Capítulo 18: Tenemos Un Ganador

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El enmascarado se hallaba ligeramente sorprendido, nunca nadie había sobrevivido a un certero golpe a la cabeza con su arma, los combates solían ser relativamente sencillos para él, más cuando eran luchas a muerte. Sin embargo aquella mujer se encontraba de pie, solo manifestando un poco de cansancio, lista para seguir dando pelea. –No oí la campana, perra- Espetó en un tono desafiante la mujer, causando una ligera risa en su contrincante –Resististe. Eso es demasiado, eres la primera que sobrevive a ese golpe. ¿De que estas hecha, Akali?- Se denotaba como el tono de voz de aquel tipo cambiaba a uno más eufórico. –Si ninguno de tus oponentes aguanta ese roce, sé qué clase de maricas son los lugareños- Se burlaba la ninja con un tono sarcástico, irritando al subordinado.

"La serenidad es la clave de toda pelea, aquel que entre en pánico o deje que sus movimientos sean guiados por la ira será el que se tropiece con sus propios pies" Una frase dicha por su difunto ex maestro. Tenía que provocarlo, hacer que se enfade con palabras soberbias, atemorizarlo con sus habilidades y marearlo con el ritmo de la pelea. Solo así provocaría un punto ciego en su rival.

Moxx se abalanzó hacia Akali, con su arma en el aire para reventarla sobre la cabeza de la mujer. Por suerte la ninja había predicho este movimiento gracias al estado de enojo eufórico de su opuesto, no le costó casi nada esquivarlo y embocarle un ligero puñetazo, no causó mucho daño, pero servía para enfurecer a su atacante. Este solo continuaba acumulando rabia, perpetuando el intento de garrotazo, fallando y siendo golpeado en cada uno de ellos. –Ya me estas cansando, pequeña puta- Espetaba con odio desde los más profundo de su laringe, dándole un tono gutural a su voz. –Que una puta te esté apaliando debe ser la experiencia más vergonzosa del mundo- Contestaba con ironía la mujer, terminando de colmar la paciencia de su enemigo. -¡Suficiente!- Gritó iracundo, mientras desenvainaba de un tirón su látigo.

En ese instante Akali lanzó una muy ligera carcajada, para acto seguido lanzar una bomba de humo en el suelo, nublando la vista de toda la arena. –Si piensas que caeré dos veces en el mismo truco cobarde eres una completa estúpida- Vociferó con altanería para después azotar el flagelo a la humarada, llamándole la atención que no la atrapase. Reintentó lanzar un latigazo a toda la humareda y nuevamente no había ningún objetivo en esta. – ¿Dónde demonios estás metida?- Dijo en voz media, revoleando su visión a todas las direcciones posibles. "Arriba" dedujo mientras levantó la vista rápidamente. Se demoró demasiado en adivinar el plan de su rival.

Akali estaba cayendo a rápidamente sobre él, casi no tenía tiempo de reaccionar. Una ráfaga de kunais fueron clavados en el enmascarado antes de que la ninja aterrizara rodando en el suelo. –Al fin- Exclamó con alegría mientras se ponía de pie a la par que se sacudía el polvo de sus vestimentas. -¡Impresionante!- Gritaron desde el humo, la mujer se paralizó momentáneamente, dándose lentamente la vuelta. Moxx se encontraba aún de pie, cubriéndose con sus brazos como pudo la cabeza y pecho debido a la velocidad del acto. Las mangas de aquel uniforme blanco ahora se encontraban empapadas en sangre, con siete cuchillas enterrados en ella.

El muchacho se quitó su máscara, dejando su cara expuesta, una sonrisa enfermiza la decoraba. El uniformado sacudió su cuerpo como un perro recién bañado, haciendo que las armas de desclavasen y cayeran al suelo. Cuando se despojó de las cuchillas que se encontraban a varios centímetros dentro de él comenzó a estirar un poco sus músculos, escupió una cantidad considerable de sangre al suelo como si nada y se colocó nuevamente su mascarilla.

"¿Acaba de escupir sangre? ¿Por qué?... Espera, solo tenía siete cuchillos incrustados en sus brazos, yo lancé ocho... Eso quiere decir que..." La cabeza de Akali fue muy veloz al interpretar que el único kunai que no impactó en los brazos fue el octavo, que tocó una parte vital. Inspeccionó velozmente el cuerpo de su rival, y como intuía, gracias a una mancha de sangre en su vestimenta se percató de que uno de sus cuchillos impactó en el estómago de su adversario.

Hasta Que Los Darkin Nos Separen | Zoe x Kayn | Fanfic | LemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora