Capítulo 45: Punto de Inflexión (Parte 4)

29 6 1
                                    

Cautelosamente los jonianos se escabullían entre los callejones -Mierda, ¿Zoe dónde estás? – Protestaba el chico de la trenza. -Parece que pensar no es tu fuerte, Kayn- Se burlaba el arma de su espalda -Estamos hablando de un ex dios, tiene un poder inimaginable- fue todo lo que dijo el arma. -Oye, no es momento para tus putas bromas, esto es... Eres un genio, Rhaast. Pero no tanto como para no ser capturado- Contestaba en igual burla el chico tras divisar un recuerdo en su cabeza. -Akali- Llamó el pelinegro a su tuerta compañera -Puedo encontrar a Zoe si me concentro en percibir su energía mágica. - ¿A que esperas? Debemos hallarla lo más rápido posible- Apuraba la ninja.

El asesino demoró menos de diez segundos en percibir aquel encanto que la joven emanaba -La encontré, pero está usando sus habilidades, debe de estar en problemas- Espetó rápidamente mientras se disparaba a uno de los techos para acelerar su llegada, la ninja hizo lo propio.

La pelirroja había escapado entre llantos y amargura de aquella sala del castillo, sin percatarse de que al encontrarse en las calles distopías de la ciudad comenzaría a divagar sin rumbo por los sucios callejones. Solamente se detuvo al ver una silueta parada frente a ella. -Hola, preciosa- Exclamó esta, mientras que alguien más la tomó por la espalda -Buenas noches- Saludó el segundo sujeto. Algunos hombres extras emergieron de sus escondites. -No deberías deambular sola por estos lares, menos en una noche de purga como esta- Comentaba uno de los hombres.

Paso a paso le chica cautiva se veía más encerrada, esto nunca acabaría bien, pero no se rendiría sin dar pelea.

Usaría su magia para lanzar algunas mariposas estelares a la cara de su captor, cuando este la soltó comenzaría a lanzar chispas de estrellas y algunas burbujas extenuadoras a cuanto hombre se acercase. Quince minutos que parecieron eternos transcurrieron, solo derribaría a un hombre y fue porque este se golpeó la cabeza al recibir una chispa. Ahora se encontraba casi sin maná. -Parece que se te acabaron los trucos- Dijo uno de los hombres agotados, todos se aproximaban a ella. El miedo hizo pánico de la mujer, alguien la levantaba del cuello -Diría que la matemos ahora y aprovechemos antes de que se enfríe- Exclamaba el agresor, las risas de sus compañeros solo inquietaban más esta horrorosa situación.

Zoe cayó repentinamente al suelo, salpicada de sangre. El agarre se libero momentos después puesto que habría aterrizado con el brazo cercenado de aquel hombre aún aferrado a su cuello. Tosía, recuperaba pesadamente el aliento. Logró divisar algo que le causo un peculiar brillo en los ojos al momento de levantar la cabeza.

Su amado aterrizó desde los cielos, con un semblante iracundo, habiendo cortado limpiamente el brazo del maleante. - ¡Quita tus manos de ella! - Vociferó con odio con la voz endemoniada, como si él fuese un Darkin.

Una pantalla de humo se desveló en el lugar, gritos desgarradores fue todo lo que se alcanzó a oír, no durarían nada esa pelea.

Una mano que la maga conocía se asomó, ella encantada la recibió. Aprovechó el envión para saltar a abrazar a su querido más que amigo, llorando en su pecho -Creí que habías muerto- Sollozaba como la niña pequeña que durante milenios fue -Nunca vuelvas a hacer algo así- continuaba lamentándose. Él posó su mano suavemente en su mentón, levantando su cabeza para mirarla a los ojos y besarla, al despegar sus labios aquella chica quedaba atónita, mirando a los ojos del medio Darkin -Te prometí junto a aquel lago que no te abandonaría y pienso cumplir mi palabra- Dijo cariñosamente. Zoe continuaba llorando, pero ya no de tristeza o alegría, sino de emoción por las palabras de su novio.

-Lamento cortar este hermoso momento, pero. Aún falta alguien- Interrumpía con algo de culpa la ninja. - ¿Qué? – La pelirroja se preocupaba. -Katarina ha desaparecido y una gran multitud la anda buscando ahora mismo, hemos acordado antes de la misión que en caso de no poder escapar de la ciudad como es este caso nos veríamos en la casa- Explicó brevemente. - ¿Qué haremos ahora? - Consultaba Kayn a su compañera. -Lamento decirlo, pero tendrás que llevar a Zoe lejos de la ciudad, que ella nos espere en el bosque. No podemos cargar con ella, espero lo entiendan- Sentenció.

Pese al disgusto de sus compañeros, sabían en el fondo que ella tenía razón. Un soldado a caballo vigilaba los callejones de la zona muy cercana, lo pudieron oír, Kayn no desaprovecharía y asesinaría al jinete, para así escapar con la maga. -Nos vemos en el orfanato- Dijo Kayn. -Te estaré esperando- Replicó la pelinegra.

Akali deambulaba lo más precavida posible por la gran ciudad que se encontraba hundida entre el caos, eliminando algunos bandidos o civiles que intentaban asaltarla o darle caza. Sin percatarse que alguien la estaba siguiendo y que esta tenía un plan.

La madrugada era la protagonista de la catastrófica escena. La ninja había llegado. Se adentró esquivando los motines del barrio, para su alegría su amiga se encontraba en la casa, algo golpeada debido a la pelea con el general noxiano. El abrazo amistoso no se demoró -Creí que hasta aquí llegaría- Exclamó extenuada la pelirroja, la cual estaba empapada en sudor debido a todas las batallas y escapes que libró hasta el lugar. -Le prometiste a esos niños que volverías, vas a cumplir esa promesa, me aseguraré de ello- Aseguró su amiga. -Nunca creí que llegaría a ver a una joniana como una hermana- Reía la local. -Y yo nunca creí que dejaría vivir a alguien de tu nación- Contestaba la burla ofreciéndole la mano para comenzar la fuga, la otra la aceptaría con gusto -Seguramente encontremos a Kayn por el camino, Kat, nos iremos juntos- Exclamaba la asesina furtiva. - ¿Y Zoe? – Consultaba algo asustada la contraria. -Está bien, ya se encuentra fuera de peligro. Vámonos- Finalizó.

Solo alcanzaron a dar un par de pasos cuando una explosión volaría la pared que apuntaba a la calle, una granada había actuado. La casa había comenzado a arder lentamente. -Buenas noches, amigas mías- Gritaba Samira desde el patio delantero, una gran turba que quemaba todo lo que podía a su paso la seguía -Es hora de la fiesta- Continuó con su violenta vociferación, lanzando otra granada. Las mujeres saltaron en direcciones opuestas para evitar el impacto -Kat, nos vemos camino al bosque- Espetó la ninja, la pelirroja afirmó.

Ambas escaparon de la zona, usarían de ruta de escape las calles aledañas al edificio. -Muchachos, vallan por la que tiene valor. La otra es mía- Ordenó a la multitud la teniente.

La ninja se encontraría con su camino obstruido por barricadas hechas de basura y restos de escombros. -Nadie pueda escapar fácilmente de aquí, querida mía- Exclamaba desde uno de los tejados la noxiana. Akali se encontraba alterada, parecía que la única manera de escapar sería dando batalla - ¿Dónde estás, Kayn? – Preguntaba en voz baja.

El asesino sombrío llegaba a la locación a toda velocidad en el equino, lograba escuchar el barullo que provenía de la locación aledaña al orfanato. El chico pese a su obvia preocupación y concentración para evitar cualquier cruce innecesario no tuvo suerte, la cabeza del caballo había sido cortada en movimiento, el muchacho caería junto con el cuerpo del caballo.

El chico tras rodar unos pocos metros por el suelo se levantaría rápidamente en posición de combate, relajó su postura cuando vio a su contrincante -Darius- Le nombre sin más. -Lamento la forma tan pertinente de iniciar esta pelea, pero no puedo permitirte escapar otra vez. Tu insolencia ha llegado a tal punto que la muerte sería un castigo muy benevolente- Manifestaba con hacha en mano. -Terminemos lo que has empezado hace años, gran general- Desafió con recelo el joven. -Bien- Fueron las últimas palabras previas a este combate final.

La noxiana de cabellera rojiza y ojos verdes habría logrado perder a la gran multitud de cazarrecompensas de poca monta que le perseguían, estaba agotada -Lo lamento tanto, chicos. Espero verlos en el bosque, estoy demasiado cansada como para seguir peleando- Se quejaba jadeante en voz alta. Retomaba su camino que le tomaría una o dos horas para salir del lugar si es que aceleraba el paso. Antes que su pie tocase el suelo una flecha impactaría en este último. La mujer cayó al suelo, rápidamente retiró el filo del disparo de su extremidad, lograba ponerse en pie -Katarina. Eres mucho menos peligrosa de lo que imaginé- Soltó una voz desde algún callejón oscuro que rodeaba la calle. -Da la cara- Protestaba la ex sargento. -Oh, que terribles modales los míos, lo lamento- Habló mientras abandonaba su escondite. - ¿Quién demonios eres? – La mujer no lograba reconocer al atacante encapuchado. -Tu misma lo dijiste, un demonio- Exclamó secamente mientras Varus retiraba su albornoz -Quiero que sepas que esto no es por la recompensa. Tu muerte será, algo más personal- Río maliciosamente.

----Notas del autor

Esperen peleas decisivas para el próximo capítulo. Besos y gracias por apoyar.  

Hasta Que Los Darkin Nos Separen | Zoe x Kayn | Fanfic | LemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora