciano no dio respuesta, solo miraba al suelo. –Prométemelo, Yasuo- insistía, el espadachín aun no daba respuesta alguna. – ¡Tienes una hija, carajo! No puedo creer que dudes de algo así ¿Quién cuidará de ella y tu esposa cuando estés muerto?- provocaba con enojo, logrando su resultado.
El mayor suspiró pesadamente, Kayn había tocado una fibra muy sensible en él, su familia. –Lo prometo. Pero solo si tu prometes acabar con ellos y que no morirás antes u durante el encuentro- retrucó el de la coleta, con la misma intensidad al hablar. Kayn se mantuvo callado con la mirada gacha durante algunos momentos, lentamente su mano se alzó y se dispuso para cerrar el trato con el apretón que para los hombres significaba un contrato de lealtad y promesa.
Entre abrazos y buenas vibras partieron. Noxus era su destino actual.
En un día completo de viaje arribaron en las costas marítimas de Jonia, aprovecharían en gastar el poco oro que les quedaba en un viaje de contrabando con destino a Noxus. Arribar ilegalmente en tierras tan peligrosas era caro, llegarían a destino sin una moneda.
-Me pregunto cómo serán los noxianos ¿son tan amables como los habitantes de Jonia?- Se cuestionaba con algo de emoción la maga sacudiendo sus pies colgantes desde uno de los laterales del barco. Tanto la ninja como el asesino compartieron miradas algo nerviosas aunque la pelinegra no pudo evitar reírse con aquel comentario. Todo esto provocaba intriga en la joven, la cual no comprendía la situación.
-Zoe- le explicaría Kayn –Los noxianos son los peores seres humanos habidos y por haber- dijo con el semblante serio y voz molesta –Viven para conquistar, matar y esclavizar. Han hecho más de un intento por poner sus garras sobre Jonia. Pero los locales lograron evitar eso y proteger este pacifico país- exclamaba para que Zoe entendiese la historia de una guerra brutal. La maga tenía los ojos asustados, su mano tapaba su boca. –Cuando lleguemos allí veras cosas horribles, no te entrometas en nada. En Noxus, todas las cabezas tienen precios, y las que no, valen lo que tengas en tus bolsillos- concluyó. –Los noxianos son seres... repugnantes- dijo sinceramente ella. –Zoe, yo soy noxiano- le aclaraba con un tic en uno de sus ojos el muchacho. Esto provocaba mucho más nerviosismo por la maga y aún más risas por parte de la ninja.
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Hasta Que Los Darkin Nos Separen | Zoe x Kayn | Fanfic | Lemon
Storie d'amoreLos Darkin Varus y Aatrox se emprenden en una misión brutal para liberar a Rhaast de su portador, Kayn. El cual no dara el brazo a torcer y arrastrara la pelea por toda Runaterra junto con Zoe, una exiliada del monte Targon por incumplir su papel de...